La semana pasada escribí acerca de un tema muy delicado en el rubro educativo: la ausencia física en las aulas de los maestros presentes en los centros escolares; es decir, los que llegan, pero sólo indican a los alumnos que copien varias páginas de los textos que otorga el Ministerio de Educación y que, por alguna razón no atienden a los alumnos en forma presencial durante la mayor parte del tiempo de la jornada escolar.
Hoy abordo el tema del gasto funcional que dicho Ministerio, se debe ejecutar de acuerdo al presupuesto asignado para el presente ciclo fiscal; ya que, dicho recurso es esencial para el desarrollo de su planificación estratégica en los diferentes aspectos que atiende.
Es comprensible que las actuales autoridades del Mineduc principiaron a trabajar con un presupuesto definido y valdría la pena conocer cuál ha sido su gasto funcional este año para tomarlo en cuenta y de esa forma proyectar para el próximo ciclo escolar el aumento correspondiente, con el objetivo de prestarle más recursos para una mejor proyección educativa.
Octubre y noviembre son los meses en que los ministerios del Estado y sus dependencias presentan sus gastos proyectados para el próximo año, a la Comisión de Finanzas del Congreso, para justificar su aumento; la población espera que al Mineduc se le asignen los fondos necesarios debido a la necesidad de aumentar los recursos dirigidos a ese fin.
Así mismo, se subraya la importancia de realizar una distribución y asignación del presupuesto orientada a cerrar las brechas de la desigualdad en el acceso, disponibilidad y calidad de la educación,
Reitero que vale la pena hacer el esfuerzo para transformar la educación, puesto que, aunque no se le entienda, es el futuro de la nación en los aspectos sociales y económicos; para ello habrá que expandir las instituciones educativas, es decir, crear más escuelas e institutos técnicos en todo el país.
Claro que es una propuesta monumental, pues no solo busca el aumento físico de los centros educativos, también tiene como objetivo principal dotarlos con programas educativos relevantes que respondan a las demandas del mercado laboral; y sobre todo, impartir una educación de calidad para evitar el fracaso en la vida de los estudiantes
Ojalá que se haga realidad la continuación de “la revolución viva” en materia educativa y para ello es vital la disponibilidad de recursos para lograr los objetivos. Los diputados tendrán la última palabra para cumplirle a la población los ofrecimientos que hicieron durante la campaña electoral y demostrar que son congruentes con las necesidades del país.
A las pruebas me remito: las estadísticas del Mineduc establecen un rezago en lectura y comprensión en los alumnos de nivel primario con lo cual se reducen drásticamente sus competencias y rendimiento en matemática y lectura específicamente, algunas personas tratan de justificar dicho atraso con el aparecimiento de la pandemia de Covid, pero este fenómeno de atraso está ocurriendo en Guatemala por lo menos desde hace unos diez a quince años por la vulnerabilidad social y económica de la población.
No conozco el resultado del Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) en Guatemala, el cual mide el rendimiento de estudiantes en ochenta y un países para conocer qué lugar le corresponde a nuestro país.
Esperemos pues que, los Diputados y el Mineduc se pongan de acuerdo para darle a Guatemala un incipiente mejor futuro.