El viernes 24 de enero del 2025 el quien usurpa el cargo de rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Usac, visitó el Centro Universitario de Occidente conocido como CUNOC, un campus de unos 22,000 estudiantes de licenciatura y 1,000 estudiantes de postgrado, con más de 500 profesores. A eso de las 10 de la mañana el Campus de Quetzaltenango fue cerrado y los estudiantes en clase y docentes en actividades académicas fueron desalojados del Campus. Los pocos investigadores científicos también debieron salir. ¡Si! Y no era como antes para que fueran a escuchar el discurso académico del Rector, que sí tenía algo académico que decir. No. Era para que el pseudorrector pudiera ingresar acompañado de una comitiva, no, no de sus vicerrectores de investigación, de docencia y de extensión, no, nada de eso. Iba acompañado de un grupo armado de guardaespaldas, como una docena, quienes abusivamente alejaban a los pocos estudiantes que habían quedado en el Campus.
Un grupo de estudiantes de derecho tomaba video a las actividades de revisión de la tropa que hacía el auto llamado rector y fueron desalojados con lujo de fuerza de parte de los guardaespaldas armados, guaruras. ¡Imagínese esa escena en un Campus académico! Ni en los tiempos de la dictadura cuando los militares gobernaban en la guerra civil guatemalteca. La prensa local y nacional quiso cubrir la noticia. No todos los días llega un Rector al Campus de la Universidad Pública de Quetzaltenango. Fue a inaugurar la recién remozada Plaza de los Mártires en memoria de las docenas de estudiantes y docentes universitarios que fueron asesinados o desaparecidos por luchar por un país libre, por una Universidad Pública y Libre. Pero no, no se permitió siquiera a los medios de comunicación su ingreso violando el primer artículo de la Ley de Emisión de Pensamiento que literalmente dice: «Es libre la emisión del pensamiento en cualesquiera formas, y no podrá exigirse en ningún caso, fianza o caución para el ejercicio de este derecho ni sujetarse a previa censura».
Esta escena refleja el estado de deterioro de la Universidad de San Carlos, una institución cooptada por el Pacto de Corruptos simplemente porque la Constitución de 1985 le da capacidades de elección de las altas cortes de la justicia guatemalteca. Debido a ese error histórico de los Constituyentes a partir de entonces la Usac, una universidad pública se transformó en una institución políticamente apetecible, claro, si es una enorme palanca para escoger a quienes dirigirán al sistema de justicia. Nada que ver con las funciones de una verdadera universidad.
Este evento solamente muestra la urgencia de replantear el papel y el sistema de gobierno de las universidades en Guatemala, públicas y privadas. Ya no es posible sostener el monopolio de la educación pública superior en una institución única que fácilmente es cooptada. No es posible que una institución de esta naturaleza real pueda ser un centro de innovación cultural, a menos que la cultura que esté modelando este centro de educación y de investigación científica sea el abuso, la corrupción o el mal uso del poder, esto es, la usurpación de un cargo para obtener beneficios personales. Si esa es la sociedad que deseamos modelar en Guatemala, esa sociedad decadente, esa sociedad que no respeta las leyes, entonces debemos aceptar las situaciones de abuso como las acaecidas el pasado viernes en Quetzaltenango como normales y hasta deseables. ¿Así queremos vivir en Guatemala? ¿Así debemos respetar la Ley y el Derecho negando que los estudiantes graben lo acaecido en un espacio público, en una universidad pública, pública?
El que el acceso a los cargos de dirección de la Usac esté permeado por la corrupción solamente dice que hay que hacer una transformación profunda en la Universidad. ¿Cómo debemos replantear la dirección de la Universidad Pública para que realmente se respeten las leyes, para que estos manipuladores compulsivos con grandes vacíos psicosociales, que sienten la enorme necesidad de percibirse superiores, a quienes les urge violar sistemáticamente nuestros derechos no sean los rectores sino más bien reciban la ayuda psiquiátrica que requieran? ¿Qué podemos hacer?
En principio debemos identificar la forma en que estos manipulan y la investigación científica indica que utilizan el miedo como su principal recurso. Estos manipuladores gobiernan a través del miedo y logran el silencio. Por eso, primariamente debemos romper el miedo. Junto a eso, debemos replantear la misma naturaleza de la Universidad Pública, para qué es, para qué tipo de sociedad la queremos. Si es para una sociedad autoritaria, corrupta y egoísta, este es el tipo de rector. Si no, debemos de cambiar rotundamente.
Ya el Pueblo de Guatemala decidió en 1944, 1996, 2015 y recientemente en el 2023 que quiere un gobierno democrático. Si ese es el caso, si deseamos vivir en una sociedad democrática, donde se respete la Ley, entonces hay que replantear el papel de las universidades, todas, públicas y privadas y crear un nuevo sistema de educación superior. Ese sistema no existe. Existen universidades aisladas haciendo trabajos aislados, todas ellas en su mayoría desconectadas de los problemas sociales que nos urgen resolver y que solamente se puede hacer con buena ciencia y tecnología local. Este nuevo sistema de educación superior es una tarea pendiente. La Universidad de San Carlos no se va a cambiar desde adentro, no. El silencio, el miedo y la manipulación son los habitantes normales de la San Carlos.
El cambio debe venir desde el Pueblo, desde el gobierno, presidente. Usted y la vicepresidenta conocen el problema de San Carlos y este es un problema social. La población merece que sus impuestos sean utilizados para educación, para ciencia, para tecnología, para cultura y no para pagar guaruras, para carros blindados, para hacer de la Universidad una finca, sí, finca y de los trabajadores de la Usac, sus peones, no. No es posible que no se pueda mejorar la calidad, la pertinencia y la eficiencia de una institución pública de esa magnitud y de tanta importancia para el país. No puede ser que pase el tiempo y que Usted presidente Arévalo y Usted vicepresidenta Herrera también mantengan el silencio sobre la Universidad. No más silencio. Cambiemos esto. Hagamos que los y las guatemaltecas tengan educación superior de alta calidad científica y de alta calidad ética. Hagámoslo ahora. Si no es ahora, no será nunca.