El país, nuestro país, deambula sin dirección ni sentido. No es un vector, no tiene magnitud, no tiene dirección, no tiene sentido a diferencia de un vector matemático. A diferencia de los antiguos navegantes que encontraron en la estrella polar fija un Norte, a diferencia de los chinos que descubrieron las propiedades magnéticas de la Tierra y se dieron cuenta de que una aguja imantada se alineaba al campo magnético de la Tierra y que esa propiedad podía utilizarse para guiarse, acá el gobierno nuestro no tiene Norte.
Entonces, no se conocían las leyes de Maxwell sobre electricidad, ni la ley de Ampère, ni se sabía que una corriente eléctrica es capaz de producir un campo magnético, el cual es el resultado del movimiento de hierro fundido, con otros metales, en el núcleo de la Tierra, que forman corrientes eléctricas, generando una especie de magneto en la Tierra, donde arbitrariamente al Norte geográfico se le asigna el Norte magnético y con eso se tenía un punto de referencia más o menos invariable, que los navegantes de antaño utilizaban para guiar sus rutas. Ellos tenían un Norte.
El actual gobierno de Guatemala no tiene Norte, ni el gobierno anterior, ni el anterior, ni el anterior. Ciertamente el gobierno actual es un gobierno de gente honesta, pero sin dirección, sin sentido. Semilla llegó con un plan de trabajo, que seguro no han actualizado, no han revisado porque no parece que tengan Norte alguno. En materia de educación la ministra Giracca ha sido un paladín contra la corrupción del sindicato y de Joviel Acevedo, eso hay que aplaudirlo, pero no quiere decir que ya le dio un Norte al desarticulado sistema educativo, para muestra un botón. La educación técnica guatemalteca está abandonada en todo sentido, en infraestructura, en equipamiento, en su currículo, en profesores preparados, en personal de limpieza, pero principalmente está abandonada porque parece que a nadie del Ministerio de Educación le importa o entiende la trascendencia de la educación técnica en el sistema público de educación. No tiene un Norte.
No es solamente el problema de la educación técnica, también la educación matemática anda por los suelos porque los aprendizajes de matemática no superan el 13% de los graduandos, esto es, 13 de cada 100 graduandos pasan el examen de matemática, 87, o sea, casi todos, no lo hacen. Este es un sencillo examen de aritmética y álgebra elemental. Tampoco los alumnos graduandos saben entender lo que leen. Apenas el 35% lo hacen, 65% no lo hacen. Ese es un fracaso total.
Ciertamente hay proyectos importantes en materia de educación que no están en el Ministerio de Educación, léase el Programa de Becas para Nuestro Futuro que ha puesto ciento de millones de quetzales en formación en educación superior, una excelente idea. Pero, sí el sistema universitario guatemalteco no tiene mucha calidad ni pertinencia, exceptuando un par de universidades privadas que se enfocan en formación en ciencia y tecnología, qué se espera de estas becas cuando no hay control de calidad de la educación universitaria. Las autoridades han dejado a la libre a las universidades guatemaltecas donde unas pocas forman, las otras deforman. Ni el Ejecutivo, ni el Legislativo se han preocupado por ver la calidad del gasto en la educación pública superior. O sea, no hay plan, no hay Norte.
Peor que eso, ahora han puesto 250 millones de quetzales para becas sin dar una prioridad, sin decir a qué universidades y a qué programas se va priorizar. No, no se trata de que cualquier estudiante venga y quiera estudiar Derecho en la Universidad Regional, la corrupta universidad de Estuardo Gálvez, o que quiere estudiar Derecho en la Universidad Juan José Arévalo u otra universidad monigote hecha por corruptos. No. ¿Por qué vamos a invertir fondos públicos sin establecer criterios? Un programa de becas debe ir acompañado de un plan de formación en las áreas de necesidad, priorizadas.
Por ejemplo, Estados Unidos reporta 4,800 científicos por cada millón de habitantes, Canadá 5,400, Costa Rica tiene 462 científicos por cada millón de habitantes, Dinamarca 8,800, Guatemala tiene 15, si, el más bajo de todos según el Banco Mundial en su informe1. En un país que invierte el 0.03% del PIB en ciencia y tecnología, la prioridad es que los estudiantes de educación superior estudien ciencia y tecnología. A ellos y ellas hay que priorizar. Pero como el gobierno no tiene Norte, mandan, reparten millones de quetzales sin prioridad alguna. Tener uno de los más bajos índices de producción científica y tecnológica del mundo, reflejado en apenas 15 científicos por cada millón de habitantes, con una tendencia a la baja según el Banco Mundial, debe ser una vergüenza nacional. Es una forma segura de construir subdesarrollo y de no construir la ansiada primavera nuestra. Eso debe cambiar teniendo un Plan, una Dirección, un Norte.
Dónde estaba la vicepresidenta Karin Herrera cuando se creó el Programa de Becas para Nuestro Futuro, dónde estaba la secretaria de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, SENACYT, dónde estaban los funcionarios públicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología que no pueden darle un Norte al presidente y decirle que no debe, que no puede ponerse a financiar a todas las áreas de la educación superior cuando el país tiene un enorme déficit en ciencia, tecnología e innovación. Así solamente se aseguran que nunca salgamos del subdesarrollo porque nunca, nunca podremos construir nuevas tecnologías, nunca si no invertimos en ciencia y tecnología, en educación científica y tecnológica.
Ciertamente ser honestos es importante y este gobierno tiene altos funcionarios honestos. Quizá a la fecha no hemos podido construir la primavera que añoramos, pero seguramente estamos saliendo del frío invierno de la corrupción. Ahora preparémonos, hagamos un Plan, pongamos un Norte. Hagámoslo ahora, porque si no es ahora, no será nunca.
1 https://datos.bancomundial.org/indicador/SP.POP.SCIE.RD.P6