“Tras la conducta de cada uno depende el destino de todos.” Alejando Magno
Mucho se ha dicho y escrito sobre esa puerta que se abre, como una excepción para invocar las causas humanitarias con el objetivo de otorgar ciertos mínimos beneficios, bajo el paraguas de derechos humanos, reconocidos en nuestra Constitución en el artículo 44, y otros más.
La navidad es una época para reflexionar, y para concedernos la oportunidad de actuar con humanidad, por lo que no podemos cerrar los ojos ante las grandes y pequeñas tragedias que conmueven al mundo, concluyendo con que no existen pequeñas, todas son iguales, la única diferencia es la cantidad de personas a las que afectan.
Se conmemora cada 24 de diciembre el nacimiento de la fe hacia la humanidad, encarnada en Jesús, de ahí la importancia de la fecha, para los que ansiamos que el mundo sea mejor, aunque, la oportunidad para dejar atrás las diferencias, y que nos centremos en los acuerdos y las similitudes se concentre en ese día, más que en otros.
Sin embargo, ni en el lugar en el que se presume nació Jesús, existe hoy la paz, el lugar, ha permanecido tomado, por la ambición de los hombres por ser cada día más poderosos, sin importar cuanta sangre de inocentes se derrame, sin importar que sea de niños inocentes, agraviando al que, vino como niño a dejarnos un mensaje de paz y de igualdad.
Nosotros por acá, también con nuestros conflictos, producto de la ambición desmedida de unos pocos que daña a muchos, nos preguntamos, si no se acepta que hay momentos en los que podemos ser más flexibles, dando tranquilidad a las familias, ¿Cuándo lo será? Difícil tenemos la solución de seguir como hasta el momento.
Siempre he cuestionado la actitud de algunos jueces, que creyéndose dueños de la vida, la libertad y la tranquilidad de las personas emiten resoluciones no solo cuestionables, pienso que de dudosa legalidad y aplicación de la Justicia, se han convertido en meros instrumentos utilizados para castigar al enemigo, prueba de ello, es mantener actitudes que no tienen relación con el deber ser del derecho en la aplicación de la Justica, transformándose, algunos juzgadores en herramientas de castigo al enemigo, restándose ellos mismos la libertad de decisión necesaria para el juzgador.
Mientras leemos constantemente como se deja de investigar, casos que a todas luces debieron continuar siendo investigados, estos se archivan o se cierran, o en el peor de los casos no inician en el ente encargado de la investigación, como un agravio más a la sociedad, a personas reconocidas internacionalmente como delincuentes, el Ministerio Público, liderado por la señora Porras se ha encargado de debilitar o presentar casos deficientes, o pasar de largo, cuando en otros casos de menor impacto, apelan solo porque una mosca paso frente a ellos.
En ese orden de idas, dos personas cuyos casos son más que cuestionables, debieron pasar la Navidad como mínimo con sus seres queridos, sin embargo, con el afán de continuar con la vendetta, en la que se ha convertido esta lucha de poderes utilizando el sistema judicial, continuaron en la cárcel, lo que los victimiza más aún.
Siendo la cárcel reconocida para propinar castigo, porque uno de los bienes más preciados del ser humano es la libertad, y la cárcel es utilizada para limitar este bien, dijo Albert Camus: «El Derecho humano no debe acabar en la puerta de las cárceles». Acá se ha utilizado, el derecho, la justicia y la cárcel para vengarse del contrario.