0:00
0:00

En mi artículo anterior, escribí sobre el hambre y la muerte, porque sigo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, sobre nuestros niños, esos Ángeles sucios, niños pequeños que llegan todos los días a pedir que les den pan. Tienen la cara roñosa y los pantalones rotos, la camisa no es camisa, sino un trapo lleno de parches. Tienen frío, sed, hambre y en su cara se adivina que es hijo del sufrimiento. Le dan pan, techo y abrigo y le calman un instante. ¿Pero quién le da esperanza en un futuro distinto? ¿Quién le dice que mañana será un hombre verdadero? ¿Quién le dice que mañana la rosa será de él?

El PNUD y el Banco Mundial coinciden en que la pobreza en Guatemala es profunda y persistente, afectando a más de la mitad de la población, según cifras del INE de 2023, con altas tasas de pobreza, multidimensional desnutrición, acceso a servicios básicos y extrema, exacerbada por factores étnicos y geográficos, y que las estrategias deben enfocarse en capital humano, resiliencia climática y oportunidades laborales para romper ciclos de pobreza hereditaria y migración, con apoyo técnico y financiero de instituciones como el Banco Mundial. Miren las Cifras y Realidad de la Pobreza en Guatemala: Alta prevalencia: Más del 56% de la población vive en pobreza, con un 16.2% en pobreza extrema, según datos de 2023. Desnutrición Crónica: Afecta a casi la mitad de los niños menores de dos años, con consecuencias permanentes en su desarrollo, vinculadas directamente a la pobreza futura. Pobreza Multidimensional: No solo es falta de ingresos, sino también acceso a salud, educación, agua potable, saneamiento y vivienda digna. Y las causas: Incluyen factores culturales, educativos, falta de acceso a tierra, bajos salarios, desempleo y falta de oportunidades, además de choques climáticos y económicos. Nuestra triste historia de Guatemala. Porque la democracia es para los pueblos y la libertad es para los hombres: debemos enderezar la democracia y tener justicia social y REFUNDAR el ESTADO.

De último solo reitero, que soy un hombre bendecido y con la inmensa fortuna de contar con un sinfín de mil amigos, que por una u otra circunstancia se han cruzado por mi vida. Tengo amigos de mi inocente niñez, de mi recordada vida de aquella adolescencia incierta con su siempre voraginosa, turbulenta y precipitada esencia. En esa época vivida en los tiempos anhelados de las décadas de los 60, 70, y 80, se despertó en muchos de nosotros, algo que traíamos dentro, esas nuestras inquietudes e ímpetus revolucionarios y nuestra visión utopista o pragmática de un futuro mejor para Guatemala; fuimos actores de una juventud rebelde, vanguardista y revolucionaria, a veces muy nihilistas, más con tintes marcusianos y un final en su utopía; pero también actores pensantes de la infamante realidad que nos abrumaba y que aún hoy nos sofoca y hastía. Pero algo muy positivo me dejaron mis temores, mis penas y mis angustias, mis llantos y mis nostalgias; hice mucho tengo una realidad de vida, con mis pensamientos y recopilar mis versos, mis prosas, coplas y trovas, ya di conclusión a otros dos libros que espero en el nuevo año por fin salgan de la imprenta.

Pues mi “oficio de escribiente” lo tengo desde muy joven, cuando muy seguramente algún Geniecillo puñetero me colocó en la cabeza, la mente y el corazón, saber manejar poemas que aunque sin métrica y rima, salen libres y espontáneos, versos sencillos y frescos, sobre algunas mis vivencias siempre emanados del alma, de mi “vida cotidiana de cotidiano vivir”, revivir con gran nostalgia algunos viejos amores, romanticismos de antaño muy fuertemente cargados con gran dosis de amor, apego y ternura, con algunas reminiscencias recordando a esos rebeldes mis siempre leales amigos, compañeros de escritorio y cercanos familiares de equilibrada conciencia de su opción hacia los pobres, que se fueron a los cerros, los llanos y las montañas a realizar su utopía, aunque arriesgando la vida y por ello a muchos de ellos se los llevó ya la muerte y llegaron hasta el cielo, donde salió a recibirles ese grande hombre llamado “Jesús el Nazareno”, quien en su estancia en la Tierra fue siempre “el primer rebelde”, un valeroso y osado tremendo gran guerrillero, quien llenó toda la historia con su ternura y pobreza, su apego a sus semejantes, ofrendando su bondad y su dulzura, con ilimitado amor y esperanza, cuando por todos los hombres de aquellos tiempos y de todos los tiempos, en algún lugar del Gólgota dio su vida por nosotros en forma muy despiadada, cuando un grupo de hombres bárbaros, crueles e irracionales, con extrema saña le golpearon, torturaron, latiguearon y clavado en una cruz se asfixió crucificado.

