Este 10 de diciembre se rememora la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se produjo en 1950, en virtud de la Resolución 423 (V) de la Asamblea General, en la cual se invitó a todos los Estados y organizaciones interesados a que adoptaran el 10 de diciembre como Día de los Derechos Humanos.
“Cuando la Asamblea General la aprobó la Declaración, la proclamó como «norma común de conducta para todos los pueblos y naciones», hacia la cual los individuos y las sociedades debían «esforzarse por adoptar medidas progresivas, nacionales e internacionales, para lograr su reconocimiento y observancia universales y efectivos».
La Declaración Universal de Derechos Humanos establece una amplia gama de derechos y libertades fundamentales a los que todos tenemos derecho. Garantiza los derechos de todas las personas en cualquier lugar, sin distinción de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, religión, lengua o cualquier otra condición.
“Aunque la Declaración, con su amplia gama de derechos políticos, civiles, sociales, culturales y económicos, no es un documento vinculante, sí ha estimulado la creación de más de 60 instrumentos de derechos humanos, que en conjunto constituyen una normativa internacional de derechos humanos. En la actualidad, el consenso general de todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos fundamentales promulgados en la Declaración la fortalece aun más y pone de relieve la importancia de esos derechos en nuestra vida cotidiana.”
Es ineludible una digresión, cuando hemos dicho que el hombre es la primera realidad y la base de un sistema democrático y que es el valor fundamental, considerado como persona y no como individuo, afirmamos el respeto hacia el hombre y sus derechos individuales: su derecho a la vida, su derecho a pensar, a discernir y a disentir; su derecho a organizarse y a difundir su pensamiento, su derecho a no ser perturbado por sus opiniones, su derecho a convivir en paz y armonía y otros derechos más que son consubstanciales a la persona humana. Nuestra formación social‑cristiana, nuestra formación moral y jurídica, definitivamente choca frontal y profundamente con aquellas posiciones radicales que no respetan la concepción cristiana del hombre, que no reconocen que los derechos del hombre son superiores al Estado y que es éste quién debe estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio de aquel. Y siendo esa nuestra posición de vida, definitivamente abominamos el crimen, la impunidad, el desprecio por el hombre y la vida, con estos fascistas, de la extrema ultraderecha, los neofascistas, individuos llenos de odio y frustración, como Ricardo Escobedo Pacheco.
Por ello recurrí a papeles en mi biblioteca: . . . “La concepción del hombre y de la sociedad . . . . se respeta la concepción cristiana sobre el hombre y la sociedad . . . entendemos al hombre como un ser dotado de espiritualidad. De ahí emana con verdadero fundamento la dignidad de la persona humana, la que se traduce en las siguientes consecuencias: 1. El hombre tiene derechos naturales y superiores al Estado. Son derechos que arrancan de la naturaleza misma del ser humano, por lo que tienen su origen en el propio Creador… 2. El Estado debe estar al servicio de la persona y no al revés. 3. El fin del Estado es el bien común general . . . “ etcétera, etcétera.
Aún cuando me atrae polemizar, no solo por el ejercicio periodístico que en sí entraña, sino por sus amplias posibilidades de esclarecimiento y verificación de opiniones y criterios, con lo que casi siempre puede lograrse una verdad más depurada, en esta oportunidad no quiero entrar en polémica, no porque la rehúse, sino porque los puntos cuestionados son tan claros, evidentes y objetivos que no la ameritan y lo contrario seria invertir y dispersar energía que puede canalizarse hacia afanes más constructivos. Únicamente considero necesario ratificar mi opinión y pensamiento sobre Ramón Cadena y Ricardo Escobedo Pacheco, y comentar la posición poco comedida con que el Escobedo Pacheco del 24 de noviembre 2025, que se refiere a mi persona y a una de mis columnas.
