Flaminio Bonilla

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Flaminio Bonilla Valdizón
flamabonilla@gmail.com

Como les dije, mi papá siempre tuvo memorias para leer cientos o miles de libros, era su hábito la lectura desde joven y con varios tópicos. Cuando murió tenía 77 años y hoy tendrá 95 años. Mi padre era parte de su vida para el arte de la literatura, varios episodios con anécdotas y sagas de su vida y de otros amigos y familia. A Bonilla Isaacs, mi padre, siempre tuvo la retentiva y la rememoración colectiva del pueblo. Era un hombre vertical, un hombre con una conducta digna, siempre con su franqueza y sapiencia, con su coraje y paciencia, su templanza y también su ironía, de su chanza y humorismo.

En la Revolución de Guatemala del 20 octubre de 1944, mi papá tenía sólo 17 años. Desde patojo estuvo en un colegio de monjas con las Hermanas de la Caridad en la Casa Central. Después en 1939 ingresó con los estudiantes al Instituto Nacional Central para Varones (INCV) y también estaban varios colegios y otros institutos. El 20 de Octubre se aconteció a toda la ciudadanía que sintiera la necesidad vital del cambio de Gobierno y de lograr una atmósfera de libertad política, a mi padre tampoco dejó de generarle el sentimiento de euforia y llegó a militar primero en el que se llamara FRENTE POPULAR LIBERTADOR, que capitaliza la simpatía y respeto de todos los guatemaltecos; luego en el PARTIDO REVOLUCIONARIO y por último en el PARTIDO RENOVACIÓN NACIONAL. Todos estos partidos funcionaron con autorización de las leyes del país y de ninguno de ellos en sí, como entidad política, que pudieren hacerse tachas o señalamientos de partidos extremistas, al contrario partidos reformistas, revolucionarios y moderados, con propósitos de impulsar por natural evolución, cambios y reformas viables y necesarios. En la realidad nacional, con la idiosincrasia, sentimientos religiosos, las etnias, sus tradiciones culturales, históricas y familiares, etc. etc. Como dije, estos tres partidos políticos mencionados, fueron entidades de composición heterogénea que inducían a su equilibrio y donde se agrupaban los diversos estratos sociales y económicos del país. También mi padre militó, aunque por escaso tiempo, dentro de la organización juvenil denominada ALIANZA DE LA JUVENTUD, de lo que después pasó por un proceso para partidos políticos.

De quienes fueron sus amigos: Francisco “Pancho” Villagrán Kramer, Adolfo “Fito” Mijangos López, Roberto Morales, Milton Zepeda, Ángel Valle, Hiram Sosa, Felix “Tabla” Castillo Milla, Miguel Ángel “Plátano” Ortega Mérida, Mario “Caulas” Guerra Roldán, Mario Aguirre Godoy, Carlos “el Huevo” Guzmán Böchler, Irvin “el Choco” Aguilar Fuentes, José “Chepito” Solís, Mario “la Cuca” López Larrave, Alfonso “Poncho” Bauer Paíz, René “el Choco” Búcaro Salaverria, Jorge Mario García Laguardia, René “el Choco” de León Schlotter, Gustavo “Colash” López Sandoval, Ramiro Aragón Ordóñez, Oscar de León Aragón, José “Chepe” Barnoya García, Héctor “el Bimbo” Zachrisson Descamps, Carlos Roque Muñoz, Carlos Alberto “Tarzán” Velásquez Calderón, Carlos Escobar Armas, Héctor “el Azuacuán” Ramos, Carlos “Quetzalito” Dávila Rangel, Guillermo “Willy” Matta Amado, Ernesto “Neto” Ruiz Sáenz de Tejada, Alfredo “el Canche” Bonatti Lazarri y su hermano Albino; y aquí estaban nombres llamativos los hermanos Atilio y Flaminio y su primo Plinio Grazioso Isaacs que era militar y economista de la USAC. Francisco “don Paco” Gularte Cojulún, un caballero en el amplio sentido de la palabra, fue el Director del Instituto (INCV). Mi padre y yo, a don Paco le tenemos un gran afecto, cariño y lo admiramos, fue nuestro amigo. A nuestro colega Gularte, su hija Judith Marlene Gularte Paredes fue desaparecida hace 35 años, con miles desaparecidos y asesinados que son los héroes y mártires, con algunos sobrevivientes del Conflicto armado Interno de Guatemala.

Todos estos amigos tenían carisma, distinción y originalidad. Mi padre siempre los tuvo en su corazón, con su aprecio y afecto. Espero que ninguno se haya quedado con este olvido en el tintero de la historia y de nuestras vidas y de sus amigos “sus cuates”. Muchos compañeros puros amigos se matricularon en la Facultad de Derecho, la Salón General Mayor de Escuela de Derecho, ahora Salón Mayor –Adolfo Mijangos López- de la MUSAC entre la 9ª. av. entre 10a. y 9ª. calles zona 1, para letrados y ser picapleitos. Mi padre empezó en el año de 1946 su primer año con los Prolegómenos al Estudio del Derecho con el libro clásico del Dr. Eduardo García Maynez con esta primera 1940 edición. Mi padre, con sus compañeros y varios maestros y varios, sus preceptistas, y esos “patojos” que estaban para tener una etapa histórica para esos “muchachos” que querían ser abogados. Su introducción para preparar para ser togados con jóvenes, éticos, rectos, íntegros con honestidad y honradez, con mucho coraje, brío, energía y firmeza. Para forjadores los nuevos abogados con un concepto moral de Dignidad, Justicia, Derecho y Solidaridad. –CONTINUARÁ–.

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