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Es Navidad. Despierto y la fiscal general sigue en su puesto, como si nada pudiera removerla. El presidente pudo actuar, pero no quiso o no lo dejaron. Los presos políticos permanecen encarcelados por capricho de estructuras corruptas que se impusieron desde la contrarrevolución de 1954 y que resurgieron en 2015, cuando nos impusieron a Jimmy Morales solo para expulsar ilegalmente a la CICIG.

Nos sostuvimos gracias a las remesas de los migrantes, abandonados por todos los gobiernos, incluido este. En 2025 alcanzaron los 25 mil millones de dólares en remesas —equivalentes a 200 mil millones de quetzales—, representando el 20% del PIB. No fue el CACIF, que se autodenomina “sector productivo” mientras retuerce leyes para mantener privilegios.

El Ejecutivo habla de una democracia que aún no existe, con un presupuesto amplio, pero sin controles suficientes. No ha logrado reparar carreteras clave, como la Cito-Zarco (kilómetros 189 y 194), ni avanzar en puertos. Hubo esperanza con el acuerdo para que el ejército estadounidense modernice los puertos; ojalá se concrete en 2026.

En educación hubo avances: se enfrentó a Joviel Acevedo y su sindicato, algo positivo para el sistema nacional de educación pública. Se anunciaron 504 nuevos institutos de educación básica y se remozaron muchas escuelas. Sin embargo, los resultados siguen siendo alarmantes: solo 13% domina matemáticas básicas y 35% comprende lo que lee según pruebas PISA y evaluaciones nacionales. Las universidades formadoras de maestros carecen de investigación sólida en pedagogía; eso debe cambiar.

Se mejoraron condiciones de vida en municipios pobres con pisos de cemento, pero los problemas estructurales —productividad, desnutrición, educación y cultura— persisten. La cultura está abandonada: el presidente inauguró en Quetzaltenango el programa mexicano “25 para el 25” sin participación de nuestros ministerios de Cultura o Educación. El teatro languidece, explotamos la herencia maya para turismo mientras el lago Atitlán se contamina y Antigua Guatemala carece de plan hídrico.

La ministra de Ambiente avanzó en la ley de aguas, ahora en revisión popular, y lanzó el programa Selva Maya con México y Belice. Esperamos resultados pronto.

La USAC vive una crisis profunda: estudiantes honestos son criminalizados por protestar contra la usurpación de Walter Mazariegos, mientras muchos docentes optan por el silencio cómodo. Ojalá el presidente Arévalo y la vicepresidenta Herrera aprovechen el 2026 para crear un sistema público de educación superior. 

En resumen, en el 2025 hicimos algunas cosas, pero queda mucho por hacer. Vienen elecciones clave que definirán nuestra democracia. Aún hay esperanza de cambio. Mejoremos esta democracia nuestra ahora, porque si no es ahora, no será nunca.

 

Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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