Primeramente quiero decirle que hay ataques a otras personas que siempre bombardear con mentiras, da la pauta para tener una idea prima facie de su concepción sobre la libertad. Ricardo Escobedo, es un tipo obsoleto y anticuado, a estas circunstancias, que decís: “Bueno al fin y al cabo a quien protegen los pseudo llamados “derechos humanos”. Señor Escobedo Pacheco, es necesario hablar sobre los derechos humanos cuando sobre atrocidades y crímenes, no son pseudos llamados derechos fundamentales, no puede ser jamás inadecuado. El respeto al hombre, a su vida y a su dignidad nos lo enseñó Jesucristo, es la idea medular de la ideología cristiana y del Hombre que murió por nosotros en una cruz. Y si yo algún día dejo de reclamar el respeto por la vida y el hombre, vos si sos trasnochado y obsoleto. Son personas como vos siguen con equipo caduco y arcaico porque nunca se han esforzado para prepararse y habilitarse en el entendimiento de la democracia; individuos como vos que estás inmovilizado en sus concepciones, mientras que los pueblos avanzan en la conquista de sus derechos.
Subliminalmente decís “esta estúpida corriente de ensalzar delincuentes”, vos Escobedo respétame, no digas estupideces, no voy a tolerarlo, porque siempre has sido un abusivo . . . Mirá Escobedo, yo admiro a Cadena Rámila y que de igual manera podría ser admirador del Ché, Fidel, de Luis Turcios de César Montesa o de la guerrilla guatemalteca que tuvo su origen e inicio en los 60’s. Pero en fin, estigmatizar así a los políticos o a quienes decimos la verdad “sin esconder la mano”, ha sido usual en el derechismo a ultranza y en los macartistas reaccionarios como vos Escobedo Pacheco, y te digo, el estúpido eres vos.
Recordate que en este país aún existen los grupos paramilitares y los escuadrones de la muerte que andan a la caza de los estigmatizados con el sello de marxistas o comunistas. Por ello, esa actitud tuya es totalmente irresponsable y alejada de la verdad, porque estaban los, discurso de los 70ª. 80ª y 90ª, porque ese discurso tuvo en su época un contenido y significado histórico, social y humano para este país. Y claro que creo en la libertad, pero creo sobre todo en el hombre, en el ser humano y en el reconocimiento pleno de sus derechos.
Para emitir mis juicios sobre mi, mira Ricardo, así como a los grandes hombres los juzga y registra la historia, son acciones a los criminales y depravados también es ésta quien les da su lugar. Porque siempre esta la apertura de los senderos de la libertad y la construcción de una sociedad nueva, porque la democracia es para los pueblos lo que la libertad es para los hombres. A quienes le concedemos primacía al hombre y su libertad.
Para vos –R- Ricardo Escobedo Pacheco; en uno de mis columnas de La Hora, el 14 de septiembre de 2023, dije: “Un individuo inhumano, cruel, abusivo y prepotente. Aquí está ese artículo con algunos fragmentos.
El 6 de septiembre murió la doctora y congresista del Partido Movimiento Semilla, Lucrecia Hernández Mack, una mujer con mucho valor y capacidad; fue un referente del pensamiento y con una guía inquebrantable e incorruptible. Una gran mujer: valerosa, digna, honesta y luchadora que tuvo ejemplos de integridad y rectitud. Ahora que se fue, deja para nosotros un gran legado. Su Partido, en la nota de duelo, dijo: “Conmovidos, dedicamos a su memoria nuestro trabajo por un mejor país. Llevamos sus ideas presentes, mantendremos sus proyectos vigentes y multiplicaremos su fuerza…la semilla que sembramos juntos trasciende y la haremos crecer cada vez con la luz que nos dejaste”. Fueron muchos homenajes, y siguen por parte de la sociedad civil, partidos políticos, fundaciones; asociaciones como AVANCSO, ASIES; empresas, personas morales guatemaltecas e internacionales.
