Ni en los peores momentos de la guerra civil guatemalteca, entre 1960 y 1980, los profesores y los estudiantes de la Universidad de San Carlos, USAC, fueron criminalizados como lo hace ahora el pseudo sistema de justicia, esto es, como lo hace ahora el Pacto de Corruptos. La decadencia universitaria ya se miraba venir desde que a la USAC la ubicaron en las Comisiones de Postulación de altas cortes, un platillo demasiado tentador para los corruptos. De a poco, de rector en rector, la USAC fue siendo utilizada y hasta manipulada para que personajes impresentables ocuparan altos cargos en el sistema de justicia. Las últimas rectorías, la de Estuardo Gálvez, la de Murphy Paiz ya denotaban una perversa alianza con sectores obscuros que querían cooptar las Cortes. Pero el acabose llegó con Walter Mazariegos, el rector que no es rector porque simplemente hizo fraude electoral al no permitir que se realizaran votaciones honestas, democráticas y justas.

Walter Mazariegos llega a la rectoría con fraude, con mañas, como es él. Los estudiantes honestos, los estudiantes defensores de la democracia y la autonomía realizaron una digna resistencia, pero la alianza USAC-Sistema de Justicia, particularmente la alianza entre la Universidad de San Carlos y el Ministerio Público, USAC-MP, no permitió el verdadero uso de la ley y las normas universitarias para evitar un fraude electoral. Los y las estudiantes ocuparon varios recintos universitarios en todo el país y la resistencia fue atacada judicialmente a través de la alianza macabra USAC-MP quienes crearon el ridículo caso USAC: Botín Político.

Decenas de estudiantes fueron criminalizados, encarcelados por este ridículo y falso caso y muchos de ellos aún están dentro del proceso legal de defender sus derechos. Pero para sostener una rectoría ilegal, el pseudo rector debió contar con el apoyo de parte del Consejo Superior Universitario, donde muchos consejeros ya han cumplido su tiempo, pero siguen ilegalmente en dichos puestos porque son quienes apañan las ilegalidades del pseudo rector actual. Así que se incrementó la represión dentro de la Universidad de San Carlos. La otrora Universidad Nacional y Autónoma ya no es autónoma sino en su alianza macabra con el MP donde se prepara para brindarle impunidad a la fiscal general y se vuelve un campus en contra de la justicia, en contra de la honestidad, en contra de la misma academia. Se murió la ciencia, mataron la academia los corruptos en la Universidad de San Carlos.

Así las cosas, también el personal docente es reprimido y hasta abusado en sus derechos básicos. Hay cientos de profesores contratados de forma interina, llevan años de años de interinos. No puede ser que se tengan profesores interinos durante veinte años, no. Eso es una injusticia. Junto a eso, hay toda una tendencia de contratar amigotes, amiguitos, familiares, amantes como sucede en otras instituciones del Estado. A esto se le llama corrupción.  Además, en las últimas dos rectorías se han iniciado procesos de despido de personal docente y administrativo de forma ilegal, sin reconocer los derechos adquiridos, sin reconocer los derechos humanos, los derechos laborales. Para muestra tome el caso del profesor ingeniero Ernesto Aguilar, un profesor de ingeniería de la USAC en el campus de Quetzaltenango, campus llamado CUNOC, siglas que significan Centro Universitario de Occidente.

El profesor ingeniero Ernesto Aguilar es un excelente docente que lleva años de ser profesor interino, de la noche a la mañana le dicen que ya no tendrá media carga académica. El profesor Aguilar, hace un año, inicia un proceso dentro del Juzgado de Trabajo para recuperar sus derechos, sus cursos y se queda momentáneamente con media carga académica. Pero este año el Consejo Superior saca un acuerdo bajo la manga en donde dice que cualquier trabajador que tenga un proceso judicial en contra de la USAC no se le contratará. ¡Vaya norma!

El Consejo Superior Universitario de la USAC para mantenerse en el poder reescribe el Derecho Laboral del país, viola la Constitución, viola derechos, se le olvida, o no quiere recordar que la legislación laboral se inspira en la justicia, la equidad, la buena fe, la protección de los derechos humanos y la seguridad jurídica. Y esto no es solamente en el caso del profesor Ernesto Aguilar, sino en el caso de cientos de trabajadores universitarios. Este es el resultado de la corrupción adentro de la Universidad de San Carlos, este es el resultado de los fraudes electorales, este es el resultado de que personas sin competencia científica ni académica, sin ética ni moral, se apoderen de la dirección de la única Universidad Pública del país, este es el resultado de sembrar miedo para violar derechos, este es el resultado de un gobierno que abandona a su propia Universidad, una Universidad fundada en la Revolución de Octubre de 1944 por un verdadero gobierno democrático.

Es el momento de crear un verdadero sistema de educación superior, con universidades públicas que afronten las necesidades del país, al menos una universidad pública en el Norte, ya sea en Cobán o en Petén, una en el Oriente, otra en el Sur y otra universidad en el Occidente, como aquella universidad pública creada en 1876 y llamada Universidad de Occidente en el Estado de los Altos, Quetzaltenango.

Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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