Esta semana la ONU celebra su octogésima Asamblea General Ordinaria en la sede de New York, Estados Unidos de Norteamérica en momentos que la humanidad continúa observando en tiempo real, en vivo y a todo color la barbarie de actos genocidas que el Gobierno sionista de Israel comete contra la población civil palestina en la Franja de Gaza a la vista, paciencia e indiferencia de muchos Gobiernos del mundo.
El asunto del genocidio israelí contra los palestinos, fue el tema central que ocupó la atención de muchos de los Gobernantes de los cinco Continentes, que durante sus intervenciones denunciaron con vehemencia para condenar al Gobierno sionista de Benjamín Netanyahu.
En este sentido, destacan las intervenciones de varios presidentes de América Latina como Luis Inacio Lula Da Silva, de Brasil; Gustavo Petro, de Colombia; o Gabriel Boric, de Chile, quienes además abordaron temas del calentamiento global, el uso dañino de combustibles fósiles como el petróleo y carbón, así como, la emigración y el narcotráfico. En esto último, el presidente Petro expresó con aguda retórica su rotundo rechazo a la política intervencionista del actual gobernante estadounidense y calificó a los fundamentalistas de ultraderecha como “ignorantes.” En la misma línea, se expresaron el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez y el de Turquía Recep Tayyip Erdogan.
¿Cuál es el origen de este organismo multilateral? Su antecedente inmediato es la Sociedad de las Naciones que surgió en 1919 durante la primera Guerra Mundial en virtud del Tratado de Versalles «para promover la cooperación internacional y para lograr la paz y la seguridad», pero debido a que no fue capaz de impedir la Segunda Guerra Mundial, demostró que era necesario crear un organismo más eficaz, que tuviera la capacidad de prevenir y evitar nuevas guerras.
Así fue como los fundadores de las Naciones Unidas, testigos de los horrores de las dos guerras mundiales, se plantearon salvaguardar a las futuras generaciones del azote de la guerra y el 26 de junio de 1945 al terminar la Segunda Guerra Mundial durante la Conferencia de San Francisco, 50 países suscriben la Carta de las Naciones Unidas, organización que nace el 24 de octubre de 1945, día en que se celebra el Día de las Naciones Unidas, luego que la Carta fue ratificada por la extinta Unión Soviética, China, Francia, Estados Unidos, el Reino Unido, Guatemala y la mayoría de los otros países signatarios.
Objetivos de la ONU. Sus objetivos y principios están establecidos en la Carta Fundacional y son: 1. Mantener la paz y seguridad internacionales. 2. Prevenir conflictos armados, mediar en las disputas internacionales y restaurar la paz cuando ocurren hostilidades. 3. Fomentar relaciones de amistad entre naciones, esto se basa en respetar el principio de igualdad de derechos y libre determinación de los pueblos. 4. Lograr la cooperación internacional y la solución de problemas de carácter económico, social, cultural o humanitario a nivel global. 5. Promover el respeto por los derechos humanos. Trabaja para fomentar y estimular el respeto universal de derechos humanos y libertades fundamentales de todas las personas, sin distinción de raza, sexo, idioma o religión. 6. Servir como centro armonizador, como punto central para que los países coordinen esfuerzos y logren los propósitos comunes.
Así que, esta vez el aniversario 80 de la ONU es escenario propicio para desenmascarar los planes aviesos de quienes ahora, se asumen como los gendarmes del mundo sobre la base de la supremacía, la discriminación, racismo y xenofobia, frente a quienes con la frente en alto defienden la soberanía, autodeterminación y dignidad de los pueblos.
Tampoco faltaron las críticas a la misma ONU y la exigencia de impulsar reformas internas, en particular las requeridas para modificar las funciones del Consejo de Seguridad que a la fecha, mantiene la facultad del veto lo que es causa de reiteradas contradicciones y descontentos.
Hacen falta sumar esfuerzos para que dicho organismo multilateral, sea capaz de detener las guerras que al día de hoy afligen a la humanidad, como las que suceden en Ucrania, Sudán y Gaza.