
El tema elegido para la conmemoración del Día Internacional de la Mujer de este año es “Por y para todas las mujeres y niñas: Derechos, igualdad y autonomía”. Esta reivindicación parte de una premisa clara: el reconocimiento de derechos es la base para demandar la igualdad y no discriminación y lograr así la consolidación de una vida digna, plena, y autónoma. Abarca, además, a todas las mujeres y niñas, de diferentes edades, orígenes étnicos, orientaciones sexuales e identidades de género, discapacidades y otros factores, teniendo en cuenta que, desde un enfoque interseccional, estos elementos y situaciones coexisten y deben ser tenidos en cuenta.
Uno de los grandes llamados al empoderamiento de las mujeres y niñas a través del reconocimiento de sus derechos tuvo lugar en 1995, con la celebración de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, que adoptó por consenso la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing. Este año se cumplen tres décadas de esta Declaración, que reconoce “la plena diversidad de las situaciones y condiciones en que se encuentra la mujer y (…) que algunas mujeres enfrentan barreras especiales que obstaculizan su participación plena y en pie de igualdad en la sociedad”.
La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing contienen compromisos de gran relevancia que asumieron los Estados, ya que se promueven recomendaciones específicas para asegurar la protección de los derechos humanos de las mujeres y niñas a lo largo de toda su vida, la introducción de la perspectiva de género en todos los programas y políticas gubernamentales y el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos como uno de los principios internacionales de derechos humanos, entre otras.
Al igual que en años anteriores, cuando reflexionamos con motivo de este día, queremos poner el foco en la situación de los derechos humanos de mujeres y niñas en Guatemala. En 2024 se adoptaron algunas medidas positivas destinadas al fortalecimiento de la institucionalidad de las mujeres, como la aprobación de lineamientos para fortalecer las Unidades de Género de Ministerios, Secretarías y otras dependencias, así como un importante aumento del presupuesto para la Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM). También se aprobaron más de 50 millones de quetzales para el funcionamiento de los Centros de Apoyo Integral para Mujeres Sobrevivientes de Violencia (CAIMUS).
No obstante, todavía queda mucho por hacer para poder honrar los compromisos de Beijing. 2024 se cerró con más de 40,000 denuncias de violencia contra las mujeres, según datos del Observatorio de la Mujer del Ministerio Público. Las mujeres y niñas indígenas, especialmente en áreas rurales, siguen contando con menos recursos y con mayores riesgos de violaciones a sus derechos. Las mujeres de la diversidad sexual continúan siendo estigmatizadas y enfrentan, en ocasiones, una muerte violenta por razones de su identidad de género y/u orientación sexual. Mujeres y niñas con discapacidad, o que viven con VIH, también encuentran barreras en su vida cotidiana que, en ocasiones, son infranqueables. Las mujeres en movilidad humana, incluyendo mujeres retornadas, en tránsito o solicitantes de asilo, están expuestas a altos índices de violencia, incluyendo violencia sexual y captación por redes de trata de personas. Las mujeres defensoras de derechos humanos desde diferentes ámbitos también deben ser recordadas en este día. Los logros de Beijing fueron gracias a ellas y, desafortunadamente, en muchas ocasiones, siguen padeciendo persecución, criminalización e incluso violencia por realizar su labor.
Nos gustaría referirnos también a la oportunidad que tiene, este año, el Estado de Guatemala, para reportar ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Comité CEDAW) sobre los avances realizados en las cuatro áreas priorizadas por éste: el derecho a la reparación de las mujeres víctimas de violaciones graves de derechos humanos durante el conflicto armado interno; la participación política, en condiciones de igualdad; la garantía de los derechos sexuales y reproductivos; y el derecho a la tierra y territorio de mujeres indígenas, garífunas y afrodescendientes. Este informe puede servir de herramienta para hacer un balance objetivo de lo recorrido en los últimos años para promover los derechos humanos de las mujeres y niñas. Se deben identificar las áreas que requieren de medidas urgentes, adoptar normativa y acciones coherentes con las obligaciones del derecho internacional de los derechos humanos para que Guatemala pueda ser, en la región y en el mundo, un Estado modelo en la igualdad de género y los derechos de las mujeres.
Terminamos recordando que hoy, 8 de marzo, se cumplen 8 años de la tragedia del Hogar Seguro Virgen de la Asunción. El juicio todavía está en curso, por lo que las víctimas, supervivientes y familiares siguen esperando que se haga justicia. Garantizar el acceso a la justicia de mujeres y niñas es también urgente.
Mika Kanervavuori
Representante en Guatemala del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (OACNUDH). Ha trabajado por más de 20 años en la protección y promoción de los derechos humanos, la integración del enfoque de derechos humanos en la programación del desarrollo y la acción humanitaria.
