Flaminio Bonilla Valdizón
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“…Soledad, es tan tierna como la amapola, que vivió siempre en el trigo sola, sin necesitar de nadie ¡ay mi Soledad!” … “Es natural como el agua que llega corriendo alegre desde el manantial… no sabiendo ni a dónde va, qué feliz vive mi Soledad…” (fragmentos de la canción SOLEDAD del cantante y compositor español Emilio José –José Emilio López Delgado- ganador del Festival Benidorm de 1973).
Siempre acostumbro escribir algo sobre episodios vividos; garabatear sobre mi morriña, saudade, nostalgias y melancolías, algunas placenteras, otras no tanto, porque siempre se dan las groseras y ultrajantes, esas que te calan hondo, pero que no es cuesta arriba afrontarlas con bravura, arrojo y coraje, más también en ocasiones con una ira y cólera indignantes, pero jamás rehuirlas. Aunque debo confesar que para mí es difícil arrostrar las adversidades y las emociones, me es harto dificultoso sobreponerme a los contratiempos, porque tengo muy adherida la resiliencia, pero desde el punto de vista de la psicología positiva, lo que me pasó el 14 de julio de 2015, tuve un accidente cerebrovascular, que provocó un derrame en el hemisferio cerebral izquierdo que controla el habla, que ocasiona AFASIA; también me dio paro renal, infarto cardíaco, arritmias, paro respiratorio y diabetes; en esta flexibilidad que tuve la capacidad para superar circunstancias traumáticas, con fortaleza y parte con estoicismo y sobreponerse a estos momentos, fue con los doctores, mi esposa, hijos y familia, pero gracias a Dios estoy vivo.
Siempre al fin de pensar en un mejor futuro con confianza y claridad, para siempre repuesto, refulge el ánimo y la rememoración cordial, aunque sea de luchas en parte estériles e infecundas, muy inútiles y yermas; pero que con afán, decisión y encomio tratamos de realizar y pretender alcanzar. He preferido no compartir mis actitudes ignotas, mis parafernalias o mis desazones, sino hoy aquellas tenaces y memorables y en parte vivificantes en lo terrenal de aquel 2020 y que viví intensamente este miedo con la Pandemia COVID-19, con esa que estimo y creo fue una correcta realidad de vida. Debo comentar que tuve una compañera, que jamás me abandonó esa Soledad presente que no me causó temores, sino más bien me hizo crecer en espíritu y esencia. Le voy a decir algunas pequeñas cosas, estoy en insignificante un “collage” de vida, se los comparto para su dilucidación, nuestra pequeña familia, mi esposa Diana, tres hijos: Andrés –Pichi-, Pablo –Cacho- y Javier –Javi-, también mi hija mayor Cristina –la Cristi-, mi nieta Marcela -la Marce- y ahora nuestro nieto Tadeo; mis padres Flaminio y Margot (RIP), mi hermano Sergio, mi cuñada Malú y mis sobrinos Diego y Ana Lucía (la Cuchi). Mi hijo mayor Andrés “el Pichi” está soltero y su novia es Alejandra “la Ale” Mazariegos Meneses. Cosas importantes de mi vida: 1) Un 20 de marzo de 1975 me hice abogado y notario, tenía un joven de 24 años y ahora tengo 47 años de ser letrado. 2) Fue un 11 de abril de 1980 nos casamos con mi mujer, ahora tenemos 42 años de ser cónyuges. 3) El 5 de febrero de 2022 nació nuestro nieto Tadeo Bonilla Lara, los papás de Pablo y Gabriela “la Gaby” Lara Grazioso. 4) Javier el 2021 se graduó de Ingeniero Químico e Industrial de la URL. 5) Javier en abril y octubre de 2021 fue su Matrimonio con su esposa la Regina “la Regis” Juárez Laparra. 6) Lo más difícil de mi vida es la muerte de mi madre, el 31 de enero de 2022. 7) Este 28 de abril de 2022, mi hija Cristina cumplirá 50 años de vida.
Por ello seguiremos algunos relatos de este collage y parte de anécdotas y memorias de la crónica de mi vida, que es un ensamble de mi familia.
…Continuará.