La brigada médica de Cuba (BMC) cumplió 27 años de servicio en Guatemala, llegó el 5 de noviembre de 1998 durante el Gobierno derechista de Álvaro Arzú Irigoyen, con el propósito de brindar ayuda humanitaria y asistencia médica a personas víctimas de la devastadora acción provocada por el huracán Mitch.
Durante un acto realizado en la sede de la Dirección de Redes Integradas de Servicios de Salud de Guatemala, con la presencia del excelentísimo señor Nazario Fernández, embajador de Cuba acreditado en este país, coordinadores y médicos cubanos miembros de la BMC, funcionarios del Ministerio de Salud de Guatemala, profesionales guatemaltecos graduados en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) e invitados especiales, conmemoraron 27 años de la presencia médica cubana y honraron a los médicos de la BMC.
El embajador Fernández calificó de justo y necesario el homenaje a los profesionales cubanos y agregó: “cumplen un deber internacionalista en esta hermana tierra”. El diplomático cubano destacó “la obra de amor y esperanza” compartida con los pueblos de Guatemala. Afirmó que el líder de la Revolución, Fidel Castro fue el inspirador de este servicio de salud internacionalista iniciado en 1963, hace 62 años. La coordinadora general de la BMC, doctora Mariheta Cutiño, aludió a los hitos alcanzados por la colaboración médica desde el 5 de noviembre de 1998 y los servicios de salud ofrecidos a sectores de población en particular del área rural que tiene bajos recursos económicos y son quienes acumulan mayor necesidad.
Por su parte, la doctora Bertha Irlandina Sam, directora de Redes Integradas de Servicios de Salud de Guatemala, recordó la labor humanista y salubrista de los médicos cubanos durante la tragedia provocada por la erupción del volcán de Fuego en 2018. Mientras, el director de Promoción y Educación en Salud, Luis Enrique Castellanos indicó que el trabajo de BCM en Guatemala es, “…una mano extendida sin ninguna condición, una historia de servicio y un testimonio de hermandad latinoamericana”. Comentó que durante la emergencia por el paso del huracán Mitch, los médicos cubanos permanecían junto a las familias damnificadas, compartiendo angustias y limitaciones cotidianas, que sirvió para aprender costumbres, tradiciones y en ocasiones el idioma maya local. Agregó que, “…la cooperación cubana no solo significó atención médica, también es escuela, ejemplo, fuente de inspiración, que contribuyó a formar conciencias, a sembrar valores de solidaridad, equidad y a ratificarnos que la medicina es ante todo, un acto de humanidad”. Hizo alusión a que la salud no conoce fronteras y que los lazos entre Guatemala y Cuba trascenderán los tiempos y los Gobiernos porque, “…están fundados en principios nobles: la vida, la dignidad y la solidaridad”. Para concluir, agradeció los 27 años de cooperación sostenida en la fe del ser humano, la solidaridad entre los pueblos y la convicción de que la salud es un derecho humano.
Guatemalteco graduado de la ELAM elogia la labor de la BCM en Guatemala. El doctor Juan Pablo Velásquez, especialista en epidemiología y director del área de salud del departamento de San Marcos, agradeció el trabajo de los médicos cubanos, dijo que la cooperación de Cuba con Guatemala es una historia de amor basada en la solidaridad.
La Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), fue inaugurada por el presidente Fidel Castro el 15 de noviembre de 1999, tiene 26 años de existencia y ha graduado más de 31,000 médicos de varios países, incluidos los Estados Unidos y de otros continentes. En el caso de Guatemala, sobrepasan los 11,000 profesionales graduados.
Pese a las limitaciones provocadas por el inhumano y criminal bloqueo impuesto por el Gobierno estadounidense, este proyecto del Gobierno cubano se extiende a más de 55 países de todo el mundo y los médicos de la BCM “Henry Reeve”, siguen salvando vidas y atendiendo a poblaciones de las áreas rurales más excluidas, deprimidas y apartadas. Gracias por sus servicios prestados en Guatemala desde 1998.







