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Este fin de semana decidí bajar de Quetzaltenango, a 2,500 metros sobre el nivel del mar, msnm, hacia el mar, a 0 msnm, a una distancia de 90 km, hacia el puerto de Champerico, originalmente de la compañía Champer & Co. Retalhuleu está en el punto medio del viaje al mar. Hay 45 km de Quetzaltenango a Retalhuleu, que no debería tomar más de una hora si uno viaja a 45 km/h, pero me tomó 4 horas y en eso que fui uno de los primeros que logró pasar, muchos automovilistas ya no pasaron el derrumbe de la cumbre de Pirineos. Hubo una serie de deslaves, uno de los cuales produjo un enorme talud debajo de Santa María de Jesús, aldea de Zunil, cumbre de los Pirineos. Uno no le puede echar la culpa de esos derrumbes al gobierno del presidente Arévalo, no. Son derrumbes normales en esta época de suelos saturados.

Lo que me llamó la atención de la ruta fue lo difícil que es cruzar Almolonga, una zona sin ley ni orden vial. El orden de los hermosos cultivos de la «hortaliza de América» y sus bellos tapices multicolores contrasta con el desorden vial en sus calles, donde pasa el más vivo, el más abusivo. Ya luego después de Zunil el descenso fue relativamente rápido hasta llegar al túnel de Santa María, que siempre me recuerda al bello Ferrocarril de los Altos de 1930. Al descenso de las bellas e inclinadas montañas de Santa María de Jesús, el gobierno de Giammattei hizo un tercer carril de descenso, que sí duró tres años, fue mucho. Esa obra es un mamarracho y ahora es un enorme peligro de un asfalto superdelgado lleno de agujeros. Tan así, que los automovilistas utilizan solamente los dos viejos carriles para subir y bajar. Ya no se puede utilizar ese tercer carril nuevo. Fue un robo descarado. ¿Llegará la Contraloría General de Cuentas? No. 

La bajada a Pirineos empieza con el rótulo de la Finca Alejandría, un hermoso lugar lleno de montañas, árboles y flores de colores desde donde se ve el cerro Pecul, que los españoles llamaron el Santo Tomás, zona de recarga hídrica de Mazatenango. La belleza de la finca contrasta con lo horrible de la carretera llena de agujeros profundos, que hacen que el tráfico solamente se mueva en uno de los carriles. Aquí encontré los restos de un enorme derrumbe del día anterior. El tráfico se detenía por 30 minutos y luego seguía. La carretera destruida, los derrumbes y la corrupción hacen muy lento nuestro traslado de un lugar a otro. Como si nada, ya llevo dos horas en este carro. Apenas me he movido 30 km desde Quetzaltenango así que viajo a 15 km/h. 

Ya luego, en la aldea Belén, El Palmar, hubo un enorme flujo de agua donde un río de lodo, agua se llevó carros y animales. Esta es una condición inusual y a estas alturas del año con los suelos totalmente saturados hay poco control de parte del gobierno. En fin, mi viaje continuó y voy llegando al famoso km 189 de la carretera Cito Zarco. El hundimiento sigue igual, solamente que ahora está normalizado por los vecinos. El agua sigue haciendo daño y erosionando la carretera. Es como vivir en un país donde no existe ningún encargado de las carreteras que se destruyen bajo las fuertes lluvias.  

Así que llego a San Felipe Retalhuleu casi cuatro horas después de mi salida. Un viaje de apenas 40 kilómetros me llevó 4 horas por las condiciones atmosféricas del fin de semana, pero también por la inoperancia del mantenimiento de esta importante carretera. No todo es corrupción. Ciertamente, a Jimmy Morales y a Alejandro Giammattei les toca su responsabilidad por hacer mal trazos de esta dañada carretera, pero el gobierno actual ha tenido ya dos años para por lo menos darle mantenimiento a la carretera Cito Zarco, pero no lo hace. No sé si saben que es la más importante carretera para trasladar verduras, bienes y personas del occidente hacia el sur, el sur occidente. Mi paso por el km 189 Cito Zarco lo hago como cualquier persona que normaliza lo que está mal, ya no tomo fotos, ya no tomo videos, ya no me interesa cuanto se está perdiendo de asfalto. 

Llego al hotel de San Felipe donde pernoctaré. Llego cansado como si esos 40 km hubieran sido 400 km ¡Qué barbaridad! Me voy a dar un baño antes de la cena y mire usted, no hay agua. Voy a la recepción y me dicen: «Ay, disculpe, pero fíjese que la semana pasada hubo una lluvia muy fuerte y se llevó la tubería del agua potable que alimenta a San Felipe». Bueno, dije yo, ¿la semana pasada?, y ¿Por qué no la reparan? «Es que los tubos que transportan el agua pasan por debajo del km 189. ¡Vaya la peste!, dirían mis amigos panameños. Ese hundimiento, que fue reportado en mayo, junio, julio, agosto, septiembre y octubre, ahora es el responsable de que no tengan agua los hoteles del área y el mismo pueblo de San Felipe Reu. ¿Y el ministro de comunicaciones?, debe estar marchando con sus soldaditos que no le hacen caso, haciendo juras a la bandera que ya nadie le cree o tomando su medicina para la esclerosis de la que dice que padece y que ahora se la contagió a la infraestructura guatemalteca. ¡Me quedé mudo! 

Así las cosas, la infraestructura por todos lados se caerá en pedazos sin reacción del gobierno. Hay ingenuos defensores del gobierno que dicen que a Arévalo y su soldadito no los dejan actuar los corruptos. Pero no, ya casi son dos años de incompetencia y desinterés. Ni la arquitecta, ni el médico y ahora ni el soldadito parecen recuperar al Ministerio de Comunicaciones, pero lo peor es que Arévalo sigue nombrando de un ministro incompetente a otro más incompetente. Le pregunto a la encargada del hotel si sabe si van a resolver el problema del hundimiento y dice que sí, que hay un comité, que harán un puente Bailey, pero que allá arriba no firman unos papeles. Pero lo dijo con tal naturalidad que parece que se ha aceptado todo: Se acepta la corrupción, se acepta la incapacidad, se acepta la indiferencia, se acepta todo. Así que me digo a mí mismo, mientras reviso si llevo mi traje de baño para la playa, si no es que realmente tenemos el país y los gobernantes que merecemos.

Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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