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Ataque a la democracia y al presidente Arévalo, porque se está creando un Golpe técnico contra Arévalo de León. Y siempre están los fascistas, con esta estructura criminal de Golpistas:

Miguel “Miguelito” Martínez, Alejandro Giammattei Falla, Consuelo Porras Argueta, Silvia Patricia “la Cuchi” Valdés Quesada, José Rafael Curruchiche, Fredy Orellana, Fundación Terrorista, Presidente Ricardo Méndez Ruiz, Rafael Falla Ovalle, Cinthia Edelmira Monterroso Gómez, Manuel Ixmay, Giovanni Frattti de Guatemala Inmortal, etcétera, etcétera

 

Por ello necesitamos y reclamamos otra revolución 1944. Por ello a los jóvenes motivarlos a que asuman este complejo proceso con autenticidad suficiente como para reconocer lo positivo que pueda tener, respetándose y consolidándose, y “al mismo tiempo- desbrozando de los vicios y errores que amenazan con destruirlo, si no somos capaces de cambiar en la dirección que los pueblos exigen”. Urgente, necesitamos un nuevo amanecer, como aquel 20 de octubre de 1944. Ya NO queremos una ideología de neoliberalismo dominante o los “pseudo” libertarios. Ya NO necesitamos más de 40 años con gobiernos ineptos, y políticos indecentes, corruptos y llenos de bazofia. 

En las redes sociales, se ha dicho: “En qué momento un funcionario judicial —que nadie eligió en urnas— cree que puede sentarse como emperador a decidir quién es presidente, quién puede ocupar un cargo público y quién no? A este juececito de pacotilla le han permitido demasiado poder sin ningún contrapeso y ya se siente árbitro supremo de la democracia. Estos abogados, son un mamarracho con sus togas, Fredy Orellana, el Fiscal de la FECI Rafael Curruchiche y la Fiscal General Consuelo Porras Argueta, se creen que Gerona es su finca, quienes siguen demostrando su falta de respeto al estado de derecho, siguen haciendo ilegalidades condicionadas a sus transacciones corruptas. Se retuercen por haber perdido las elecciones y no hay forma que logren superar su derrota. La desesperación de esos leguleyos y güizaches en su máxima expresión, pero ni así se les va a cumplir su sueño, aunque cancelaran la inscripción del Partido Movimiento Semilla eso no significa que se van a anular las elecciones o se van a cambiar los resultados electorales.

 

Ayer 29 de octubre la Corte de Constitucionalidad dijo en este Comunicado, esto: La Corte de Constitucionalidad deja sin efecto resoluciones del juez que ordenó anular al partido Semilla. La Corte de Constitucionalidad resolvió con lugar la solicitud de asistencia presentada en el expediente 6175-2023, relacionada con la ejecución de una sentencia emitida en diciembre de 2023. 

El pleno de magistrados dejó sin efecto las resoluciones del juez “A” del Juzgado Séptimo de Primera Instancia Penal, que declaraba la nulidad absoluta de la inscripción del partido Movimiento Semilla.

El tribunal señaló que las decisiones del juez constituyen actos que amenazan los derechos a elegir y ser electo, la democracia y el sistema republicano consagrados en la Constitución. Además, advirtió al juez abstenerse de emitir resoluciones que contravengan normas constitucionales o afecten el proceso electoral, cuyos resultados –recalcó la CC– son inalterables.

Lo que pasó ayer en la Corte de Constitucionalidad, debemos decir esto: Tanto la ley, la Constitución, la justicia, la democracia, los derechos humanos, es necesario este paréntesis con historia y memorias; lo que hemos hablado y escrito, tenemos una revolución social, y que produce por la combinación de una crisis estatal y un malestar social generalizado, lo que permite una acción colectiva masiva para transformar fundamentalmente la estructura de la sociedad, a menudo a través de métodos extralegales. Para que ocurra, se necesita que las élites quieren dividir el gobierno y que pierda legitimidad: Por eso los ciudadanos deben organizarse para crear alternativas de poder, lo que resulta en una sustitución del régimen político y una reconfiguración de las relaciones sociales, económicas y culturales. Y con organización popular: Las masas se organizan para crear nuevos organismos y mecanismos de acción que desafíen el poder existente. 

