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La anterior columna del 25 de marzo, seguimos con “el Potoyo” Pérez Lara, (Requiescat in pace). Los trabajadores de CIDEA y los ejecutivos: Julio Lowenthal Foncea, Gerente General y Rodolfo Morales Taracena, contador y auditor, luego Subgerente de CIDEA y sus empresas. Morales Taracena siempre fue un testaferro, constantemente fue un doble cara. Cuando a mi padre le hicieron la indemnización; «el estúpido de Julio Lowenthal fue un cretino» no tuvo “huevos” para llevarle a mi papá su cheque de indemnización. El cheque fue con Q27,000 y pico. Mi papá le increpó a Rodolfo primero y después a Lowenthal. Mi padre era un lince, porque ya había hecho sus cálculos. Y como sabía mi papá que atrás de él estaban los abogados Mayora Dawe; enérgicamente le dijo: yo tengo mi liquidación ya hecha, pero si usted prefiere nos vamos a Tribunales y consulte a los Mayorga y ellos le dirán que YO estoy en un lío de Tribunales. Mi padre dijo: me puedo quedar con Cidea. Después que se arregló, Lowenthal Foncea, le dijo que se quedara que él no quería que se fuera. Mi papá le dijo que después de esa ofensa no podía quedarse; y al final fue el abogado Alfonso Carrillo (hijo), quien finiquitó con cheque en $$$$$ el asunto. La dignidad mi padre la mantuvo hasta la tumba. En la historia de Rodolfo Morales, tenía una triste personalidad, le gustaba ser dos caras. CIDEA y Banco del Comercio, esta narración se nutre con la verdad, no con mentiras, engaños, codicia excesiva y envidias.
Las dos caras es como una máscara teatral de los griegos, que servía para trasladar e involucrar al público de lo trágico, cómico o satírico de la obra montada en el escenario, era precisamente con el objetivo que el espectador se imbuye de la naturaleza de la trama y del carácter de los personajes. Este Morales Taracena fue su máscara, era el testaferro de Lowenthal Foncea; Morales Taracena hizo lo mismo en el Banco de Comercio. Porque en este país, la máscara a que se refiere, se ha usado para otros menesteres y en otros caracteres que no son precisamente los teatrales. Entiendo que hay delincuentes, criminales, ladrones saqueadores de cuello blanco, como los directores del Banco de Comercio, son cleptómanos y fueron reconocidos por sus víctimas, y son cobardes, son despreciados y ruines. Por qué estos ¿banqueros? son los corruptos de la impunidad.
Miren lo básico que se va reduciendo, “un banquero es alguien que vende los productos y servicios financieros de un banco, y un banquero de inversión es como un «superbanquero» que vende los productos y servicios financieros más sofisticados. Estos accionistas del Banco de Comercio eran estafadores, jamás banqueros, lo que hacían antes era vender y comprar vehículos, cosas diferentes los servicios del negocio financiero”.
La figura del banquero ha existido desde tiempos inmemoriales. La banca moderna, tal como hoy la conocemos, nació en el siglo XX. Sin embargo, podemos decir que la actividad bancaria se remonta muchos años atrás, más allá incluso del siglo XV, época en la que la banca cobró especial relevancia por el auge del comercio. Han podido pasar cientos de años y su esencia se mantiene.
“El banquero es esa persona que ayuda a sus clientes a tomar las mejores decisiones para su empresa. El conocimiento que tiene de ellos y del sector al que pertenecen es crucial a la hora de asesorarnos en momentos decisivos para la evolución de la compañía: la compra y/o venta de activos estratégicos; la compra, venta o fusión de la propia empresa con otras; o decisiones tan relevantes como una salida a bolsa. El área de banca de inversión, para atender a las empresas y grandes corporaciones”.
