Flaminio Bonilla

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Flaminio Bonilla Valdizón
flamabonilla@gmail.com

“Me  estremecieron   mujeres  que  la  historia   anotó    entre   laureles  y  otros  desconocidas,   gigantes,  que no  hay  libro  que  las aguante”  (canto–autor cubano –Silvio Rodríguez-)

Debemos   reconocer a  esta  mujer a nivel mundial con valor y liderazgo en la defensa de la paz, la justicia y  los derechos humanos,  que es  Erika Aifán Dávila, la titular del Juzgado de Mayor Riesgo  D,  una  mujer  valiente,  estudioso, una pensadora  e  intelectual,  una de muchas mujeres  que siempre  participan  del nacimiento de una sociedad redimida, justa, cristiana, humana y solidaria, esta  Jueza  temeraria, revolucionaria,  democrática, consecuente y propositivos.  Una mujer de temple, resuelta, con  osadía y audacia.    Una Jueza  que tiene su  palabra,  que tiene un gran   ejemplo, de convicciones  exactas  y  futuros  siempre vivos,  con  su  praxis  transformadora.

Este 2  de  diciembre,   Francia  y  Alemania   otorgarán  el  primero de Derechos Humanos y del  Estado  de Derecho 2021 a esta jueza, un reconocimiento es una  forma de manifestar  su  apoyo a las acciones de  Erika Aifán  a  favor de la  independencia  de la  justicia.   “La entrega  del premio   será en el marco del Día Internacional  de los Derechos Humanos que se conmemora el 10 de diciembre. La Declaración  Universal de Derechos Humanos  se  adoptó en  París el 10  de diciembre de  1948”.   La  jueza  tuvo otro reconocimiento el marzo de  2021  que Estados Unidos  le  otorgó el premio de “Mujer Coraje”, por su valentía  y la consideran  un “icono” de la justicia  en Guatemala.

Es una mujer   completas brillante y como jueza es relumbrante,  que  tiene  confianza,  que está siempre recorriendo senderos de alborada; esta jueza  y mujer   que animamos  la   esperanza  con ella  en  esta jornada;   esta dama  que siempre  es  atalaya  de  faro constante  con luminoso   de  su presencia   de  la  justicia.   Para usted jueza que es su presente  y  futuro,  por ello  utilizaré  mi verbo, mi palabra,  para  escribir   de regar  sus  euforias.   Está   mujer  con valentía  y  agallas, que nunca   ha  conseguido ser callada.   Como hay  muchas mujeres históricamente son parte importante de estos procesos  de lucha   y resistencia  para  la justicia,  para   un  país  mejor. Esta jueza que encontramos con ella es la persistencia  y  perseverancia para  reclamar  Justicia.

Para esta  mujer   y  jueza    mil  y  mil  aplausos: Erika  Aifán,   que siempre estará en la historia y  en  la   memoria  colectiva, que es parte la conciencia colectiva, de nunca como mujer y jueza  no estará  permanente  sin ser  silenciadas, porque es la  conciencia de todos nosotros.  Es su  razón de la lucha para no estar,  en  la violación  con este  sistema para tener siempre   los derechos  humanos, sociales, la cultura  y la  justicia. Y en  el futuro su legado de su historia, que es una mujer inspiradora e influyente, una líder y activista por los derechos humanos  y de  la  paz.

En mi columna de hoy es la  antítesis  de  la Jefa del  Ministerio Pública (MP), la  “doctora” María  Consuelo Porras Argueta,   siempre   está con  los poderes fácticos, está Fiscal  está siempre pisoteando el Derecho  y  los más altos valores de la Justicia; esta  ignominiosa Fiscal  qué debe significar la TOGA, esta señora  “doctora” tiene el puesto con su “chance”, que es totalmente su  conducción  como  testaferra  y  la  indecorosa.  Está Fiscal   está con  los  irreverente  que reniegan de la Toga, pretenden manipular los  valores  que de la misma  dimanan,  con una posición de  anti–humanidad, de antijuridicidad  y manejar a su sabor y  antojo  conceptos  e instituciones  que les fueron  inculcados,   pero que no  captaron ni entendieron, creando  figuras  inexistentes,  producto  únicamente de  una  torcida  inventiva.    Esta Fiscal  es   opaca,  sombría,   velada, pesada,  estúpida   y   falsa, está  sancionada por el  Departamento  de  Estados de EE.UU. en la Lista  Engel, por   obstruir  e interferir   investigaciones  de  actos  de corrupción.

Pero Erika Aifán es una mujer de  ejemplo y de éxito,   refulgente,  brillante  y  relumbrante de la  justicia  y  la   verdad.

Por eso,  estimo  atinado  cerrar  mi  columna  algo de  la Justicia, con  esta  máxima que es  anónima,  “Para  justicia  alcanzar   tres   cosas  son  menester:  tenerla,  darla   a   entender  y   que  te  la  quieren  dar.”

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