Porque se requiere un ascenso significativo de las masas populares y la intervención de la clase obrera en el centro de la lucha. El cambio social debe ser profundo; transformar las relaciones sociales, los valores y tal vez a veces, instaurar una nueva clase preponderante. 

 

Entre todas las revoluciones de América Latina durante el siglo XX, las de México (1910), Guatemala (1944), Cuba (1959) y Nicaragua (1979) se destacan por su trascendencia: se impusieron por la vía armada sobre los ejércitos nacionales, derrotaron largas dictaduras asociadas a Estados Unidos y desencadenaron profundas transformaciones sociales que dejaron una huella indeleble en la historia del continente americano. En la historia, de cada una de estas cuatro revoluciones, fueron valoradas desde la perspectiva de esos anales comparados, poniendo de relieve semejanzas, diferencias, significados y peculiaridades. La inmensa mayoría de esas crónicas existen y cada una de ellas es particular, “pasando por alto las conexiones entre estos procesos, así como las claves para comprender sus verdaderas dinámicas y su persistencia en el imaginario de los pueblos latinoamericanos”.

La Revolución Guatemalteca de 1944 fue un movimiento cívico-militar que derrocó al dictador Jorge Ubico y su sucesor, Federico Ponce Vaides, marcando el inicio de un período democrático conocido como los «Diez años de primavera». Impulsada por militares, estudiantes y trabajadores, la revolución inauguró reformas sociales, laborales y democráticas importantes, como el Código de Trabajo, la creación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), el Banco de Guatemala, se otorgó la Autonomía de la Universidad de San Carlos, y otros beneficios incluyen la reforma agraria, el derecho al voto para las mujeres y los analfabetos, el fomento a la educación a través del Comité Nacional de Alfabetización y las Escuelas tipo Federación, y la construcción de infraestructura como la Carretera al Atlántico, etcétera. 

 

 

Tengo esta digresión y esclarecer para los jóvenes, porque debemos darle a la juventud elementos de comprensión sobre nuestra más reciente historia política, sus partidos y su aún joven democracia. Por eso necesitamos jóvenes democráticos sean de izquierda o de derecha, una dualidad con enfrentamiento con un contexto, que esté siempre esta dicotomía. Creemos que la democracia ha alcanzado pequeños logros fundamentales que sería necio negar. 

 

 

Para muchos resulta incomprensible que gran parte de la generación intelectual de estos siglos XX y XXI, se hayan caracterizado con generaciones cuyo horizonte principal fue la actividad política, pero implementada y en­tendida ésta acción, como la sola búsqueda de alcanzar el poder para satisfacer ambiciones personales y llenar vacíos de frustración y un ego de popularidad, que jamás habrían logrado en otras actividades del quehacer humano.

  

Los que se dicen políticos de estas generaciones se han caracterizado más por la ambición que por la aspiración, más por el placer, el utilitarismo que por el sacrificio, más por la notoriedad efímera que por la gloria histórica, más por el abuso que por el respeto, más por la prepotencia que por la humildad. Y en este andar de los políticos se ha negado el paso a la ética y a la virtud, a la moralidad y a la decencia, a la paciencia y a la tolerancia. En fin, se ha cerrado el camino a las actitudes correctas y consecuentes con las necesidades históricas de una comunidad nacional ya cansada del engaño y la falacia, de la argucia y la demagogia, cansada del saqueo. (CONTINUARÁ)

 

Flaminio Bonilla

Abogado, escritor, comentarista, analista de prensa, columnista en “Siglo XXI” de 1991 y luego en La Hora del año 1991 a la fecha con mi columna “sin esconder la mano”. En la política nacional fue miembro del Partido Democracia Cristiana Guatemalteca, su Vicepresidente del Consejo Político Nacional y Director Nacional de la “Organización Profesional Demócrata Cristiana”. Soy un hombre de izquierda y soy socialdemócrata. Fui Registrador General de la Propiedad del 1982 al 1986; Registrador Mercantil General de la República del 1986 al 1990 y luego 15 años Representante Judicial y Consultor Jurídico del Registro Mercantil. Ha sido profesor universitario en la Facultad de Derecho de la USAC y en la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar. Especialista en Derecho Mercantil Corporativo y Constitucional. Soy graduado en Guerra Política del Colegio Fu Hsing Kang de Taipéi, Taiwán.

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