“Otro hecho de singular importancia es el largo plazo de la lucha. Dos meses completos de marchas, protestas, mítines, revueltas callejeras y enfrentamientos contra un poder armado que aplicaba la fuerza sin misericordia. Cerca de 40 muertos y cientos de heridos, detenidos y expatriados fue el precio de la lucha popular.
Muchos se cuestionan: ¿valió la pena? Es una pregunta difícil y conflictiva de responder, pero que no puede eludirse. A nuestro juicio sí valió la pena, aunque solo fuera para demostrar que el pueblo de Guatemala, a pesar de ser humilde, callado y a veces hasta sumiso, tiene el valor y el coraje de enfrentar la adversidad cuando los valores de justicia, equidad, igualdad, paz y seguridad son conculcados por gobiernos espurios surgidos del fraude y la componenda, al margen de los intereses nacionales.”
Fragmento presentación antología: “50 años de las jornadas patrióticas de marzo y abril de 1962”. Editorial USAC. 2012.
En la historia nacional se reconocen como jornadas patrióticas de marzo y abril de 1962. Fueron un episodio de lucha popular pre insurreccional, conducida por la juventud estudiantil de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) y adolescentes estudiantes de secundaria de institutos nacionales, quienes en condiciones desiguales durante marzo y abril, luchamos en las calles contra fuerzas policiales y militares de la dictadura del general Miguel Ydígoras Fuentes.
Los universitarios organizados en la centenaria Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) y los muchachos y muchachas de pos primaria en el Frente Unido del Estudiantado Guatemalteco Organizado (FUEGO). En aquellos días ambas agrupaciones estudiantiles ganaron simpatía entre la población y tuvieron amplio apoyo popular, se distinguieron por su representatividad, coraje y beligerancia.
Ahora en 2025, se cumplen 63 años de aquellas gestas heroicas y populares que marcaron el inicio de la lucha armada, “como herramienta de combate ante el cierre de los espacios de diálogo.”
En Guatemala las élites conservadoras y neofascistas, así como militares violadores de derechos humanos, procuran imponer a la sociedad una especie de amnesia colectiva para impedir que se conozca la historia, por eso adquiere importancia rescatar la memoria histórica para que, la juventud de nueva generación conozca los hechos y a los héroes y mártires mujeres y hombres, víctimas de intolerancia y acciones represivas de regímenes militares que el siglo pasado, dominaron durante años la vida nacional.
En 2012 se cumplieron 50 años de esta gesta estudiantil, con tal motivo la USAC publicó la antología “50 años de las jornadas patrióticas de marzo y abril de 1962”. En la presentación del libro se lee: “Marzo y Abril, en su contexto histórico, representaron la explosión o el estallido, como alguno de los colaboradores del libro le llaman, de ese sentimiento de frustración del pueblo guatemalteco, que se inicia desde la misma intervención estadounidense en el derrocamiento del gobierno democrático del coronel Jacobo Árbenz Guzmán en 1954.”
Otro párrafo indica: “De la lectura de este libro se infiere que las jornadas de marzo y abril no constituyen un hecho aislado en la historia del país. Son una consecuencia, una secuela de otros hechos lamentables de nuestro acontecer a través del tiempo y que debemos conocer porque son las lecciones de la historia. También impresiona la cantidad de personas, grupos sociales, sindicatos, e instituciones participantes en la lucha: el estudiantado, con destacada actuación de la AEU; los profesionales y sus Colegios; el Consejo Superior Universitario, que declara a Ydígoras como persona non grata, las organizaciones de mujeres, los partidos políticos incluyendo una facción del Partido Revolucionario y la Democracia Cristiana Guatemalteca, y hasta algunos conocidos conservadores de la época se unen como un solo pueblo en demanda de justicia, paz y democracia, petición que se concretiza en la petición de renuncia al gobernante Miguel Ydígoras Fuentes.”
HOMENAJE A QUIENES ENTREGARON SU VIDA EN LA LUCHA.