Al inicio, al encuentro, ella lo mira a él con admiración, cada gesto lo ve bello, cada palabra en su voz la escucha melodiosa, cada ritmo lo ve sino perfecto, hermoso. Él la mira a ella hermosa, no entiende el que ella esté soltera, ¿por qué? Así que el amor de ahora se convierte en realidad en el primer encuentro, ese encuentro que marca las ansias de la intersección, de la unión, pero poco sabe del marcado destino de la desunión. Ella confunde el amor con sus genes, él confunde el amor con sus genes pidiendo a gritos perpetuarse.

Los sociólogos que se han animado a estudiar el amor en la modernidad, William Reddy, Athony Giddens, entre pocos, describen el amor romántico como una reconfiguración de la sociedad que se refleja en las relaciones particulares de pareja. Reddy enfatiza la relación entre amor y deseo sexual mientras Giddens enfatiza la reconfiguración del yo interno, asociado a valores de autonomía, libertad, elección, placer y consumo en la sociedad capitalista. Eso es el amor romántico en la modernidad.

Paralelamente, una pareja de esposos llega a la ciudad en búsqueda de una casa, de un apartamento, de un cuarto para que su hija mayor, Adelita, pueda estudiar odontología, carrera que no existe en el pueblo, aquel pueblo del Occidente de Guatemala donde no hay universidad. Los padres, Juan Alberto y María del Rosario, han decidido que Adelita estudie en la metrópoli más cercana, pero esta queda a unos 100 kilómetros de distancia, un camino de montaña que les llevará cuatro horas de autobús. Él trabaja en el campo de agricultor, ella vende en el mercado, ambos quieren una odontóloga en la familia, la primera de la generación que va a la universidad.

Adelita ya ganó los difíciles exámenes de admisión para estudiar odontología, por lo que su deseo es ir a la ciudad a estudiar la carrera. Juan Alberto y María del Rosario casi no durmieron tomando la decisión financiera de apoyarla y la promesa emocional de dirigirla en sus estudios. Él, papá, ella, mamá, llegan al amor de otra forma, sin películas de Hollywood, sin dramas, sin nada de la superficialidad de Occidente, de la filosofía occidental que ha tergiversado el amor como amor romántico y no le deja espacio al amor de compromiso, al amor del apoyo mutuo, al amor de la responsabilidad más allá del placer particular del cuerpo.

Pero el amor de compromiso emerge en sociedades premodernas que aún no han roto sus lazos comunales. Los roles sociales están claramente establecidos, el hombre trabaja en el campo y ella trabaja en la casa y secundariamente hace las ventas en el mercado. Aun no hay derecho a la igualdad mientras que el amor romántico, el moderno, emerge con el rompimiento de los lazos comunales, con el derecho a la igualdad, con la intensificación de la secularización, esto es, menos influencia de la religión.

La tensión entre el amor-romántico y el amor-compromiso, es una constante tensión en la transición de sociedades tradicionales a sociedades modernas, marcadas cada vez más por una visión idealizada de un capitalismo que destruye relaciones de confianza, de un capitalismo que ni siquiera responde en el ámbito económico mucho menos en el ámbito amoroso. Lo que significa que el amor no está en el corazón y menos en la mente, no. Así como el aprendizaje no es un fenómeno mental, es social, el amor es realmente un fenómeno social.

El amor era y es el pegamento social, ciertamente el amor-compromiso, así como el amor-romántico. ¿Qué sería de nuestra vida sin ilusiones? Pero hay que entender que el amor, como la vida, es de encuentros y desencuentros, el amor, romántico o no, es al final una oportunidad más que la vida en comunidad nos da para que al fin aprendamos de nosotros, no para cambiar y menos manipular al otro. No. El amor, es el encuentro con nosotros en comunidad, es, profundamente un fenómeno social.

Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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