Sí, son demasiado peligrosos los motoristas que circulan por las calles y carreteras del país sin tomar en cuenta que, un pequeño desliz en sus maniobras de conducción puede llevarlos a la fractura o pérdida total de alguno de sus miembros, dejarlos parapléjicos o simplemente, la muerte inmediata.
El parque vehicular de motocicletas comúnmente llamadas motos, ha crecido de forma rápida y numéricamente impresionante en todos los ámbitos del país; por supuesto, en cantidad mayor en la capital guatemalteca, donde podría asemejársele a un panal motorizado.
La inexistencia de un servicio de calidad y seguridad de transporte de pasajeros urbano y extraurbano motivó a un gran sector de la población a poseer uno de estos vehículos de dos ruedas con los cuales ahorran dinero en concepto de combustible y, sobre todo, de tiempo.
Guatemala hasta hace unos diez años atrás principió a importar de forma sistemática este tipo de transporte con lo cual ha favorecido económicamente al gran sector de la población que los utiliza. Pero como no existe una cultura de movilización en este tipo de vehículos, resulta que muchísimas personas que no poseen la habilidad necesaria para conducirlos provocan y sufren accidentes menores y mayores con los riesgos antes descritos.
Según estadísticas del Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil, es impresionante el número de accidentes mortales de motoristas que por una u otra razón diariamente ocurren en el país, no sólo provocando luto y también desintegración en sus familias, con lo cual se acentúan los problemas sociales y económicos para la subsistencia.
El proceso de obtención de licencia de conducir motos ha sido simplificado a tal grado que, se extienden en grandes cantidades diariamente y tal circunstancia incide con la impericia, ignorancia de la Ley y Reglamento de Tránsito, así como en el abuso, temeridad e irrespeto a los peatones sobre las aceras o banquetas, semáforos, señales de tránsito y conductores de otra clase de vehículos, provocando incidentes menores y mayores en su responsabilidad de conductores.
Para los pilotos automovilistas y conductores de vehículos pesados, los motoristas suelen ser un gran problema ya que, debido a la versatilidad de la moto y la forma imprudente en que se intercalan en la fila de circulación de vehículos sin considerar el riesgo que ello produce y las consecuencias físicas y jurídicas que conlleva esta clase de percances.
El atrevimiento, audacia, intrepidez, decisión o supuesta valentía, también en algunas oportunidades el descaro, insolencia, desfachatez, imprudencia o mulada de los conductores de motos, al arriesgar su vida y la de sus dos o tres y hasta cuatro acompañantes menores y mayores de edad, les dan un alto riesgo de provocar accidentes.
El uso del casco de protección les reduce en un treinta y siete por ciento el riesgo de sufrir golpes en la cabeza, sin embargo, la mayoría de los motoristas no lo usan, lo llevan en el codo o simplemente no lo tienen, por lo que tienen mayor riesgo de heridas, discapacidades o golpes mortales.
El parque vehicular actual de motos registrado en el Registro Fiscal de vehículos de la Superintendencia de Administración Tributaria es de dos millones cuatrocientos mil; fallecieron doscientos treinta y dos motociclistas por accidentes en el año dos mil veintitrés. ¿Cuántos motoristas morirán este año por diferentes razones a bordo de una moto, y qué hacen las autoridades para regular este fenómeno de tránsito?
