«Ésta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil, callado, y vacía la extensión del cielo. Ésta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sólo el cielo existía. No se manifestaba la faz de la Tierra. Sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensión». Fragmento tomado del Popol Vuh: Las antiguas historias del Quiché, traducidas del texto original con introducción y notas del quetzalteco Adrián Recinos.
Primero fue Tea que golpeó a la emergente Tierra, hace 5,000 millones de años o un poco menos, luego nació la Luna, pero cometas y asteroides, algunos de hielo, habían golpeado la Tierra y dejado agua, no cualquier agua, sino agua con los isótopos que aún tenemos en la Tierra. Pero la colisión, el choque, también dejó material en la proto Tierra, la emergente y golpeada Tierra nuestra, como nuestra alma. La colisión con Tea, la actual Luna, no fue única. Antes y después hubo choques con cometas con hielo, asteroides con materiales, minerales, metales y otros. Sin embargo, tanto choque, no elástico, producía liberación de enormes cantidades de energía por fricción, mucha fricción y mucho calor lo que hizo que la Tierra se calentara enormemente y con ello calentara los minerales, lo que ahora es la corteza terrestre eran metales, entre otros, fundidos por la alta temperatura de la Tierra y si había agua esta debería estar en forma de vapor de agua.
La gravitación ha sido la fuerza suprema para formar la Tierra, reunió materiales para formar la Tierra y otros planetas. El Sol tiene otra historia, es una estrella: Une étoile appelée Solei. Al choque de Tea la Tierra queda fracturada con sus placas tectónicas y sus volcanes profundos, producto de los materiales fundidos cuyos gases desde un principio han querido escapar de su fondo. El vapor de agua queda atrapado entonces en la corteza, pero también quedan otros gases.
Entonces, los materiales atrapados en la primitiva Tierra contenían los materiales que se convertirían en la atmósfera por desgasificación, esto es, por el enorme calor del magma terrestre los materiales están en estado gaseoso, debido a las altas presiones de estar en el interior de la Tierra empiezan a subir, todos, vapor de agua, dióxido de carbono, nitrógeno y muchos más. Se forma la atmósfera, una atmósfera aun sin vida. Sin embargo, abajo, en la superficie emergen las primeras bacterias que producen Oxígeno suficiente para enriquecer el Oxígeno de la nueva atmósfera, con vida. Ya en el cielo atmosférico terrestre, el vapor de agua se enfría y el agua condensa, cae la primera gota, empieza el ciclo natural del agua, las lluvias entonces forman ríos y océanos.
Pero al final, los océanos y los mares, son previos a nuestra razón como dice el hermoso poema de Jorge Luis Borges con el que cierro esta reflexión en el Día de los Océanos:
«Antes que el sueño (o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.
¿Quién es el mar?
¿Quién es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares de la tierra
y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?
Quien lo mira lo ve por vez primera
siempre.
Con el asombro que las cosas
elementales dejan,
las hermosas tardes, la luna, el fuego de una hoguera.
¿Quién es el mar, quién soy?
Lo sabré el día ulterior que sucede a la agonía».
Islas de la Bahía, junio 8, 2025