Fernando Cajas
El Golpe de Estado en Cámara Lenta va, a pasos forzados, pero va. Desde que Bernardo Arévalo pasara a segunda vuelta de forma sorpresiva el cielo se les cayó. Su candidato, el impresentable, Manuel Conde Orellana, a quien le dieron el apoyo oficial, esto es, todo el dinero y todo el amor, no ganó. Este fue el acabose político no solamente del partido hiper corrupto Vamos sino también era la crónica de la muerte anunciada del Pacto de Corruptos. Estos iniciaron con un plan de recuperación del poder, cuyo punto de llegada siempre fue, es y será el Golpe de Estado en Cámara Lenta. De hecho, su error fue que fue muy lento, demasiado.
Pareciera que el Pacto de Corruptos había preparado el Golpe de Estado desde antes de las elecciones presidenciales. Yo no lo creo. Sí habían acumulado experiencias importantes como para consolidar al Pacto de Corruptos, adhiriendo a figuras clave como al rector de la Universidad Nacional, USAC, el usurpador Walter Mazariegos y a buena parte del corrupto Consejo Superior Universitario con el objetivo de cooptar a las altas cortes, y poner a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad, CC, que les diera la gana. La noche del 25 de junio 2023 la resistencia guatemalteca dio un golpe letal al Pacto de Corruptos. El mismo día en que en Guatemala se celebra el día del maestro, ese mismo día, Semilla dio un golpe maestro al Pacto de Corruptos, literalmente los dejó fuera de la segunda vuelta, fuera de la presidencia.
De junio a la fecha, cinco meses, el Pacto de Corrupto se ha enfocado en evitar que Arévalo y Herrera tomen posesión, pero no se han dado cuenta de que al mismo tiempo la sociedad guatemalteca ha cambiado. Han sido meses de replanteamientos, cuestionamientos y de la construcción de una organización social diferente a la que existían previo al intento del golpe de estado. Hemos tenido experiencias que nos hacen diferentes. De estas experiencias el Paro Nacional de octubre 2023 resalta por ser un evento liderado por los 48 Cantones pero que ha tenido la participación espontánea de muchas comunidades en todo el país. El Pacto de Corruptos a través de su Golpe de Estado en Cámara Lenta están, al final, catalizando, facilitando, produciendo la nueva organización social guatemalteca.
Para saber si realmente estos eventos que se han desarrollado durante estos años de lucha contra la corrupción, especialmente del 2013 para el 2023 son parte de un Movimiento Social parto de una concepción amplia de movimiento social como aquel conjunto de luchas sistémicas en contra, o a favor, de una, o varias, prácticas sociales que se perciben dañinas, o benignas, para un grupo social. No es que un grupo de gente se junta, toman un café y deciden que van a tener un movimiento social. No. Debido a la naturaleza social de las interacciones el movimiento social, si emerge, tiene carácter contingente, se tiene un objetivo común, pero este se interpreta de diferentes formas por los actores sociales.
Los movimientos en contra de la corrupción del 2015, así como los del 2023, son parte de un movimiento social, creo yo. Es importante diferenciar las acciones aisladas de los movimientos sociales porque estos últimos si tienen potencial de transformación social. ¿Hasta dónde, hasta cuando las acciones anticorrupción en Guatemala se conformarán en un movimiento social? Aquí uso cinco criterios para establecer si un movimiento es un movimiento social o no: a) Conjunto de luchas sistémicas por un objetivo común, b) interacción antagónica con el Poder de turno, c) efecto de expansión, contagio y repercusión intersectorial, d) desplazamiento de escalas, e) difusiones desordenadas.
Si se toma la lucha de la corrupción abanderada primero por la Comisión Internacional Contra la Corrupción e Impunidad CICIG, cuya popularización se dio ya en el 2014 y se traza una línea de tiempo hasta el 2023, claramente el pueblo de Guatemala ha sido exitoso a pesar del contra ataque que planificó el CACIF, responsable de la macro corrupción nacional y dirigentes diligentes para expulsar a la CICIG. Esa lucha fue apoyada principalmente por grupos urbanos nacionales, la Plaza 2015. Este conjunto de acciones en contra la corrupción siempre ha sido visto positivamente por otros grupos sociales. Sin embargo, luego del 2015 no fuimos capaces de soportar el embate de la contra pro corrupción dirigida por CACIF y sus nuevos socios empresariales, los narcos y los coyotes. El triunfo de Jimmy Morales y de Alejandro Giammattei se basan en el debilitamiento del movimiento social del 2015.
Y aquí estamos en noviembre del 2023. El Pacto de Corruptos quiere acelerar el Golpe de Estado, pero su vieja maquinaria ya no da. Perdieron tiempo. El mes de octubre, el Paro Nacional liderado por los 48 Cantones, fue el tiempo clave. Ese aporte invisible de los 48 Cantones de capturar el tiempo en octubre es el elemento clave para entender el fracaso del Golpe Estado. La narrativa falsa se les cae, como se cae una casa vieja en un terremoto. Su último invento, «USAC, Botín Político», recibió ya un dictamen interno, el INACIF les dijo que dejaran de ver espantos, elefantes rosados y que mejor se quiten la goma de cocaína que los tiene psicóticos.
Ahora están concentrados todos, presidente y novia, fiscal y lacayos, CACIF y pseudo empresas, narcos y coyotes, todos hacen la última lluvia de ideas. Miguelito dice «pongamos una bomba», no dice CACIF, quien comenta «mejor abramos el mercado chino», no dice la fiscal, «la ley dice que podemos encarcelar a la vicepresidenta electa, ella no tiene inmunidad», todos comentan; pero entre ellos saben que perdieron la batalla, todos ya hicieron arreglos para viajar a Nicaragua y depositar sus ahorros en Panamá. Estamos observando la crónica de una muerte anunciada, la muerte del pacto de corruptos. Para seguir vivos ellos, tendrían que matarnos a nosotros. Para seguir usurpando al gobierno, a la universidad nacional, ellos tendrían que matar a los guatemaltecos. Para seguir explotando al pueblo tendrían que quedarse sin pueblo.