La Constitución Política de la República de Guatemala, en su artículo 35, establece la libertad de emisión del pensamiento como un derecho fundamental. Este artículo indica que «es libre la emisión del pensamiento por cualesquiera medios de difusión, sin censura ni licencia previa». Esto significa que cualquier persona puede expresar sus ideas y opiniones a través de cualquier medio de comunicación sin que el Estado pueda interferir o controlarlo previamente. En resumen, el derecho a la libertad de emisión del pensamiento, según la Constitución guatemalteca, implica: Este derecho está estrechamente ligado a otros derechos fundamentales, como la libertad de reunión y asociación, y es esencial para el funcionamiento de una sociedad democrática.
El siete de julio, se pronunciaron por diversos medios sociales, contra la CENSURA del libro del Coronel Edgar Rubio Castañeda, que fue en Filgua -Feria Internacional del Libro en Guatemala. Nosotros como abogado, columnista y escritor, manifestamos que el comunicado, fue serio y contundente, y se apoyó a nuestra Libertad de expresión y contra cualquier forma de reprobación por medio el Alto mando del Ejército, porque fue un censor y amonestación a este Coronel.
El columnista Adrián Zapata en La Hora, publicó, el 9 de julio, dijo: “La casa F&G Editores anunció para el pasado domingo 6 de julio, la presentación del libro “Guatemala: Narcoestado y oligarquía”, del coronel Edgar Rubio Castañeda, sin embargo, se conoció que el Ministerio de la Defensa le pidió que se abstuviera de presentarse, luego de que él pidiera las redes autorización para hacerlo, y el acto fue cancelado”. “Paralelamente, encontré un mensaje referente a esta noticia que dice: “El ejército censura, el Presidente calla y los libros se esconden”. Por su parte, el Presidente Arévalo, al respecto que “los miembros del Ejército no deben participar en actividades a las que se les pueda asignar una connotación política”, agregando que “El mando del Ejército consideró que, de acuerdo con la definición de inconveniencia de la participación de elementos del Ejército en actos que pudieran ser interpretados como políticos, se le pidió que no participara y entonces el oficial no participó”. Pero también afirmó que “el libro sigue a la venta, disponible para todos quienes quieran adquirirlo”. El columnista Zapata dijo: “. . . el Presidente no cayó en la provocación”. Pero yo, como ciudadano, exijo la claridad y la ley constitucional, porque Arévalo no tuvo valor, ni valentía, ni coraje para decirle al Ejército: Está en la Constitución y en el artículo 35 y la Ley de emisión del Pensamiento -la Carta Magna-.
Porque solo un ignorante como Arévalo de León, está contra la Constitución, porque la libertad de pensamiento y la prensa está de duelo, a quiénes tenemos voluntad e independencia, estamos indignados de esa expresión violentada. Esos militares y Arévalo, son los modernos Torquemada y como pasaba antes y ahora, lo general fue la tortura “para obtener confesiones y a la defensa de la quema en la hoguera de los culpables”, el nombre de Torquemada se ha convertido en sinónimo de crueldad e intolerancia.
El libro fue sorpresivamente suspendido, el Alto mando del Ministerio de la Defensa Nacional, negó permiso al coronel Rubio para asistir a la actividad, por considerar que era un “acto político” y porque el reglamento militar prohíbe a elementos activos participar en actos de esa naturaleza. O sea, que estos militares están contra la ley y la Carta Magna, y les “peló” la Constitución, ¿por qué está en un Reglamento militar?, y estos militares que no solo es ilegal, prohibido, abusivo, porque no solo son prepotentes, absurdos y ridículos.
Hoy se solidariza a toda la prensa nacional e internacional con los periodistas, columnistas, comunicadores sociales y comunitarios, porque la prensa no decaen en la tarea de poner al descubierto el abuso de poder estatal, y el quid de ese libro. Toda la prensa debe ser totalmente críticos del actual gobierno y que ha publicado el Presidente Arévalo “Porque la libertad se puede ejercitar, no puede ser violentada y tampoco se puede renunciar a ella. Es por eso que se les llama libertades fundamentales.” Siempre necesitamos una prensa independiente y libre, tener un sistema democrático para lograr mantenerse en pie, debe existir y respetarse la Libertad de expresión y de información. Este articulista, como parte de la prensa, tenemos un código deontológico y tenemos ética con su profesión para ejercicio para estos medios. Como columnista debo ser certero en mis comentarios; porque hace mucho tiempo, que la prensa está bajo ataque a periodistas y medios de comunicación, que han agredido y acusados por el Ministerio Público, por jueces, magistrados, diputados, policía nacional y políticos corrompidos y perversos.
