Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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En la noche obscura de los corruptos del 25 de junio del 2023 en Guatemala, un territorio que lucha para ser país y no solamente paisaje, se les vino el mundo encima. Les invadió el terror por perder el poder. Esa noche no podían creer los del pacto de corruptos, por supuesto, que Semilla había pasado a segunda vuelta y con ello se encaminaban a perder el poder. Era la crónica de una pérdida anunciada porque Sandra Torres no ganaría las elecciones, lo haría Bernardo Arévalo. Entonces preparan un plan de emergencia para evitar que Semilla pudiera ganar las elecciones. Para eso empezaron a inventar, crearon una docena de casos falsos, fake, con una intensidad sin igual. El Ministerio Público se encargó disque investigar, hasta bajo la lengua, todo lo de Semilla y al no encontrar nada se fue a inventar cada barbaridad posible para inhabilitar el partido y evitar que tomaran posición si acaso ganaran.

El Ministerio Público inició de oficio, o por acusaciones anónimas, una serie de casos en contra de Semilla. No era que Semilla había cometido un delito o alguna falta electoral, no. El objetivo: Inhabilitar al partido Semilla. El método: El uso indebido de instrumentos jurídicos para fines de persecución política, destrucción de imagen pública e inhabilitación de un adversario, porque así percibieron los del pacto de corruptos a Semilla. El primer caso fue que había hecho fraude en las elecciones. Empezaron entonces las cantaletas del fraude y la construcción de una falsa narrativa de que Semilla cometió fraude. No podían creer que Semilla ganó. Así que se fueron detrás de los semilleros violando cuanta ley existe en materia electoral. Pero el golpe más burdo lo dieron con la pseudo aplicación de la Ley del Crimen Organizado a Semilla como si no existiera un tribunal electoral y supremo.

El plan era, es y será derribar a Arévalo, inhabilitar a Semilla e imponernos presidente, uno al gusto del pacto de corruptos, por supuesto. Esto es un golpe de Estado, un proceso que no cesa. Los casos espurios, aunque falsos, los hacen avanzar dentro de un sistema de justicia dirigido desde el Ministerio Público que se ha convertido en un Cuarto Poder, ilegal e inconstitucional. Con el uso inadecuado de la Ley Contra la Delincuencia Organizada, una ley que fue creada para grupos criminales y hoy utilizada por grupos criminales, han violado todo y de todo. Usaron esa Ley para suspender a Semilla, sabiendo que, en nuestro país, Guatemala, solamente el Tribunal Supremo Electoral puede suspender a un partido político. Como el modelo ha sido el mismo: Inventan un caso, inventan pruebas, llevan a la cárcel a gente inocente, les obligan a aceptar cargos y utilizan ilegal e inconstitucionalmente la Ley Contra la Delincuencia Organizada. Así logran sus obscuros objetivos: Mantener el control del país a través de la corrupción.

El problema es de todos y todas porque la inhabilitación de Semilla a través del mal uso de una ley le puede pasar a cualquier organización que el pacto de corruptos, sin duda, no le agrade. Este uso inadecuado de la Ley Contra la Delincuencia Organizada nos concierne a todos porque realmente es la rajadura del sistema democrático que permitirá el rompimiento de nuestra incipiente democracia. No es solamente de juristas ni solamente de abogados, es un problema de todos porque es el mecanismo que ha utilizado el pacto de corruptos para dar órdenes al Ministerio Público y que desde dicho ente se judicialice la política. Por eso Semilla recientemente logró los acuerdos necesarios en el Congreso para hacer los cambios en dicha ley que no permitan su uso inadecuado para suspender partidos políticos. Eso fue un logro enorme, quizá el mayor de la bancada Semilla a la fecha.

A pesar de que el Congreso cambió la Ley Contra la Delincuencia Organizada para que no se utilizara de forma ilegal y no fuera el instrumento de control político que quieren los del pacto de corruptos, para el Ministerio Público eso no importa, no importa lo que diga el Pueblo, no importa lo que diga el Congreso, ellos insisten en el uso indebido de dicha ley y con ello de forma apresurada, express, el juez encargado del caso ordena al director del Registro de Ciudadanos cancelar al partido político Semilla sin entender, bueno, sin importarle que solamente el Tribunal Supremo Electoral puede suspender un partido político porque aquí en Guatemala hemos logrado la independencia de los procesos electorales. Esta actitud, tanto del Ministerio Público y de juez en mención es realmente la declaratoria de guerra a la democracia nuestra, a nosotros, todos.

Cuando una democracia es manipulada por los intereses de los corruptos, cuando un fiscal general de un ente encargado de hacer la investigación penal se convierte en el mayor obstáculo de la democracia, solamente queda defendernos. No es realmente por un partido político, no es realmente por Semilla, esta defensa es por la misma democracia de un país cuyas instituciones de a poco se han venido cooptando por corruptos que han tergiversado la ley y usado las instituciones para sus intereses mezquinos. Estamos entonces en medio de una transición a la democracia o de un retorno al autoritarismo, al uso oficioso de la ley para beneficio de unos pocos, al uso de privilegios para pocos mientras la mayoría sufre, al robo descarado de los recursos nuestros y al retorno de los dictadores, como la de Gerona.

Por eso nuevamente le escribo, le llamo, le pido señor presidente que utilice el poder que nosotros, el pueblo, le hemos delegado para que destituya a la fiscal general e inicie realmente el proceso de transformación y no vivamos, ni convivamos en una democracia falsa hecha a la medida de los corruptos. El pueblo, nosotros, no defendimos el voto en el 2023 para que usted ejerciera funciones diplomática y que de forma delicada atienda las actividades protocolarias nuestras, no. Nuestro voto no fue porque usted era Bernardo Arévalo o porque su partido era Semilla, no. Nosotros vimos en ustedes una oportunidad de salir de la corrupción, una esperanza para salir del subdesarrollo, un momento para cambiarle el rumbo a nuestro país cooptado, una luz para romper con tanta injusticia, para eso lo elegimos. Entonces hágalo presidente. Aún es tiempo. Aquí estamos para defender la democracia. Aquí estamos. Hágalo. Si no es ahora, no será nunca.

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