Los seres humanos cometemos errores, nos equivocamos cuando observamos, cuando medimos, cuando hablamos y hasta cuando pensamos, no digamos cuando actuamos. Somos seres que erramos. Ahora bien, hay errores inevitables, pero hay otros que se pueden evitar o al menos se pueden entender. Reza el dicho, «errar es de humanos» y así vamos por la vida de error en error, pero también de acierto en acierto. Muchas cosas las aprendemos por ensayo y error, otras no, porque hemos aprendido a teorizar, a construir explicaciones plausibles del mundo. Los seres humanos hemos aprendido a predecir posibles trayectorias de la naturaleza, la naturaleza física, química, biológica y social, hipotetizamos, encontramos pautas de comportamiento físico y social. Somos Homos Sapiens.
Ahora bien, hay errores cuando medimos algo. La medición de alguna magnitud, distancia, tiempo, área, volumen u otra medición siempre tiene un error, pero este no necesariamente es una equivocación, sino es una indeterminación debido a factores que no permiten tener una medida perfecta. Hay errores que vienen con el instrumento de medición. Esos errores no son equivocaciones de tal forma que los científicos tenemos teorías de dichos errores para reducirlos y reportarlos.
Para ver algunos errores echaré mano de algunas de mis columnas de La Hora donde aparecen errores míos. En mi columna el Origen Interestelar del Agua del 5 de junio de 2025, reporto que según la revista científica Nature Astronomy, 2025, el agua surgió casi con el Universo, apenas 200 millones de años luego del Big Bang, aunque un año antes yo había reportado que el agua tenía una edad de 12,000 millones de años, 2,000 millones de años luego del origen del Universo. Esta es una diferencia abismal. ¿Cómo puede ser esto? ¿Hay acaso un error? ¿Quién está equivocado, los que reportaron que el agua emerge 2,000 millones de años luego del origen del Universo o los que dicen que surge 200 millones de años luego del origen del Universo?
Bueno, a la hora de revisar el artículo original de la revista Nature Astronomy de marzo del 2025, encuentro que el profesor Whalen y su equipo no hicieron una medida directa sino una modelación. Es una modelación de supernovas, explosión colosal de estrellas que tienen diferentes masas y que mostraron, en la modelación, que se formó Oxígeno a altas temperaturas, que, al enfriarse y combinarse con el Hidrógeno primordial, generó vapor de agua y luego hielo según Whalen, 200 millones de años después del Big Bang. También los mismos autores reportan que esta agua primitiva duró muy poco tiempo estable. Entonces, realmente el agua que emergió 200 millones de años después del origen del Universo duró muy poco. Debimos esperar 2,000 millones de años después del Big Bang para tener agua. Entonces, aquí no hay un error si no dos fechas plausibles de un mismo fenómeno.
Un error mío que sí es equivocación es que, en mi columna de La Hora del 27 de junio de 2025, llamada La Democracia Desgarrada yo digo que el presupuesto de Estados Unidos para defensa en el 2023 es de mil millones de dólares. Eso no es cierto tal como me lo hizo ver mi colega Herberth Loarca. El presupuesto de defensa de Estados Unidos, año 2023, es de 820 mil millones de dólares, no de mil millones de dólares como equivocadamente reporté yo el 27 de junio en mi columna de La Hora. Este error viene de la forma en que se reportan los billones en inglés. En español un billón es un millón de millón. En inglés un billón son mil millones. Así mi fuente decía: «The US Departament of Defense’s Budget is $820 billion» y yo equivocadamente aproximé a mil millones de dólares, pero no es eso, sería 1,000,000 de millones. Gracias Herberth por la aclaración.
Sin lectores críticos, sin pensamiento crítico, las columnas de opinión se quedarían en opiniones individuales correctas o no. Lo que busca La Hora es el desarrollo del pensamiento crítico, es la búsqueda de la verdad, es la construcción de una democracia participativa. De eso se trata saber leer y escribir como participación social, como construcción de opinión, por eso, como decía el brillante escritor Edgar Allan Poe: «Errar es de humanos, rectificar es de sabios».