Y son justos, rectos, legítimo e imparcial, críticos y puntual, porque necesitamos una prensa que debe ser honesto consigo mismo y con los demás, tener dignidad de conciencia, conducirse con la Verdad, para poseer capacidad de análisis y brevedad para alcanzar la excelencia espiritual en su vida profesional. Porque la comunidad deposita la confianza en las opiniones de los hombres de prensa, y por la tarea de los articulistas y comentaristas en los medios de prensa, porque deben dirigirse a consignar sus impresiones, basándose en su mejor criterio y entendimiento y sus análisis y críticas. Porque un medio de comunicación, debe ser autónoma, juiciosa, justa y constructiva; abierta a todas las corrientes de pensamiento y acción, que propicie la confrontación dialéctica de ideas, concisos, concretos, claros y muchas veces denunciadores. Decirse la verdad totalmente, utilizando la absoluta franqueza. Debe utilizarse el esplendor de la VERDAD, el VALOR de la JUSTICIA, y el uso correcto de la LIBERTAD.
El coronel Edgar Rubio Castañeda es un castrense, que tiene claridad y veracidad de su otro libro “Desde el cuartel. Otra visión de Guatemala”. La línea de este militar, es autónoma, juiciosa, justa y constructiva; este libro es responsable y seria, abierta a todas las corrientes de pensamiento y acción y que propicie la confrontación de discusión y debate de ideas. Porque se debe decir la verdad desnuda y total, utilizando el esplendor de la verdad, el valor de la Justicia, el uso correcto de la Libertad, la concisión en el análisis. Porque en siempre ha sido el reflejo de su comunidad y como tal constituirse en un testimonio para la historia y del acontecer de esa colectividad social. Porque la justicia, la democracia y la libertad son pilar de cualquier guatemalteco y de una prensa y medios de comunicación social, como periodistas o columnistas, se magnifican y alcanzan mayores estaturas, cuando la tarea de ser periodista y escritor, como el coronel Rubio Castañeda, debe desarrollarse en un país como el nuestro, en donde por décadas se nos negó la voz y la palabra. Se arremetió, atropelló y asesinó a muchos que con valor, patriotismo y entereza criticaron con energía y veracidad un sistema social y político totalmente discriminatorio, injusto e inhumano, para tratar de acallar el pensamiento.
En un sistema democrático, para lograr mantenerse en pie, debe existir y respetarse la Libertad de expresión y de información para enterar al público de todo cuanto sucede. En esta tarea de todos los días, los actores principales son hombres y mujeres, que llevan a los medios escritos, radiales, televisivos, electrónicos, redes sociales etcétera, los hechos más sobresalientes del acontecer nacional e internacional, los comentarios, los juicios y las críticas a los más importantes asuntos y problemas de la vida del hombre en sociedad. “Este militar se autodefine como un revolucionario”, tiene con pensamiento y la ideología “que lo sustenta seguramente habría estado participando en la lucha revolucionaria si estuviéramos aún en los tiempos del Conflicto Armado Interno y recordemos algunos oficiales honestos, revolucionarios y valientes.
Y hoy termino mi artículo, cuando vuelven mis oídos a escuchar aquellas sentencias tan lapidarias y secas, pero tan profundas y ciertas en muchos países del continente americano, que un día pronunciará el escritor Mario Bunge, premio Príncipe de Asturias: «. . . no puede haber gobierno constructivo y estable allí donde lo dominen, abierta o encubiertamente, personas que han sido adiestradas para destruir; no para construir otra cosa que no sean fuertes y pontones» y que «. . . las escuelas militares enseñan a matar, destruir y sojuzgar, no gobernar otra cosa que no sea la tropa»