Grecia Aguilera

Periodista, escritora, filósofa y musicóloga. Excelsa poeta laureada. Orden Ixmukané, Orden de la Estrella de Italia, Homenaje del Programa Cívico Permanente de Banco Industrial, Orden Antonio José de Irisarri, Embajadora y Mensajera de la Paz.

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Miguel Ángel Asturias nació en la Ciudad de Guatemala el 19 de octubre de 1899 y falleció el 9 de junio de 1974 en la Ciudad de Madrid, España; sus restos yacen junto a otras grandes personalidades como Sully Prudhomme, Edith Piaf, Honoré de Balzac y Frédéric Chopin, en el Cementerio del Père Lachaise en la Ciudad de París, Francia; con motivo de cumplirse 125 años de su nacimiento y 50 años de su fallecimiento, su distinguida familia ha decidido repatriar sus restos a Guatemala.

Y el Gobierno de la República ha declarado por medio del Acuerdo Gubernativo 92-2024, un año completo “con el objeto de rememorar su vida y obra, así como recuperar, revalorizar y recrear su legado literario a través de actividades culturales en diferentes espacios a nivel nacional”.

Desde el año 2014, el Congreso de la República de Guatemala, declaró el 9 de junio como Día Nacional de Miguel Ángel Asturias, según acuerdo legislativo 17-2014, se estableció esta fecha por ser el día de su fallecimiento y “como reconocimiento póstumo al aporte del Nobel de la Literatura Universal”.

Dentro del acuerdo el Congreso exhorta al Ministerio de Educación para que: “En el ámbito del cumplimiento de sus funciones, estimule en los educandos del nivel medio, investigaciones, búsquedas y aportes que tiendan a divulgar, generalizar y popularizar los aportes que en vida brindó el ilustre y laureado Premio Nobel de Literatura 1967”. Por estos motivos se viene a mi memoria la edición especial conmemorativa, con estricto apego al libro original de la obra del reconocido escritor Luis Cardoza y Aragón (1901-1992), titulada: “Miguel Ángel Asturias, casi novela”, publicada como “Edición Única” en el año 2002, por la Editorial Universitaria de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

En la contraportada del libro se lee: “En esta obra, publicada por primera vez en México en 1991, Cardoza y Aragón se refiere a Miguel Ángel Asturias; hace un análisis crítico de lo que considera su producción literaria más importante; su visión sobre el indígena y los momentos cruciales en la existencia del escritor, como el período de la dictadura de Jorge Ubico (1931-1944), la aceptación de la embajada guatemalteca en París en 1966, y otros asuntos de la vida pública de Asturias que han sido motivo de controversia. Es este un libro tremendamente polémico, pero imprescindible para ubicar la vida y la obra de estos dos hombres trascendentales de las letras guatemaltecas del siglo XX”.

Luis Cardoza y Aragón conoció a Miguel Ángel Asturias en París en 1924 y escribe: “Nos conocimos en plena euforia de juventud, transportados en el mismo asombro, lanzando las bengalas de nuestros años, antes de enfrentarnos a la vida. Mientras viví exiliado en México y Miguel Ángel vivió en Guatemala, de vez en cuando nos comunicábamos… Lo vi en Leyendas. A veces son poemas en prosa; otras, por momentos, prosa poética”.

Y más adelante anota: “Yo escribo sobre Asturias porque Asturias escribió Hombres de maíz… Es ante todo lo que pienso de ella, la novela; y es lo que pienso de él, su autor y el personaje. Si me inventé una novela es porque la novela mencionada tuvo capacidad para incendiar mi ánimo: doy ese incendio. Me enamoré de los fieles instantes de la novela cuando ya no es meramente discursiva, cuando se aleja de lo real sensible y se manifiestan sus potencias inconscientes y las mías”.

Miguel Ángel Asturias, en su inagotable y original prosa, en su profundo ramaje lírico, conjugado por la belleza e intenso amor a su patria, dejó cincelada en alabastros para la posteridad su magnífica palabra que brilló, aún más, cuando en 1967 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura: “Por sus logros literarios vivos, fuertemente arraigados en los rasgos nacionales y las tradiciones de los pueblos indígenas de América Latina”.

En cada una de sus magnánimas obras, Asturias reflejó sus ideales, sueños y realidades, así como también en sus hermosos poemas pletóricos de armonía; por ejemplo, en su famoso poema “Caudal”, nos entrega una lírica colmada de generosidad, cuando expresa:

“Dar es amar,
dar prodigiosamente
por cada gota de agua
devolver un torrente”.

Y Continúa manifestando:

Fuimos hechos así,
hechos para botar semillas en el surco
y estrellas en el mar
y ¡ay! del que no agote,
Señor, su provisión
Y al regresar te diga:
¡Como alforja vacía
está mi corazón!

Loor a Miguel Ángel Asturias en el año completo dedicado a su legado literario.

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