Pero siempre hay una mosca en la sopa: El señor R, a quien conozco porque fuimos compañeros alumnos en Primaria, en la Casa Central, y después estudiantes de bachillerato en el Liceo Guatemala. Este R, dijo con sorna: “Son una verdadera m . . . perdón por una porquería”. Y siguió: “A propósito, lamento mucho el deceso de la doctora, no la conocí personalmente pero conozco bien a sus dos tíos y a las organizaciones que formaron. En estos momentos, es doloroso decirlo, pero son una verdadera mierda…perdón, una porquería”. R, también dijo: “Sin embargo creo que la doctora, que Dios la tenga en su gloria, cuando fue ministra cometió algunos delitos, ojalá se aclarara todo (sic)”. Y también dijo: “Cosa curiosa, la Contraloría de Cuentas de la Nación nunca pudo extender el Finiquito”.
Mirá vos, R, Sos arbitrario, sórdido e improcedente. Totalmente agresivo al decirle “mierda” y “porquería” a la familia y deudos de Lucrecia Hernández Mack. Aun cuando me atrae polemizar, no solo por el ejercicio periodístico que en sí entraña, sino por sus amplias posibilidades de esclarecimiento y verificación de opiniones y criterios, con lo que casi siempre puede lograrse una verdad más depurada, en esta oportunidad no quiero entrar en polémica; no porque la rehúse, sino porque los puntos cuestionados son tan claros, evidentes y objetivos, que no lo ameritan, y lo contrario sería invertir y dispersar energía que puede canalizarse hacia afanes más constructivos. Pero es necesario hablarle a un tipo ofensivo, desmedido, opresivo y prepotente. Ratifico hoy una opinión en WhatsApp sobre vos R, sobre tu pensamiento radical ante la muerte de la doctora Hernández Mack, sobre tu posición poco comedida contra una mujer que hace ocho días murió; quiero decirte que tu ataque contra esta familia y sus deudos Hernández Mack, Mack Chang, Yam Jo, Vela Castañeda, señalan tus mentiras y patrañas; que tenés una basura moral al estar bombardeando y acosando a esa familia. R, esto me da la pauta para tener una idea prima facie de tu concepción de la vida, la justicia y la libertad. R, vos odias a las personas políticas de pensamiento de izquierda. R, vos mirás comunistas hasta en la sopa de letras: estigmatizar a los políticos que decimos la verdad “sin esconder la mano”, usual en el derechismo a ultranza y en los macartistas reaccionarios. Lee un poco de historia política, de filosofía y de ideologías. Lee y repasa mis columnas del 24 de abril, 3 de mayo, 11 de mayo y 17 de agosto de 2023, porque son necesarios algunos fragmentos para la vida política” Es necesario repetir parte de la historia de la familia Mack Chang – – – en calidad de autores intelectuales. El párrafo anterior lo escribí y publiqué en el desaparecido Siglo XXI.
“Las ideologías . . . . Usualmente cada ideología contiene ciertas ideas de lo que considera la mejor forma de gobierno, por ejemplo, la democracia, y el mejor sistema económico, por ejemplo, el capitalismo, el socialismo o el comunismo. Yo, Flaminio Bonilla Valdizón, soy parte de la izquierda progresista. En el espectro político soy un socialdemócrata, no socialista ni comunista. Desde joven estuve en la política universitaria, y luego, en la política de Estado. Soy especialista desde hace más de cuarenta años, y soy graduado en Guerra Política, en otro país. R, no tenés responsabilidad ni compromiso, menos, tolerancia. Tus frases, muy pequeñas, están llenas de ponzoña y veneno. R, sos tóxico, trasnochado y obsoleto . . . “
Señor Ricardo Escobedo Pacheco, lee mis libros, mis ensayos y miles de artículos de prensa de casi 35 años como columnista. “ . . . debe haber una apertura de los senderos de libertad y la construcción de una sociedad nueva. Se debe recordar para vos, R, . . . “Porque la inquietud queda y al que le venga el guante que se le plante”. Porque vos R, es evidente que sos una camarilla de ultranza y parte del conservadurismo propio de la oligarquía criolla. Pero vos R jamás serás un miembro de la aristocracia. Mirá Ricardo Escobedo Pacheco, hay gentes como vos, que tienes decadencia moral, y como individuo, sos un fracaso y me das lástima y compasión.







