Una señal positiva del actual gobierno que preside Bernardo Arévalo, es la visita a Guatemala que harán en días venideros expertos del sistema interamericano de derechos humanos. Es buena señal porque funcionarios internacionales de ese nivel, solo pueden llegar al país cuando son oficialmente invitados por el gobierno.
Para cualquier Nación del mundo siempre es saludable recibir la visita de este tipo de expertos, por regla general esto solo ocurre cuando sobran evidencias de escaso o nulo progreso en el respeto a derechos humanos de su población, por tanto, es indicativo de que se requiere visitar in situ al país cuestionado para comprobar hechos, recopilar información pertinente, elaborar informes y recomendar acciones adecuadas para corregir el rumbo y así eliminar las presuntas violaciones a estos derechos.
Cabe recordar que en materia de derechos humanos los únicos sujetos violadores son el Estado y sus agentes, que vulneran derechos y libertades por acción u omisión, o sea, que las violaciones ocurren ya sea por actos, conductas y acciones cometidas desde el Poder Público o porque este poder no hace nada, abandona su deber de actuar con estricta observancia y respeto a derechos humanos.
Además, los Estados que son parte del amplio catálogo de instrumentos jurídicos regionales e internacionales de derechos humanos como es el caso de Guatemala, están obligados a cumplir su compromiso de respetar esos derechos. A esto hay que agregar, que las violaciones a derechos humanos son imprescriptibles en el tiempo y en el espacio, quiere decir que se puede investigar, juzgar y castigar a los responsables en todo momento y donde sea.
En relación a violaciones graves y sistemáticas de derechos humanos, Guatemala no es la excepción ya que tiene una extensa y negativa historia que lo distingue como país transgresor de derechos humanos donde los hechos e indicadores saltan a la vista. En materia de derechos humanos individuales, civiles y políticos o de primera generación, cito algunos rasgos estructurales persistentes y negativos que explican la afirmación anterior: Profunda desigualdad social, racismo, discriminación, analfabetismo, bajo nivel de desarrollo humano. Incumplimiento del compromiso en bienestar social, en salud, en educación. Incremento de inseguridad alimentaria, desnutrición infantil, escasez de vivienda digna, de acceso a agua potable, de saneamiento ambiental.
Con relación a derechos sociales o de segunda generación Guatemala tampoco tiene buenas calificaciones, la mayoría de la clase trabajadora carece de seguridad social y sujeta a pocas fuentes de empleo, bajos salarios, sobre explotación laboral, inadecuadas condiciones de higiene y seguridad ocupacional. Irrespeto a los derechos de los pueblos indígenas. Aumento de la pobreza, emigración forzada, campesinos sin acceso a la tierra, injusticias de todo tipo. En 2024 Guatemala fue incluido en una lista donde están los 10 países calificados como, “los peores para la clase trabajadora”.
Esa realidad les espera a los expertos internacionales que vendrán al país. El primer evento será del 19 al 23 de los corrientes, cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) visitará Guatemala para celebrar su 176 Período Ordinario de Sesiones, un acontecimiento importante para esta Nación, su gobierno y población.
Luego en próximos meses se espera la llegada de grupos de trabajo y relatores temáticos sobre libertad de expresión, desaparición forzada o involuntaria y pueblos indígenas. Esta muestra de voluntad política del actual gobierno de invitar a expertos del sistema interamericano y universal, puede contribuir a que mejore la imagen de país en materia de derechos humanos.