“Para un banquero, el cliente constituye el centro de su actividad. Se construye un círculo virtuoso alrededor del cliente que se genera a través de la anticipación e identificación de sus necesidades; la transparencia a la hora de abordarlas; una propuesta de soluciones adaptada y adecuada; y una gestión cuidadosa de la información. Generar credibilidad y confianza es el objetivo final. Tiene que encontrar el equilibrio entre dar respuesta a las necesidades actuales y futuras de financiación y de inversión del cliente; y, a la vez, asegurar una adecuada rentabilidad y gestión del riesgo para el banco. Porque dentro del banco, es la persona que tiene que satisfacer los intereses del cliente y quien gestiona y coordina su herramienta principal desde el punto de vista de riesgos: su programa financiero. Ese programa es la hoja de ruta que permite analizar y conjugar dos aspectos: las necesidades financieras del cliente en los próximos doce meses y cómo va a participar el banco en la gestión de dichas necesidades”.
“Los banqueros, junto al resto de la entidad, acompañan a los clientes en la transformación que están viviendo o sus industrias, asesorándolos como socio financiero en su toma de decisiones. Con los avances, dotando de mayor agilidad y transparencia”, ¿así fue con el Banco de Comercio? ¿fueron con sus clientes, diafanidad y nitidez?
“En la banca, tiene regulaciones y tiene un objetivo claro: reforzar la robustez del sistema bancario y reducir el riesgo financiero sistémico, se requiere tiempo y mucho esfuerzo de las entidades financieras y también supone un impacto en sus negocios y estrategias corporativas. Los banqueros trabajan de forma colaborativa, tal como lo harían el patrón y los tripulantes de una embarcación”. ¿Así era el Banco de Comercio? ¿Así pasó en el Banco de Comercio?
Y seguimos con CIDEA, esta empresa se inició en el año 1946, con un negocio para comprar y vender autos. En primer lugar, para empezar con un negocio para compra y venta de vehículos, y como siempre, se hizo el cumplimiento con los requisitos legales. Esto dependerá del país en el que quieras instalar tu negocio. “Lo primero fue registrar las empresas”. Del año 1946 hasta el año 1995, CIDEA fue líder en vehículos en venta y compra. En el protocolo de mi padre, 1,500 cada año y en ese tiempo, esta época un récord con 2,000 escrituras de vehículos.
Y seguimos con lo trágico. Roberto Lemus Alvarado, de 59 años de edad, poseía los documentos que no eran válidos para recuperar $133,300 que estaban en el Banco de Comercio; Lemus Alvarado se había reunido con el Superintendente de Bancos, Willy Zapata, quien le aseguró haber sido víctima de una estafa.
Cuando se anunció que se iniciaría a solventar la situación de los cuentahabientes del Banco de Comercio. En esa jornada se convirtió en trágica, debido a un suicidado y un deceso por infarto, ambos provocados por el impacto de haber perdido los ahorros de toda una vida. Roberto Lemus había llegado para estar pendiente de la cita que tenían María Antonieta de Bonilla y Willy Zapata, presidenta del Banguat y superintendente de Bancos, respectivamente. Lemus poseía 1.2 millones de quetzales depositados en el Banco de Comercio, por lo que le interesaba conocer los detalles de la devolución. Entonces, Lemus le preguntó a Zapata si podría recuperar su dinero, a lo cual el Superintendente de Bancos, que también está prófugo, respondió tajante que no. Horas después, se conoció que Roberto Lemus, de profesión piloto aviador, se suicidó, presuntamente por la desesperanza causada a raíz de la negativa de recuperar su dinero. Lemus dejó desamparados, y sin ahorros, a su esposa y dos hijos.
Y el día que la Junta Monetaria daba a conocer el cierre de operaciones del Banco de Comercio, la señora Julieta Silva de Alvarado, viuda del ex colaborador de Diario La Hora René Alvarado Mendizábal, sufría un infarto, ya que en dicha entidad bancaria poseía los ahorros de toda su vida. Y en la prensa nacional e internacional se supo de 24 personas que murieron por varias cosas, casi infarto y depresión.
Pero no sólo muertes estuvieron en esa jornada; los cuentahabientes que se acercaron a las agencias del Banco de Comercio, y vieron cómo se ha alejado la posibilidad de recuperar sus ahorros. Y en la verdad verdadera los millones de dólares y quetzales, la estafa fue por cerca de Q1,680 millones y unos USD15 millones entre 1997 y 2005, y jamás los verán, porque los prófugos se están dando la gran vida en los países que están. (CONTINUARÁ)