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Porque la paz debiera estar presente en todos lados, como amor materno siempre vivo, como rosa tierna en primavera en el corazón del hombre nuevo. La paz debiera ser perenne para todos, como eterno es JESUCRISTO hombre con sustancia de maíz y todas juntas. Amor fraterno de dimensión incontenible sin medidas exactas ni patrones. Amor de hombres de verdad y no hombres-bestias, con botas y metralla al hombro llenos de odio, porque ya no queremos oír aviones de combate. Porque queremos ver rosas de pasión por todos lados, la exactitud constante del amor de madres, un pájaro que vuela libre por el aire y un hombre que lleva el pan a sus infantes. 

Sigo con melancolía, pues también hay soledad y júbilo, porque mi amigo del alma es mi psique, “mi Elfo”, que muchos de ustedes conocen y es quisquilloso, mi hechicero y grande compinche. Y sufro ayunos de sueño, siempre algo me dejan, porque todo o casi todo lo que en mi vida he escrito para el mundo literario, político y periodístico, lo he logrado en mis vigilias. Me da el impulso de artista, me inspira, me ilumina y entusiasma. Aunque a veces de mi pluma salen muchas pendejadas, una que otra cabronada, un sinfín de pretensiones, versos sombríos y amotinados, algunas cursilerías y muy pocas certidumbres o equilibrados grafemas. Así nacen mi encendida poesía y prosas irrefrenables y sumamente indomables. Porque escribir me inyecta autonomía y realidad; más, a veces es complejo que la imaginación y la inventiva se presenten tal y como la deseamos para imprimir esa peculiar personalidad que, en lo que a mí atañe, siempre ha sido un estilo con una particular energía, neuronal, porque busco que lo plasmado en el papel sea intenso, sólido, impactante y perdurable, porque estimo que es ahí en donde se palpa la belleza artística de quienes sentimos ser artesanos de las coplas y los versos.

En este año 2026 debemos recordar, quienes vivimos esos 36 años de guerra, cuando el ejército ondeó bandera blanca más nos unió la derrota de los kaibiles y soldados; se suscribió hace casi veintinueve años, tenemos DOCE “Acuerdos de Paz Firme y Duradera” nos damos cuenta que fueron farsa y engaño pues NUNCA JAMÁS estos se cumplieron.

Nosotros seguimos peleando por ser libres y tener una paz realista utópica, una quimera, porque somos firmes creyentes que PAZ es abolir injusticias, saciar el hambre, dar trabajo, salarios dignos, defender al obrero, desterrar la miseria, educar a nuestros niños, curar a los enfermos, tratar con integridad al hombre, acribillar la corrupción, romper ataduras de oprobios, quitar los grilletes de amargura, abolir un sistema aún colonialista, no es el racismo hacia el indígena, vivir una auténtica democracia; ya que la PAZ es eso, convivir en armonía y compartir DIGNIDAD.

¿Creerán en la DIGNIDAD, la SOLIDARIDAD y la JUSTICIA?

¿En la severidad y la idea de la JUSTICIA de dar a cada uno lo que le pertenece; en la justicia como esa sensación y sentimiento de satisfacción que se produce cuando lo justo se realiza y vive con sabiduría, decencia y equidad?

¿En la DIGNIDAD como un valor supremo del hombre honesto, vertical y recto con un comportamiento decoroso; en la dignidad como una actitud del hombre que no cambia jamás su línea de conducta ante ofrecimientos materiales de poder, dinero, vanidad y lujo?

¿En la SOLIDARIDAD como un valor permanente que debe privar dentro del género humano en la tarea de crear una sociedad civil más justa, más fraterna, más libre y más humana; creerán en la solidaridad como una comunidad de intereses y responsabilidades que hacen del hombre la persona humana que debe ser el centro de toda la actividad social y política de nuestro mundo?

Porque hoy es el Réquiem para la Injusticia. Recién ayer enterramos la injusticia, le dijimos adiós a la tragedia y con blancos ropajes de alborada amanecimos cantando a la esperanza. Nos despojamos del hambre y la miseria, le negamos el paso a la ignorancia y hartándonos de pan con el hambre bebimos en cáliz de abundancia el agua clara de abierta democracia. Y el niño pobre desnutrido comió los panes y peces nazarenos saciando su hambre en mesas abundantes con risa alegre que sólo da la infancia. Con nuestro obrero constante compañero y el campesino labrante del sustento nos encontramos en grandes avenidas y en un abrazo fraterno y solidario le hicimos frente a la luz del día nuevo. Palomas blancas de paz por todos lados, tañer campanas con aires libertarios, un mundo nuevo sin guerras ni egoísmos fue ayer el sueño que tuvo un utopista.

Flaminio Bonilla

Abogado, escritor, comentarista, analista de prensa, columnista en “Siglo XXI” de 1991 y luego en La Hora del año 1991 a la fecha con mi columna “sin esconder la mano”. En la política nacional fue miembro del Partido Democracia Cristiana Guatemalteca, su Vicepresidente del Consejo Político Nacional y Director Nacional de la “Organización Profesional Demócrata Cristiana”. Soy un hombre de izquierda y soy socialdemócrata. Fui Registrador General de la Propiedad del 1982 al 1986; Registrador Mercantil General de la República del 1986 al 1990 y luego 15 años Representante Judicial y Consultor Jurídico del Registro Mercantil. Ha sido profesor universitario en la Facultad de Derecho de la USAC y en la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar. Especialista en Derecho Mercantil Corporativo y Constitucional. Soy graduado en Guerra Política del Colegio Fu Hsing Kang de Taipéi, Taiwán.

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