Y hoy aprovecho para recordarles algunas reflexiones de sostén y soporte, guía y buena sombra; con muchos he crecido fuertemente en cordura, prudencia y reflexión; un sinnúmero de ellos desde años me han ayudado en el logro de obtener una madurez emocional y espiritual; pienso de cuantos he aprendido y recibido consejo, orientación y sabiduría en mi vida profesional; de quienes he asimilado verdaderas lecciones de vida y de mi realidad como hombre perfectible; para quienes me han animado y con quienes he compartido en la búsqueda de la excelencia. Para todos aquellos que me han brindado su corazón, su mano y guía oportuna en las etapas y momentos duros; quienes me han alentado en el cansancio y la fatiga. Para todos aquellos que saben perdonar, para quienes no tiene cobijo el guardar ofensas ni hostiles rencores. Para todos aquellos que han reconocido mis victorias, pero que también me han apoyado en la derrota. Para quienes me han sostenido en momentos de temor y angustia, cuando he desmayado y no aguanto la cruz, a todos los que me han inyectado su coraje y bravura, a quienes debo en gran parte ver la vida con audacia para acometer las acciones con ardor y pasión; a quienes son francos y cordiales, pero enérgicos y vitales, pero en especial a todos aquellos que han tratado que busque más a DIOS. Para todos aquellos con quienes he compartido mi vida y mi historia. A todos ellos, mi familia, mis amigos, mis incondicionales cuates de siempre; en este tiempo, como años atrás, realizó un acto de fe de mi amistad, de mi solidaridad, de mi hermandad y mi cariño. Hoy le ratifico a mis seres queridos, a mis amigos, mi gratitud por todo aquello que hemos compartido y vivido juntos. Y mi palabra, como siempre, es cálida, humana, fraterna y solidaria; salida de lo más profundo de mi corazón, porque la emoción de saberlos mis amigos . . . mi familia, es real, es verdadera, es intensa, sincera, franca y abierta.

Les voy a decir algunos cosas pequeñas insignificantes como un collage artístico de vida, se los comparto para su dilucidación, nuestra pequeña familia, mi esposa Diana, tres hijos: Andrés –Pichi–, Pablo –Cacho– y Javier –Javi–, mi hija Cristina “la Cristi”; mis nueras: Mónica “Monik”, Gabriela “la Gaby” y Regina “la Regis”, mi nieta Marcela -la Marce- y mi bisnieta Emilia, y otros nietos: Tadeo y Lucca y la última de la estirpe es la pequeña Jessica Andrea “la Jessi ; mis padres Flaminio y Margot (RIP), mi hermano Sergio, mi cuñada Malú y mis sobrinos Diego y Ana Lucía “la Cuchi”. Cosas importantes en mi vida: 1) Un 20 de marzo de 1975 me hice abogado y notario, tenía 24 años y ahora tengo 50 años de ser letrado. 2) Fue un 11 de abril de 1980 cuando nos casamos con mi mujer, ahora tenemos 45 años de ser cónyuges. 3) Lo más difícil de mi vida es la muerte de mi madre, el 31 de enero de 2022. Por esto escribimos algunos relatos de estos trozos de vida, que son parte de anécdotas y memorias de la crónica de mi existencia. Y termino mi artículo sobre el amor y gran cariño a mi hermano Sergio “el Gordo”, y dos grandes amigos de siempre: Arturo y Juan José, otros compañeros y adictos de vida, quienes están enfermos y dañados en su salud, pero sí hay milagros prodigiosos, porque nuestro Dios sana, con nuestra Madre la Virgen María.

Que el Niño Dios, les bendiga a ustedes y sus familias en estas fiestas de meditación y que el nuevo año sea en realidad mejor que los pasados. Un abrazo y la reiteración de mi profundo afecto. (FINAL)

Flaminio Bonilla

Abogado, escritor, comentarista, analista de prensa, columnista en “Siglo XXI” de 1991 y luego en La Hora del año 1991 a la fecha con mi columna “sin esconder la mano”. En la política nacional fue miembro del Partido Democracia Cristiana Guatemalteca, su Vicepresidente del Consejo Político Nacional y Director Nacional de la “Organización Profesional Demócrata Cristiana”. Soy un hombre de izquierda y soy socialdemócrata. Fui Registrador General de la Propiedad del 1982 al 1986; Registrador Mercantil General de la República del 1986 al 1990 y luego 15 años Representante Judicial y Consultor Jurídico del Registro Mercantil. Ha sido profesor universitario en la Facultad de Derecho de la USAC y en la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar. Especialista en Derecho Mercantil Corporativo y Constitucional. Soy graduado en Guerra Política del Colegio Fu Hsing Kang de Taipéi, Taiwán.

post author
Artículo anteriorColisión en carril reversible de la calzada José Milla genera complicaciones de tránsito en zona 6
Artículo siguienteReflexiones navideñas: El aprendizaje es social