Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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Tras la conquista de América, las tierras fueron repartidas, colonizadas y explotadas en beneficio de sus conquistadores, la iglesia y de los países colonialistas europeos; por ello, la distribución desigual del territorio nacional se concentró en unas pocas manos por disposición de las autoridades de los diferentes gobiernos en cuanto al uso, adjudicación y tenencia de la tierra, lo que dio como resultado el origen del minifundio y latifundio.

El minifundio es una pequeña extensión de tierra que no permite a sus propietarios sembrar diferentes cultivos para su comercialización, es decir, que realizan monocultivos, generalmente para la subsistencia doméstica.  El latifundio, por el contrario, es una gran extensión de tierra que puede ser diversificada a gran escala en sus cultivos para ser comercializados.

Históricamente, debido a la estructura de la tenencia de la tierra, subsisten en Guatemala cientos de problemas sociales que no han permitido al sector campesino vivir en las condiciones mínimas de dignidad humana; los conflictos agrarios siempre han existido en Guatemala, los más abundantes fueron los suscitados entre los hacendados españoles y criollos, quienes les usurparon y robaron sus tierras a los indígenas, sin que las autoridades hayan hecho justicia por tales atropellos; también ha habido disputas entre los sacerdotes católicos y las comunidades.

Los títulos antiguos de propiedad adjudicados a los vecinos, comunidades y milicianos extendidos desde el gobierno de J. Rufino Barrios Auyón fueron insuficientes para el número de pobladores que requerían tierra para su subsistencia.  La mayoría de grandes fincas productoras de café se formaron con las tierras comunales, algunas pocas con las expropiadas pertenecientes a la iglesia y otras con las tierras no cultivadas del Estado.

En su discurso inaugural, el expresidente Jacobo Àrbenz expuso los objetivos de su programa económico, los cuales fueron: convertir a nuestro país de ser una Nación dependiente y de economía semicolonial; en un país económicamente independiente; convertir a Guatemala de ser un país atrasado y de economía predominantemente feudal, en un país moderno y capitalista; y hacer porque esa transformación se lleve a cabo en forma que traiga consigo la mayor elevación posible del nivel de vida de las grandes masas del pueblo.

La Reforma Agraria impulsada por el gobierno Arbencista fue fundamentada con el Decreto Novecientos donde se estipuló el establecimiento del Banco Nacional Agrario con el fin de proporcionar préstamos a los campesinos beneficiados con el otorgamiento de tierras; sin embargo, el derrocamiento de Árbenz retrasó, no sólo el desarrollo agrícola, también los planes de infraestructura vial, especialmente con la Carretera al Atlántico.

Ixcán, la tierra selvática ubicada al norte de los departamentos de Quiché y Huehuetenango debido a su inaccesibilidad estuvo casi deshabitada hasta que, entre mil novecientos cincuenta y mil novecientos sesenta y cinco, ante la amenaza del “comunismo” el gobierno  de Guatemala y miembros de la Orden católica Maryknoll establecieron y desarrollaron la penetración y colonización por medio de programas de conversión religiosa y asistencia social, parcelando esa selva subtropical para los campesinos de Huehuetenango, Quiché y Alta Verapaz.

Los Comités Agrarios, locales y departamentales CAL y CAD, durante la época democrática; el Instituto de Fomento de la Producción de Petén FYDEP, el Instituto de Transformación Agraria INTA fueron algunas instancias creadas para la entrega de tierras nacionales, sin embargo, por aspectos políticos dichas tierras fueron adjudicadas en su mayoría al sector de los militares y terratenientes.

El Banco Nacional Agrario, BNA; el Crédito Hipotecario Nacional CHN, Instituto de Fomento para la Producción INFOP y el Banco Nacional de Desarrollo BANDESA fueron las instituciones bancarias estatales que fueron creadas en su momento para el otorgamiento de préstamos al sector campesino.

La situación de la tenencia de la tierra para el campesino sigue igual que hace doscientos o trescientos años; por lo que nos preguntamos: ¿cuándo se le pondrá atención a la situación del problema de la tierra en Guatemala?

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