0:00
0:00

En su reciente entrevista con la BBC el presidente Bernardo Arévalo se auto concibe como un social demócrata, pero no tiene nada de eso. Es un personaje que no movió un dedo luego de que por azares del destino la vida lo puso de presidente. Fue la movilización de los pueblos, todos, lo que hizo que Bernardo Arévalo tomara posesión. Por él, se hubiera quedado en casa escuchando música clásica y fumando un purito. Su popularidad bajó de un 75% a un 30% en cuestión de meses porque la gente se dio cuenta que el presidente no actúa, no decide, no hace. Al frente del Ejecutivo no ha podido escoger ministros eficientes, capaces. Los buenos han llegado casi por azar tal como el caso de la Ministra de Medio Ambiente, Patricia Orantes que viene del Congreso porque su escogencia anterior, la ex ministra de Medio Ambiente, fue un desastre.

La vicepresidente camina por la misma calle de la amargura. Horas antes del encuentro de fútbol entre la selección de Guatemala y la de El Salvador se la pasó twitteando, dándole ánimo a la selección nacional. Siguiendo su tendencia de escoger personas incapaces, el presidente Arévalo la escogió como su compañera de fórmula. Vaya si no es la misma fórmula: Miedo e incapacidad, una peligrosa combinación. Ella tampoco entiende la trascendencia de un gobierno de transición del que se esperaba que sentara las bases de un cambio fundamental para Guatemala.

Ciertamente que hay caminos rurales mejorados, que pusieron piso de cemento en los abandonados pisos de tierra en áreas rurales, que han remozado escuelas, esto es, las han arreglado, pero realmente eso no es de trascendencia. No hay una estrategia, ni plan, ni acción para mejorar las carreteras principales. Solicitaron a los Estados Unidos colaboración con la reconstrucción del puerto Quetzal, ojalá que funcione eso porque es solo el principio de una posible, posible transformación de nuestros abandonados puertos cooptados por la corrupción y la indiferencia. Los buques casi que se tienen que quedar a vivir en aguas guatemaltecas por lo lento de nuestros puertos.

Lo mismo en educación. El ministerio quedó atrapado en una huelga ilegal que logró superar legalmente sin que se impusieran las sanciones que los sindicalistas merecían. Pero la educación guatemalteca es mucho más que Joviel Acevedo, a quien ya deberían haber expulsado del magisterio. Los problemas esenciales de la educación no son afrontados: Nuestros alumnos no aprenden matemática y no se ve por ningún lado que se trate de resolver este problema a través de mejorar la formación docente en matemática basada en investigación científica. No hay investigación científica en Guatemala sobre aprendizaje de la matemática y por lo tanto no mejoraremos las prácticas docentes.

El país no solamente tiene el índice más bajo de aprendizaje de matemática de América Latina, también es bajo en ciencia, es bajo en comprensión lectora, elementos básicos para tener ciudadanos capaces y críticos. El pensamiento crítico se escapó de la educación guatemalteca, desde parvulitos hasta la universidad, donde un capo de la educación tiene cooptada a la única universidad pública del país ante la mirada indiferente del presidente, de la vicepresidente, docente de esa institución, ministra de Educación que cree que no tiene nada que ver con la universidad, ministros, diputados exceptuando uno que otro diputado, pero no ven la urgencia de cambiar al sistema educativo desde parvulitos hasta la universidad, desde sus raíces hasta sus ramas, todo, todo hay que cambiar.

El Congreso, igual que el Ejecutivo, anda extraviado. Quizá la diferencia es que en el Ejecutivo si hay gente honesta. De eso no podemos quejarnos, en el Ejecutivo los altos cargos los tiene gente honesta, hasta donde sabemos, pero su indiferencia a los problemas esenciales del país parece enorme. La desnutrición no se afronta sistemáticamente. Ya dije lo de la educación, en donde resalta la nula atención a la educación técnica. Ya sé. Me van a salir con que están haciendo estos cuatro institutos técnicos, ya lo sé, pero igual, no tienen dirección y por lo tanto tampoco tendrán sentido. Lo que urge es tomar a la educación técnica como un problema nacional que requiere una respuesta integral, racional y científica. No, la ciencia no acompaña a este gobierno.

Y para ponerle la tapa al pomo la selección de fútbol pierde ante la selección de El Salvador y eso es también como la crónica de una muerte anunciada ante una cooptación de la Confederación de Fútbol guatemalteca, permeada por corrupción, marcada por incapacidad a donde se meten directivos para robar y no para mejorar el deporte. Si bien el proceso actual de la selección tomó más tiempo, persisten los mismos vicios, las mismas mañas de una confederación que le ha hecho tanto daño al fútbol guatemalteco. Pero eso no es solamente con el fútbol, muchos deportes federados fueron cooptados por ladrones. Así que descubrimos el agua azucarada, el deporte está cooptado por corruptos y cosechamos sus frutos con estas derrotas.

Ahora nos toca replantear qué podemos hacer con este roto país. Creo que el reto mayor lo tendremos en el 2026 donde habrá varios cargos públicos importantes que debemos recuperar. ¿Sera posible que podamos recuperar a este país para que sea país y no solamente espectáculo o paisaje?

Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

post author
Artículo anteriorLas casas abandonadas
Artículo siguienteCuando el descrédito es disfrazado con libertad del pensamiento