Cada 13 de diciembre se celebra en Suecia el Día de Santa Lucía, para convertir la noche más oscura del año en una noche de luz, y lograr así la victoria sobre las tinieblas. Por ello ese día se invoca a Santa Lucía virgen y mártir, cuyo nombre significa: portadora de luz. Ella viene hacia sus fieles con la palma de la victoria y sus ojos en sus manos, que simbolizan el triunfo sobre los castigos y torturas a que fue sometida, para obligarla a renunciar a su fe.
En Suecia para conmemorar el Día de Santa Lucía se elige a una joven a quien se le honra con el nombre de Lucía. Ella desfila vestida de blanco, sosteniendo sobre su cabello una hermosa guirnalda de velas encendidas, que representa claridad en los días oscuros del invierno en Suecia, y también la rogativa para que sean siempre luminosos.
Al terminar el largo anochecer, tradicionalmente los pobladores de Suecia elaboran viandas especiales, reparten galletas de jengibre, degustan panecillos condimentados con azafrán y saborean el Glögg, bebida navideña caliente que se prepara con vino tinto, clavos de olor, canela en raja, ralladura de naranja, semillas de cardamomo, almendras y pasas.
Aquí en Guatemala, el pasado jueves 11 de diciembre, el Excelentísimo Señor Embajador de Suecia, Pontus Rosenberg y su distinguida esposa Beatriz Calvo, celebraron en su residencia el Día de Santa Lucía, para recordar que cada 13 de diciembre se debe realizar una esperanzadora ofrenda de luz. Dentro de sus palabras, el Embajador Rosenberg expresó que esta festividad, es una de las más grandes e importantes de la cultura folclórica sueca, conmemorando a Santa Lucía mártir, como una mujer valiente con sus ideales y decisiones propias; además en Suecia, esta celebración significa el inicio de la época navideña.
Luego comenzó el hermoso desfile, encabezado por la figura ancestral de la joven Lucía, escoltada por damas de honor, jóvenes estrella, inquietos duendecillos o elfos, entonando todos al unísono, la canción napolitana Santa Lucía. Al estar colocados en el escenario cantaron una selección de piezas tradicionales suecas, como “Tomtarnas Julnatt”, que significa en español: La Navidad de los duendes, el coro de esta melodía reproduce con la voz el zapateo de los duendecitos: “tipp tapp, tipp tapp, tippe tippe tipp tapp, tipp tipp tapp”, terminan con el famoso himno Noche de paz y se despiden entonando de nuevo la canción napolitana Santa Lucía.
Este día tan especial, me recuerda mi poema dedicado a Santa Lucía que manifiesta:
“Lucía, luz sideral
luz espacial, luz en luz
luz más allá de la luz
luz en noche sin luna.
Luminosa nívea inmaculada
gracia iluminadora
albor de valles, huertos y montañas.
Surtidora luminiscencia
lámpara encendida
luz de la testa en azúrea ánfora.
Lucía, esplendor de los días
en inviernos oscuros.
Reina de luz
bienaventurada galaxia
magnificencia y fulgor
del Universo.”
En Suecia el Día de Santa Lucía, más que una festividad es una ceremonia muy significativa en su cultura, y sostiene que siempre debe reinar la luz sobre la oscuridad y el calor sobre el frío.







