Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
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“Enseña a los niños, y no será necesario castigar a los hombres”
Pitágoras

Hace unos días, las redes sociales se desbordaron en respuesta a la publicación del diputado Álvaro Arzú, quien cuestionó que la librería Sophos exhibiera en sus estanterías libros para niños con un componente inclusivo, ratificada su molestia dos días después llamando en nombre de Dios, la familia y la vida, a proteger los derechos y la inocencia de los niños, las respuestas no se hicieron esperar, desde las más simples en su componente hasta la más profundas.

El tema de los niños, por donde se vea es altamente complejo, ya que, su protección debe ser integral, más aún en un país como el nuestro, en el que las carencias de la población en general superan, por mucho las de cualquier país subdesarrollado, la falta de políticas públicas en favor de la niñez, es una asignatura pendiente históricamente, que, ningún gobierno, absolutamente ninguno, desde 1954 ha puesto en valor, no en relación con el discurso, hablar es fácil, lo importante son los hechos en los que tenemos déficit.

Para empezar, parece ser que, muchos funcionarios públicos, piensan que los niños de Guatemala pueden cualquier día, ir a la librería en mención, y se pueden contagiar del lenguaje inclusivo (Lenguaje con el que, personalmente no estoy de acuerdo, ni con todes, ni con todxs) o de ideas enfermizas en relación con el sexo, cuando hoy, desde un celular los niños que lo tienen, pueden acceder a la pornografía si sus padres o quienes les cuidan no están atentos, el avance tecnológico tiene sus pros y sus contras.

El problema complejo es, en mi opinión el siguiente: Los niños que pueden tener acceso a uno de esos libros, son infinitamente menos de los que tienen acceso a un celular, y los que tienen acceso a un celular, no son todos los niños de este país, ni siquiera un cincuenta por ciento del total de niños, lo que debe preocupar a las autoridades, es la situación real de los niños y niñas que, no solamente mueren de desnutrición, también mueren de otras causas, como violencia estructural en contra de ellos.

Los problemas de la niñez son variados, y deberían todos ser abordados por el Estado, uno de los peores es la violación sistemática que sufren, veamos, Guatemala registró más de 8.100 casos de violencia sexual en contra de niñas y adolescentes en 2021, cada año aumentan hasta en un millar las denuncias, aunado a lo anterior, se conocen trece casos diarios por delitos sexuales contra niños y niñas como abuso, violación, tocamientos, explotación, como mínimo, si tomamos en cuenta que estos son los datos oficiales, que siempre están alejados de la realidad, en ese contexto, pregunto ¿Y todas las denuncias que no son presentadas?

Cuando hablamos de la niñez en este país, no nos referimos solamente a los que tienen papá y mamá, o uno de los dos, pero que tienen los medios económicos para comprar libros en Sophos que se encuentra en la zona 10, no todos los niños viven ahí, tampoco todos llegan a esa librería, estos niños son privilegiados, por poder tener acceso a esos lugares, y por ende a ese tipo de lectura.

Si los diputados, que son los representantes de la población por mandato constitucional, asumen que los únicos niños a los que hay que proteger es a los que pueden acceder a esta librería, mal andamos, esa es una cuestión que cada padre o madre resolverán, quienes decidirán si pedagógicamente le explican las diferencias sexuales que históricamente han existido, o negarlas, aunque recordemos que, porque algo se niegue no significa que ese algo no exista, el negacionismo no conduce a nada, más que a crear problemas que pudieron no existir, pero que los tabúes afloran, pero ese no es solo el problema, si así se le quiere ver, que afronta la niñez guatemalteca, ese es un problema puntual, los problemas en general son otros, y que son responsabilidad del Estado.

La mayor deuda del Estado de Guatemala históricamente es la relacionada con el futuro, que lo constituyen todos los niños y niñas, a quienes se les ha negado ese mismo futuro, que consiste en vivir dignamente, no sobrevivir como malamente se hace, y pasa por salud en todos los aspectos, no solamente física, también psicológica, pero si estamos en deuda con la primera ¿Cómo no lo vamos a estar con la segunda?

Está bien rasgarnos las vestiduras porque nos parece que se puede atentar contra la integridad de la niñez, pero ¿Qué hacemos para protegerla? Más aún si de un funcionario público se trata, es bastante egoísta pensar que los únicos niños son los nuestros, los de nuestros amigos y los de nuestro entorno, hay niños más allá de lo que ven nuestros ojos y son nuestra responsabilidad como sociedad.

Si hablo de niñez, me refiero a todos los niños, no solamente a los míos, ¿Qué sería de los míos si se encuentra aislados, cuando, enfrenten la realidad?

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