Factor Méndez Doninelli
“No podemos volver el tiempo atrás. Pero podemos cultivar árboles, reverdecer nuestras ciudades, repoblar nuestros jardines con especies silvestres, cambiar nuestras dietas y limpiar ríos y costas. Somos la generación que puede hacer las paces con la naturaleza.
Es nuestra última oportunidad para corregir el rumbo: prevenir la catástrofe climática, detener la creciente ola de contaminación y desechos, y frenar la pérdida de biodiversidad. Tú también puedes proteger lo que queda y reparar lo que ha sido dañado. Seamos activos, no ansiosos. Seamos audaces, no tímidos.
Es nuestro momento. Es tu momento.”
(Naciones Unidas. Programa para el medio ambiente, 2021.)
El derecho a un medio ambiente sano y equilibrado es un derecho humano reconocido como derecho de tercera generación, llamados también derechos de solidaridad, de los pueblos o de la humanidad. El deterioro progresivo del medio ambiente a nivel global es una cuestión que levanta la preocupación de muchos Gobiernos, despierta interés en la mayoría de países e inquieta a la humanidad entera en todo el planeta.
A la crisis climática se suman otras, la pandemia, la alteración de la paz mundial, los abusos a derechos humanos, el ataque a la ciencia y las desigualdades sociales son las alertas más notorias. Esto quedó reflejado en la inauguración de la 76 Asamblea General de las Naciones Unidas cuando el Secretario General, António Guterres, indicó: “Estoy aquí para hacer sonar la alarma (…) Nuestro mundo nunca ha estado más amenazado. O más dividido. Nos enfrentamos a la mayor cascada de crisis de nuestra vida. La pandemia del COVID-19 ha sobredimensionado las flagrantes desigualdades. La crisis climática está golpeando el planeta. La agitación desde Afganistán hasta Etiopía, pasando por Yemen y más allá ha frustrado la paz. Un aumento de la desconfianza y la desinformación está polarizando a la gente y paralizando las sociedades. Los derechos humanos están bajo fuego. La ciencia está siendo atacada. Y los salvavidas económicos para los más vulnerables llegan demasiado poco y demasiado tarde… si es que llegan. La solidaridad está ausente, justo cuando más la necesitamos”.
Este año se inicia el Decenio de las Naciones Unidas 2021-2031 sobre la Restauración de los Ecosistemas, que se propone el desafío de favorecer la restauración del planeta que se encuentra en difíciles condiciones por la acción depredadora de los humanos. Según el Programa para el medio ambiente de las Naciones Unidas, anualmente se pierden más de 4,7 millones de hectáreas de bosques por la tala ilegal o incendios provocados y alrededor del 80 por ciento de las aguas residuales del mundo, se echan a los océanos sin ningún tipo de tratamiento. Además, la continua emisión de gases de efecto invernadero no disminuye, pues los países que se comprometieron a controlar y disminuir las emisiones incumplieron su compromiso.
Es nuestro momento, contribuyamos a la restauración del planeta mediante la divulgación masiva de conocimientos, educando a la gente y empujando la lucha por la defensa de los derechos ambientales, a efecto de crear mejores condiciones de vida para la humanidad y por el bienestar de nuestro hogar la tierra.