Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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Los corruptos se encuentran en gran campaña mediática vociferando que el gobierno de Arévalo no sirve para nada. La hiper corrupta narcodiputada de la impunidad Jovel (o Joviel, da lo mismo) avanza la pseudo narrativa de Crónica de un Gobierno en Desgracia, sin movérsele un solo músculo de la cara. La Señora que primero se hizo famosa por el tráfico ilegal de niños, donde hizo una fortuna, envalentonada por el apoyo irrestricto del Ministerio Público y una botella de whisky etiqueta negra (de las que dan en el CANG a cambio de votos), sintiéndose la vocera de la pureza política, interpretando los índices de homicidios como socióloga bilingüe, como si estos fueran indicadores globales, y no puntuales, de años de alianza entre sus gobiernos (Morales y Giammattei) con la mismísima corrupción. Esta diputada que a puerta cerrada planificó el golpe de estado, con el renco presidente (moralmente hablando), que fue también la peor ministra de relaciones exteriores, sin ninguna credencial ni capacidad para tan importante cargo, ahora viene y como virgen inmaculada, lanza una alharaca desde su curul mal habida, como todo lo que ella tiene.

Ciertamente hay críticos objetivos del gobierno de Arévalo. Hay una serie de decisiones en las que podemos o no estar de acuerdo. Pero este gobierno dista mucho, muchísimo de los narcogobiernos anteriores, principalmente los últimos dos, ídolos de Jovel (o de Joviel, da lo mismo). Yo en particular no estoy de acuerdo con el nombramiento del director del INTECAP, Instituto Técnico de Capacitación y Productividad, por la importancia capital que tiene la educación técnica para nuestro país, educación técnica, no tecnocrática. Por eso no se puede dejar en manos de un exdiputado aliado de la UNE y defensor de la corrupción este importante cargo. Tampoco estoy de acuerdo con que al Ministerio de Comunicaciones lo dirija un médico como tampoco entendí por qué Arévalo pidió la renuncia de su mejor ministra, la arquitecta de la Vega, que para mí venía realizando un excelente trabajo. Y así puedo seguir. Pero, las razones por las que no estoy de acuerdo con estas decisiones se basan en mi conocimiento de que había mejores alternativas para este lastimado país. Eso dista mucho con la crítica de Jovel, que, montada en el caballito del golpe de estado, ahora prosigue la misma narrativa cuyo único objetivo es desestabilizar a un gobierno que heredó un país en ruinas producto de la corrupción que Jovel defiende.

Hay que reconocer que el país fue dejado descuartizado por los gobiernos anteriores, incluyendo a responsables directos como Giammattei, Martínez y la misma puritana Jovel. Es cierto que el gobierno actual no se puede pasar su mandato echándole la culpa al gobierno anterior, debe ser estratégico. Ahora lo estratégico, léase sacar a Consuelo Porras, establecer relaciones con China, replantear el manejo del agua, transformar la matriz energética, recuperar la educación a todo nivel, incluyendo la educación pública superior, en manos de un hermano político de Jovel, replantear el sistema de elección de jueces, debe dar lugar a lo urgente. Con unas cuantas lluvias el país de papel se deshace.  Esta es la herencia de los pro corrupción. Ahora nos toca rescatar al país de papel y construirlo bien de una vez por todas.

Hay evidencia que los Pro Corrupción, como Jovel, están perdiendo batallas estratégicas. Las recientes elecciones en el Colegio de Abogados y Notarios, CANG, muestra que la participación es clave para recuperar espacios en la administración de justicia. Ciertamente cuando uno observa al sistema de justicia cooptado, con jueces alineados a un Ministerio Público, MP, que decidió hacer política y no justicia, cuando este mismo MP lanza una campaña internacional para recuperar espacios con los rancios republicanos de la derecha extrema norteamericana, enviando a su delegado para relaciones internacionales a defender lo indefendible. ¡Válgame Dios! Ahora el MP asume funciones de Ministerio de Relaciones Exteriores, enviando literalmente a su «embajador», que de suerte tiene visa: Mejía Calito (nombre real), secretario Plenipotenciario de Asuntos Internacionales y Cooperación de la República Soberana de Guatemala. Por supuesto, utiliza fondos de nuestros impuestos. Según el comunicado del MP Calito (diminutivo de cal, otro polvo blanco) solo pudo reunirse con la derecha, derecha norte americana, dizque fue al Foro de Fe y Libertad (Faith and Freedom), espacio cooptado por Trump. Esta locura pseudo diplomática en la que un órgano encargado de realizar la investigación penal en Guatemala haga política cara para conseguir apoyo politiquero del Norte, parece ser una novela de García Márquez y del surrealismo latinoamericano. ¿Qué podemos esperar de un sistema de justicia cooptado hasta los dientes y ahora tartamudeando en inglés?

La disyuntiva del gobierno de Arévalo es compleja. Por un lado, las emergencias caen como agua de intensa lluvia. Por el otro, la política pública espera para que se den los lineamientos estratégicos. Ciertamente se deben atender las emergencias, pero eso debe dejárselo a los expertos, zapatero a tus zapatos. Si lo que hay es un socavamiento en una autopista, no podemos dejar en manos de sociólogos y politicólogos esta tarea, menos de médicos, esta es una tarea de ingeniería que hay que dejar en manos de los y las mejores expertas en el área con capacidades comprobadas, en el área y no nombrar personas para ver qué sale. Es estratégico recuperar al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y aliarse con las mejores universidades para que la secretaría general de Planificación ayude a hacer política pública basada en evidencia, esto es, basada en ciencia y tecnología. El presidente debe tener un plan estratégico, donde se entienda que este es un gobierno de transición que debe, estratégicamente, dejar las bases para fortalecer la democracia participativa para que los Pro Corrupción entiendan de una vez por todas que queremos a un país muy diferente del que ellos y ellas quieren. Queremos un país de gente capaz, sin las desigualdades estructurales que hemos construido en un país no país hecho de racismo, machismo, nepotismo y otros. Solamente la participación nos permitirá salvar esta endeble democracia y dejar atrás esta pesadilla de los Pro Corrupción. O es ahora o no será nunca Guatemala.

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