El movimiento de comunidades en defensa del agua Qana´ Ch´och´, celebró el 21 y 22 de febrero del presente año, la quinta asamblea comunitaria en el caserío Tezulutlán II, situado en las tierras bajas del Norte de Guatemala, municipio de Sayaxché, departamento de Petén. Ahí participaron delegaciones de más de 20 comunidades rurales de Alta Verapaz, Sololá y Petén, además, representantes de organizaciones sociales, funcionarios del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Defensoría de la Mujer Indígena (DEMI) y Defensoría de Pueblos Indígenas de Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), organizaciones acompañantes y cooperantes internacionales.
Waqxaqib’ chihab´ xrahob’tesinkil li qa ha’ ut qasutam. Ut toj yooko xpatz’b’al naq t-uxq ragok aatin sa’ xb’eeneb’li xe’b’aanunk re. La traducción de la frase anterior en idioma Q’ueqchi’ significa: 17 de marzo 2017: Mortandad de peces e inicio de la contaminación del río San Román por la empresa de palma aceitera, Industria Chiquibul. 8 años de impunidad ambiental. ¡Seguimos exigiendo justicia!
Cito a continuación los objetivos de esta quinta asamblea de comunidades, los cuales fueron: 1.“Continuar reflexionando colectivamente para fortalecer las luchas comunitarias y sociales, para la defensa de los derechos territoriales del Movimiento de Comunidades en Defensa del Agua, en el contexto del funcionamiento del agronegocio de palma aceitera, y reorientar acciones colectivas para abordar la problemática socioambiental, en la agenda de la institucionalidad pública agraria y ambiental del gobierno actual”.
- “Conmemorar la fecha de fundación del Movimiento de Comunidades en Defensa del Agua, Qana’ Ch’och’, como un hecho histórico y político para la defensa de los derechos humanos en las tierras bajas del norte de Guatemala, y reforzar su estructura organizativa y de conducción política mediante la revisión, reestructuración y ratificación del consejo del Movimiento Qana’ Ch’och’ con base a consenso de las comunidades”.
El derecho a un medio ambiente sano y seguro, es derecho humano de tercera generación, también conocido como derecho de los pueblos o de humanidad. El primer objetivo es inobjetable, identifica con precisión qué derechos defienden y qué condiciones causan la lucha comunitaria y social, que en este caso es la “problemática socioambiental”, en concreto la contaminación del agua que origina el agronegocio de palma aceitera, pero también proponen incidir en la agenda institucional pública del actual Gobierno del presidente Bernardo Arévalo.
El caserío Tezulutlán II donde se desarrolló la quinta asamblea, es población indígena Q’ueqchi’, en esa misma región hay más comunidades organizadas por la misma causa: Defender el agua que significa, proteger el río San Román que atraviesa el territorio y es principal fuente para el desarrollo comunitario. Ahora este recurso natural está en riesgo, el agua es de la “peor calidad” contaminada por actividades del monocultivo de palma africana.
La extensión incontrolable de la frontera agrícola de este monocultivo, es una causa de conflictividad agraria y social, por el daño colateral irreparable al medio ambiente y a las personas en tanto seres humanos que, en muchos casos son brutal y violentamente despojados y desalojados de sus territorios, sin respetar su dignidad, derechos humanos y ancestrales.
El agua es un bien público, un recurso al que tenemos derecho todas las personas, animales, plantas y naturaleza en general, pero las élites de aquí y del resto de países dispusieron privatizarla, entonces industriales la venden envasada, municipalidades cobran por servirla en hogares, camiones cisterna venden y distribuyen a domicilio. A vista y paciencia de autoridades, terratenientes desvían ríos hacia sus fincas.
Estas comunidades rodeadas de plantación de palma aceitera, llaman la atención de autoridades del Gobierno, para atender la problemática socioambiental que nace de la contaminación y desvío de ríos. La defensa del agua es derecho legítimo, por ello exigen aprobar la Ley de Aguas y suscribir el Acuerdo de Escazú.
En mi calidad de presidente de junta directiva de Coordinación de ONGs y Cooperativas (CONGCOOP), que acompañamos al Movimiento QANA’ CH’OCH’, participé en la quinta asamblea.
Durante el viaje de Guatemala hacia Sayaxché por la ruta Cobán-Chisec, observamos y padecimos el pésimo estado de la carretera y de prolongados tramos de terracería sin mantenimiento, que recorrimos para llegar a esas alejadas aldeas y caseríos de tierras bajas del Norte, cuyos pobladores ausentes de desarrollo soportan la aviesa sombra de palma africana.
