La educación técnica en Guatemala inicia en la secundaria. Los alumnos cuyas edades oscilan entre los 13 y los 15 años tienen opción de tener programas de inducción a la educación técnica donde aprenden carpintería, electricidad y «técnicas» relativamente sencillas, esto lo hacen en institutos públicos, así como en institutos privados, ambos obedecen normas del Ministerio de Educación, aunque los primeros tienen financiamiento público. Hay otros institutos que dependen del Ministerio de Agricultura, MAGA, escuelas de formación agrícola. En todas tiene injerencia el Ministerio de Educación y en todas se lleva el Currículo Nacional Base, aunque el financiamiento es del MAGA. Esta inducción a la educación técnica se da en los primeros años de secundaria. Luego hay otros institutos llamados institutos «industriales», estos dan formación vocacional de educación técnica con miras en la formación para el trabajo, de 15 a 18 años. Ese nivel en Guatemala se llama «diversificado». Luego de la formación diversificada los alumnos pueden optar a educación superior o al Intecap.
El Intecap se ha convertido en el referente nacional de la educación técnica al ofrecer programas de entrenamiento en varias áreas técnicas acorde a los requerimientos que determinan sus estudios de demanda y de acuerdo a los empresarios. El Intecap da formación a la «medida» pero también tiene una serie de programas técnicos que mejoran las habilidades para el trabajo de los guatemaltecos. Además, brinda asesorías para mejorar la productividad de las empresas. El Intecap se sostiene con fondos públicos, fondos de las empresas y pagos por los servicios de capacitación.
Optan al Intecap las personas que pertenecen a una empresa y requieren mejorar sus capacidades técnicas. También lo pueden hacer alumnos de secundaria y lo hacen personas en general que desean aprender un oficio: Albañilería, maestro de obras, carpintería, pastelería, chef, estética, etc. y lo hace cualquier persona particular que llene requisitos mínimos de ingreso y que pague el costo de la formación con matrículas accesibles. Además, el Intecap ofrece becas a personas que lo requieran. Cuenta con un sistema nacional de institutos todos en excelentes condiciones. En algunas sedes puede tener estudiantes en lo que en Guatemala se llama perito en algo, siendo ese algo bastante variado tal como perito en mecatrónica o técnico en mecatrónica, una disciplina que se encuentra ente lo técnico y lo tecnológico porque integra la mecánica, la electrónica y la robótica. Esto ya requiere bases de ciencia, matemática, tecnología e ingeniería, STEM por sus siglas en inglés. Así existe una variedad de peritos. Los hay peritos en electricidad, electricidad industrial, aire acondicionado y otros relacionados con las actividades productivas del país, son técnicos.
Ahora bien, el Intecap es un excelente ejemplo del desarrollo de la educación técnica para el trabajo en términos de entrenamiento, pero el entrenamiento para el trabajo no es el único objetivo de la educación técnica. La educación técnica ciertamente tiene el objetivo económico de crear capacidades para la producción de bienes y servicios. Pero la educación técnica también debe tener el objetivo de que los alumnos y las alumnas desarrollen prácticas que necesitan para llegar a ser seres humanos capaces de pensar por sí mismos, esto es, que desarrollen pensamiento crítico. No solamente queremos personas que reparen artefactos, sino que también inventen nuevos, innoven, transformen y que además participen racionalmente con sus semejantes a fin de construir una sociedad mejor. No se trata solamente de producir tecnócratas. Lo que el país requiere es construir una sociedad más justa, en un ambiente de injusticia, una sociedad donde se reduzca la pobreza y la desnutrición.
En resumidas cuentas, Guatemala cuenta con una oferta grande de educación técnica en el nivel secundario, en el diversificado, con el Intecap, en la educación superior. De todas estas hay programas ejemplares de educación técnica pero no existe un sistema nacional del control de la calidad de la educación técnica a todo nivel, tampoco se cuenta con una política nacional de educación técnica que permita direccionar hacia donde debe ir la educación técnica nacional. Ciertamente el Ministerio de Educación tiene un rol importante que jugar en el diseño de dicha política, pero la misma debe ser multiministerial considerando que la educación técnica tiene objetivos económicos (buenos trabajadores), políticos (ciudadanos críticos) y culturales (innovadores).
Para lograr la mejora de la educación técnica hay que clarificar para qué es la educación técnica, la cual desde mi punto de vista y a juzgar por los avances en países innovadores debería incluir a todos los niveles de educación, esto es, debe existir una alfabetización técnica, capacidad de uso y entendimiento de artefactos, capacidad de entender y arreglar pequeñas instalaciones técnicas en el hogar o empresas y principalmente capacidad crítica del papel de la técnica y la tecnología en la sociedad. Mientras tanto en la sociedad moderna las técnicas son cada vez más absorbidas por las tecnologías modernas, este nivel de preparación general para la sociedad se llama alfabetización tecnológica.
Por otro lado la educación técnica que tiene funciones de educación para el trabajo y que inicia en el diversificado debe replantearse profundamente y para eso sí se requiere que el Ministerio de Educación haga una política nacional de educación técnica o dé los lineamientos de mejora ya que los icónicos institutos industriales están abandonados en muchos sentidos: Falta de equipo, falta de profesores, falta de mantenimiento, ausencia de formación pedagógica, falta de formación técnica y fundamentalmente una ausencia de dirección. Ahora la educación técnica que brinda el Intecap tiene varias ventajas: Pertinencia, flexibilidad, capacidad, orden y eficiencia, sin embargo, el Intecap no tiene ninguna relación con el Ministerio de Educación ni con la oferta de educación técnica superior.
El país tiene una enorme oferta de educación técnica, algunas buenas, pero muchas que no parece muy buenas por lo que urge un sistema de control nacional de la calidad de la educación técnica. En el diversificado y en las universidades se evidencia una oferta desconectada de las necesidades reales de la población por lo que el Estado debe definir, con claridad, políticas de evaluación, inspección y control de calidad de los centros de educación técnica. Urge revisar el soporte didáctico de la estructura curricular sobre el cual están elaborados los planes de estudio de estos programas, porque no puede ser el Currículo Nacional Base, que tiene otra función. En el caso de los cientos de programas que se ofrecen en secundaria y en las universidades, programas de educación técnica, hay que analizar su pertinencia a la luz de una verdadera política nacional de educación técnica. Ciertamente esto debe de nacer del Ministerio de Educación, pero no solamente de este ministerio, también debe involucrarse al Ministerio de Economía, Ministerio de Agricultura, Ministerio de Salud, todos oferentes de programas de educación técnica. Esto requiere de liderazgo del ejecutivo, de la vicepresidente, del mismo presidente y de legisladores que quieran sacar a este país del subdesarrollo. Sin educación técnica no hay desarrollo.