Recientemente apareció de nuevo un informe del estado en el que se encuentra el Instituto Técnico Industrial Doctor Imrich Fischmann de la zona 13 de la Ciudad de Guatemala luego de aquel llamado del ex diputado Aldo Ávila. El informe periodístico de Con Criterio nuevamente refleja el estado de abandono de las instalaciones, principalmente el hedor en los baños tanto de hombres como mujeres, donde por años se había acumulado orina, lo que es parte de una problemática del abandono físico, conceptual, filosófico y hasta emocional del instituto y de los institutos de educación técnica en Guatemala. El abandono físico se refleja en la nota de Con Criterio, donde los alumnos entrevistados indican que las instalaciones no tienen mantenimiento. Informan que hay 750 alumnos y hay varios baños, pero abandonados, sin limpieza.
Pero el problema no son solamente los agujeros en los tejados, la maquinaria obsoleta, los laboratorios desactualizados para las carreras de mecánica, electricidad, carpintería, alimentos, refrigeración, el problema es que hay un gran agujero presupuestal que no permite dar el mantenimiento adecuado a este instituto y a los otros institutos de educación técnica nacional. Para el 2024 se habían aprobado 83 millones de quetzales de los cuales el Fischmann tendría 24 millones, pero al final no aprobaron ese presupuesto. ¡Qué barbaridad! De los 84 millones les dieron 1 millón, si, un millón de quetzales, pero a todos los institutos. ¡Qué cinismo! Después del descarado aumento presupuestal de los actuales diputados, esto de la pobreza de los institutos de educación técnica llora sangre.
El Instituto Técnico Vocacional Fischmann adolece los males de los institutos en general y de los institutos técnicos porque estos últimos requieren un mayor presupuesto para funcionar si se considera la formación práctica experimental que los caracteriza, por lo que se requieren laboratorios, talleres, simuladores, PLC, tornos, fresadoras, CNC, equipos de impresión 3D, computadoras, modeladores, cortadoras laser, herramientas, bancos y tanto que requiere la educación técnica experimental. Pero si ni tienen para limpieza, que se puede esperar de este abandono.
Asociado a este abandono físico reflejado en las instalaciones, los baños, las aulas, los laboratorios, la ausencia de equipo de laboratorio y ausencia de talleres equipados hay un abandono conceptual porque el Ministerio de Educación no ha hecho el mínimo esfuerzo de entender la naturaleza de la educación técnica. La educación técnica no es, o no debe ser, la imposición del Currículo Nacional Base, CNB, y el currículo técnico, no. No es la suma de ambos, sino más bien se debe comprender cómo emergen los conocimientos técnicos, prácticas técnicas en la sociedad para poderlas desarrollar en ambientes escolares. El proceso se llama transposición didáctica y se refiere al traslado de las prácticas de expertos a ambientes escolares1. Debido a que los institutos de educación técnica van a enseñar conocimientos y principalmente habilidades, el trabajo debe ser similar al de un taller, taller de carpintería, taller de herrería, taller de electricidad, taller de refrigeración y de hecho así lo hacen los institutos técnicos, por eso es que el currículo debe pensarse alrededor y fundamentalmente desde lo técnico.
Ahora, ser técnico no significa ser tecnócrata, esto es, una persona que solamente se centra en los artefactos y olvida a la sociedad, a los humanos. No. La técnica es para beneficio de la sociedad y no al revés. Por eso se requiere profundizar filosóficamente en la naturaleza de la técnica, su relación con la tecnología, su relación con la ciencia, la matemática y la sociedad a la que servirá. Esto lo que significa es que la formación de docentes de educación técnica tiene que considerar la naturaleza de la práctica técnica, tecnológica, científica y matemática de tal forma que en el transcurso de la formación los técnicos vocacionales puedan tener la preparación adecuada para el trabajo y la vida económica, política y cultural en sus comunidades.
Cuando el currículo está mal diseñado, cuando los profesores no están formados adecuadamente, cuando los directores se desentienden de sus funciones, entonces pasa lo que está pasando en el Fischmann. Ciertamente puede que tengan problemas de equipamiento, problemas acumulados en el tiempo. Puede que el currículo esté mal diseñado. Puede que no exista una política educativa del Ministerio de Educación que apoye a institutos técnicos y que los direccione, pero eso no quiere decir que se echen al abandono. El Fischmann refleja un problema aún más profundo, abandono emocional. ¿Cómo se puede explicar el deterioro total cuando en el mismo instituto hay capacidades de mantenimiento técnico? ¿Cómo?
Es difícil de explicar que un instituto técnico industrial que tiene capacidades propias que ha construido en medio siglo de formación en diferentes áreas, incluyendo mantenimiento industrial, un curso que introduce a los alumnos a aprender a evaluar estado de instalaciones, realizar mantenimiento preventivo, correctivo, predictivo, proactivo reza el contenido del curso y bla, bla, bla parece, porque de eso no se mira nada en el Fischmann. Ciertamente podrá ser cierto que no hay fondos para contratar personal de limpieza, pero no tener capacidad de hacer la limpieza mínima y el mantenimiento mínimo es algo que nos debe poner a pensar en el liderazgo del instituto. A esto le llamo yo abandono emocional, «helpless», esto es, persona que se da por vencida cuando con los recursos que tiene puede cambiar parte del estado de cosas catastróficas que le pasan. Eso percibo yo en el Fischman a diferencia de otros institutos técnicos abandonados financieramente pero no emocionalmente.
Es urgente que las autoridades del Ministerio de Educación, empezando con la ministra Anabella Giracca planteen una ruta crítica para la recuperación física, conceptual y social de la educación técnica en Guatemala. Eso debe de hacerse de forma integrada en acuerdo con la Universidad Nacional, porque el problema de la incoherencia conceptual de la educación pública nace en las universidades y en la misma San Carlos. Este trabajo requiere de la cooperación internacional como el de la misma UNESCO, Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura, que tiene un departamento específico para el desarrollo de la educación técnica. Vamos ministra, hagámoslo. Como le dije, si no es ahora, no será nunca.