¿Qué clase de democracia hay en Guatemala? El enjambre sísmico que inició el 8 de los corrientes y continúa hoy con más de 1,500 réplicas, es la perfecta cortina natural de humo para desviar la atención de actos graves cometidos por agentes del Estado que violan derechos humanos de la población guatemalteca, uno de esos actos tiene que ver con la libre emisión del pensamiento.

En el marco de la Feria Internacional del Libro en Guatemala Filgua 2025, el domingo 6 de julio estaba programado presentar el libro “Guatemala: Narco estado y oligarquía” escrito por el coronel de Infantería en activo Edgar Rubio Castañeda, sin embargo, esta actividad académica cultural fue sorpresivamente suspendida, porque el Ministerio de la Defensa Nacional negó permiso al coronel Rubio para asistir a la actividad, por considerar que era un “acto político” y porque el reglamento militar prohíbe a elementos activos participar en actos de esa naturaleza.

Se les olvidó a todos que la Filgua es un espacio enteramente académico cultural de mucho prestigio, que organiza y convoca a actividades que tienen ese carácter. La Asociación Gremial de Editores de Guatemala (AGEG) es la encargada de la organización que también cuenta con apoyo del Gobierno guatemalteco a través del Ministerio de Cultura y Deportes.

En la historia de 25 años de realización, me consta que la Filgua en ningún caso ha organizado actos políticos y menos vinculados a partidos. Así que ese argumento no tiene ninguna justificación. Merece todo nuestro repudio por el atropello a libertades y derechos fundamentales de todas las personas.

Este hecho es repudiable porque representa una clara censura a la libertad de expresión, vulnera la Constitución Política de la República de Guatemala, la Ley de Libre Emisión del Pensamiento, además, elementales libertades y derechos humanos universales no solo del militar agraviado, también de la población en general.

Pero como fieles siervos y escoltas de las élites oligárquicas guatemaltecas, en las fuerzas armadas todavía imperan abusivas mentes de dinosaurio, cavernícolas, ultraconservadores, neo fascista, fundamentalistas, enemigas de la inteligencia y de la democracia, a quienes vale etiquetar como eternos reincidentes campeones en intolerancia, autoritarismo, prepotencia y violación de derechos humanos.

Intentan hacernos creer que en Guatemala “vivimos en democracia”, que se respetan las leyes y derechos humanos, pero lo que vemos es contrario al discurso, se sigue imponiendo el abuso del poder militar sobre el poder civil.

¡Es la verdad! lo demás que narren para justificar la orden de suspender la presentación del libro, es simple retórica repleta de mentiras. Este es un caso de ataque y violación sistemática a libertades universales de expresión, pensamiento e información, al derecho de recibir y divulgar información sin previa censura por todos los medios posibles.

La Ley de Libre Emisión del Pensamiento tiene rango constitucional y las libertades y derechos humanos individuales y sociales están promulgados en la Constitución Política de la República, además, todos los Convenios, Tratados, Pactos, Protocolos internacionales en materia de derechos humanos, ratificados por el Estado de Guatemala tienen preeminencia sobre el derecho interno.

Ninguna ley del ejército menos un reglamento interno es superior a la Constitución Política de la República o la Ley de Libre Emisión del Pensamiento, por tanto, queda clarísimo que el Estado de Guatemala vulnera derechos humanos y sus agentes irrespetan compromisos internacionales.

Democracia de fachada. En esto también tiene su cuota de responsabilidad el presidente Bernardo Arévalo en tanto Comandante General del ejército, por no tener la energía y coraje necesarios para revertir la orden ilegal del ministro de la Defensa Nacional. Guatemala sigue dando muestras de tener una “democracia de fachada”, controlada por poderes ocultos que contribuyen a dibujar la mala imagen que el país exhibe en el exterior. Por ese acto abusivo es que no debemos callar.

Pese a la censura, el libro del coronel Rubio sigue a la venta disponible al público lector. Solo falta que decomisen la edición, prohíban su distribución, encarcelen al editor y criminalicen a quienes lo lean.

Ante la actuación de militares, los organizadores de la Filgua como sujetos agraviados, contrario a defender libertades de expresión y pensamiento se mostraron sumisos, temerosos, paralizados y conformes con el atropello a derechos humanos cometido por agentes del Estado.

Como un acto de desagravio, antes que finalice la feria y porque la firma editora anunció que el libro está agotado, deberían reprogramar la presentación del mismo y circular libremente la versión electrónica objeto de censura, “Guatemala: Narco estado y oligarquía”.

Por este abuso de poder militar, omisión de funcionarios civiles e indiferencia de la población, emplazo por el silencio a entidades de prensa que defienden libertad de expresión, a organizaciones defensoras de derechos humanos y planteo preguntas comunes: ¿Dónde está la voz del Procurador de Derechos Humanos? ¿Dictará resolución de condena contra militares y funcionarios civiles por violar derechos humanos y sagradas libertades de expresión y pensamiento?

En un país que no respeta elementales derechos humanos y libertades fundamentales, cabe cuestionar: ¿Qué clase de democracia hay en Guatemala?

Factor Méndez

fmendez21@gmail.com

Defensor Derechos Humanos. Catedrático. Periodista/Escritor. Estudió Derecho, Derechos Humanos y Trabajo Social en Guatemala, Honduras y Costa Rica. Catedrático San Carlos y Rafael Landívar. Fundador Centro de Investigación, Estudios y Promoción de Derechos Humanos CIEPRODH. Autor de ensayos y artículos sobre temas sociales, políticos, memoria histórica y Derechos Humanos.

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