El inicio oficial de actividades estudiantiles en el país reunió a varios miles de estudiantes en los diferentes ciclos que atiende el Ministerio de Educación en las sedes de los establecimientos; naturalmente, por razones diversas algunos de ellos por la multiplicidad de las condiciones sanitarias en que viven, se presentaron con quebrantos de salud como tos, laringitis, gripe, dolores de cabeza y otros males menores que merecieron atención médica.

Cuando ello sucedió, pues de inmediato los padres y madres de familia por sus propios medios económicos invirtieron en medicinas para devolverles la salud. Ignoro cuál es el estado legal o administrativo para que los estudiantes tengan derecho al seguro de salud; sí mal no recuerdo, hay un plan vigente para atender casos como los referidos.

Por diferentes circunstancias, he sabido que en los centros educativos se está viviendo una especie de enfermedad colectiva que se presenta como dolores de cabeza y muscular, taponamiento de las fosas nasales y dificultad para respirar; dichas molestias las tienen la mayoría de los estudiantes lo cual habría que averiguar y darle tratamiento médico.

Dadas las circunstancias, bien podría el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social conformar algún tipo de grupo o brigadas sanitarias que visiten los centros educativos y proporcionen la atención médica hospitalaria que se necesite, pues la salud de los estudiantes amerita conservarla de la mejor manera.

Una investigación urgente de manera conjunta de ambos ministerios sin tantos recovecos, es decir, sin tanta burocracia aliviará el malestar transitorio de los estudiantes que asisten a sus actividades escolares con dichos males; ya que, la prevención es elemento primordial para evitar males mayores.

Así mismo, se puede aprovechar la ocasión para dejar recomendaciones respecto a la creciente obesidad que se presenta en el sector de escolares y adolescentes; la salud es un derecho social y genera la obligación del Estado de desarrollar acciones positivas que tiendan a proteger la salud o remediarla cuando haya sido afectada.

La realidad guatemalteca es que aún persisten las condiciones de desigualdad social e iniquidades en el acceso a los servicios; el gobierno enfrenta el reto de hacer una adecuada promoción del cuidado de la salud, al prevenir y tratar las enfermedades. La tarea pendiente es la de extender los servicios de salud a la mayoría de los caseríos, aldeas, municipios y departamentos posibles.

De acuerdo con lo estipulado en la página de internet del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, el Departamento de Formación y Educación en Salud es el órgano responsable de coordinar la política de formación del recurso humano en salud, así como la formación del recurso humano en salud con las escuelas y universidades, por medio del monitoreo y supervisión de las instituciones formadoras.

Entonces, sí está considerado, hay que poner manos a la obra y no esperar hasta que haya casos graves e irreversibles en la vida de los estudiantes ¿será posible que coordinen los ministerios? Esperamos sea pronta la buena noticia.

Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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