Ciertamente el uso de la expresión » Técnico» es común en las personas que tienen una relación con artefactos, con procesos físicos, químicos, eléctricos, biológicos. Yo proveniente de una formación en ingeniería he percibido a los técnicos como quienes realizan actividades y funciones en el manejo y arreglo de artefactos, esto es, equipos especializados dentro de los procesos productivos de las empresas, sean estas públicas o privadas. Así, un técnico en electricidad puede realizar funciones en las áreas de potencia (transmisión de electricidad a través de cables, desde centrales eléctricas, transformadores y otros) y un técnico en electrónica es específico para circuitos eléctricos o electrónicos. En las empresas los técnicos son los encargados del funcionamiento de los artefactos, calderas, bombas, equipos en general, para que estos funcionen bien, adecuadamente y cuando no, repararlos.
En la medida en que la tecnología evoluciona los artefactos que va construyendo se vuelven más complejos. Así, en una empresa grande ya se requiere uno o varios técnicos para manejar los equipos, artefactos y procesos sin que estos técnicos sean ingenieros. En la medicina moderna tan compleja se requieren técnicos de resonancia magnética, técnicos en Rayos X, ultrasonidos, tomografías y decenas de técnicos especialistas no necesariamente médicos, sino más bien conocedores de artefactos particulares, equipos especializados. Aun las ingenierías tradicionales como ingeniería mecánica requerirán de técnicos en aire acondicionado, técnicos en metalurgia, soldadura y muchos más.
Aquí la diferencia entre un ingeniero y un técnico no es que el ingeniero sea mejor que el técnico, sino más bien que uno tiene una función y otro otra. El ingeniero mecánico dentro de una empresa podrá tener funciones de administración, de manejo de la totalidad de los sistemas mecánicos que funcionan, pero no podrá ser especialista de artefactos particulares y de cómo funcionan y menos de repararlos en el caso eventual de que se averíen. En los países desarrollados los ingenieros tienen más funciones de diseño e innovación. Por eso se separa el ingeniero práctico del ingeniero académico en dichos países. Pero los técnicos sí tienen funciones de mantenimiento, reparación, uso de equipo específico aquí y en dichos países.
Esta concepción de «Técnico» fue entendida con claridad en el diseño del Instituto Tecnológico Universitario Guatemala Sur, ITUGS, de la Universidad de San Carlos de Guatemala que funciona en Palín, Escuintla, en un maravilloso lugar donado por el Instituto Nacional de Electrificación, INDE, donde se forman técnicos a nivel superior, con tres años de estudios y sus prácticas asociadas a los técnicos del ITGUS son capaces de participar en los procesos productivos, públicos y privados, de la sociedad. Se forman técnicos en automotriz, metales, procesos de manufactura, producción de alimentos, electrónica entre otros. Las universidades privadas guatemaltecas también ofrecen programas técnicos dentro de sus facultades, así la Universidad Galileo ha invertido buena parte de su oferta en carreras técnicas.
La Galileo ofrece técnico en electrónica industrial, una actividad técnica fundamental en las empresas modernas y también ofrece técnicos en administración, algunos generales como Técnico en Administración y Supervisión de Servicios y otros específicos como Administración de Empresas de Aviación y así más de una docena de técnicos universitarios. Al mismo tiempo ofrece carreras parecidas a las que ofrece el ITGUS. Pero a diferencia del Tecnológico de la USAC, el ITUGS, la Galileo ha explotado el mercado de los técnicos universitarios llegando a extremos como el de ofrecer técnico en reparación de motocicletas que no parece ser una práctica que demande un título universitario. Si siguen así, pronto tendrán un técnico universitario superior en reparación de licuadoras y otros artefactos cotidianos.
La da Vinci, otra universidad privada guatemalteca ofrece varias carreras técnicas, entre ellas Técnico en Construcción, Administración y Ejecución de Obra Civil, Técnico en Criminología, Técnico en Cultivos Agrícolas, Técnico en Diseño Gráfico, Técnico en Cine y muchas más como Técnico en Enfermería, Técnico en Fisioterapia. Lo mismo sucede con la Universidad Landívar, la Mariano Gálvez o la Universidad Rural que ofrece varias carreras técnicas. Hasta la Universidad del Valle se suma a la oferta de carreras técnicas. Aquí la pregunta es quién ordena, dirige y direcciona estas carreras técnicas a nivel superior.
En Guatemala se forman técnicos desde la educación secundaria, donde hay una oferta de más de 200, si, doscientas especialidades técnicas como salidas de secundaria. Todas las universidades guatemaltecas también forman técnicos, tengan laboratorios o no, tengan equipos o no, tengan talleres o no, tengan simuladores o no. O sea, nadie controla si las carreras técnicas ofrecidas son carreras genuinas en el sentido de que la institución que las ofrece tenga las capacidades de infraestructura, equipo, docentes para realizar eficientemente el programa. La mayoría de las carreras técnicas de las universidades guatemaltecas están dentro de facultades, con la excepción de la Universidad de San Carlos que tiene un instituto que se especializa en formar técnicos, el ITUGS.
Así la enorme oferta de carreras técnicas, ya sea en la educación secundaria, bachilleratos y técnicos superiores universitarios del país realmente no tiene dirección alguna, va para donde las tendencias lo piden, la demanda, en el mejor de los casos y en el peor, para donde se ofrezca, sin que exista base real para dicho ofrecimiento.
La educación de los técnicos, desde la secundaria hasta los estudios superiores, debe ser guiada, dirigida, direccionada por el Estado, esto es, debe existir una Política Nacional de Educación Técnica. Esta tarea no corresponde solamente al Ministerio de Educación, es una tarea de muchos ministerios. Me gustaría creer que este gobierno conoce la importancia de la educación técnica, pero desde el nombramiento de Oscar Chinchilla como director del INTECAP me parece que su prioridad no es la educación técnica, sino el de sobrevivir, ni huele, ni hiede, al final, el presidente y vicepresidente parecen dos almas en pena que solamente tratan de salir del purgatorio. Todos los apoyamos, menos ellos, ellos no se apoyan y con ello pierden esta hermosa oportunidad de cambiar al país. Por eso nuestras esperanzas de transformar la educación técnica no debe basarse en monigotes, sino en la gente entusiasta, dentro y fuera del gobierno, que es capaz de mejorar a este lastimado país todos los días, sin pretexto alguno.
Debemos avanzar con la mejora de la educación técnica, aunque esto signifique que nos tachen de terroristas. En un país donde la justicia está cooptada urgen técnicos en todas las áreas, así urgen los técnicos en criminología, técnicos en investigación legal, técnicos que les enseñen a los actuales corruptos del Ministerio Público a diferenciar entre invento y evidencia, entre mentira y verdad, entre injuria y justicia. Ese trabajo es nuestro, del Pueblo. Hagámoslo ahora. Si no es ahora, no será nunca.