Fernando Mollinedo C.
Los talibanes guatemaltecos existen en nuestro país desde la invasión armada española en 1524; han ocupado y/o ejercido el poder político, económico, social y religioso determinando el futuro de la población; el uso de las armas como elemento disuasivo en contra de la razón los ha mantenido en el poder hasta nuestros días a través de sus descendientes.
Al referirme a los talibanes, indico que es un movimiento y organización militar fundamentalista islámica de Afganistán, que actualmente lleva a cabo una guerra cuyo objetivo es unificar y homogenizar cultural y religiosamente conforme al islam, a su país; en 1979 se estableció un gobierno socialista auspiciado por la Unión Soviética, ante ello, Estados Unidos prestó ayuda al grupo guerrillero Talibán y financió a las guerrillas que lucharon por la “libertad” de Afganistán.
Ya en el poder impusieron un régimen totalitario y abusivo basado en la sharía (ley islámica) manifestando un desprecio social que incluyó ejecuciones públicas, lapidaciones y la prohibición del acceso a la educación y al trabajo para las mujeres. Lo anterior motivó su derrocamiento en 2001 cuando se instauró un gobierno prooccidental caracterizado por la corrupción, incompetencia de sus funcionarios, fraudes electorales, narcotráfico e intromisión de gobiernos extranjeros en sus decisiones; lo cual derivó en que los Talibanes asumieron el poder hace una semana.
El pensamiento talibán con algunas variantes fue establecido en Guatemala por los conquistadores en nombre del rey de España y por los religiosos en nombre del Dios cristiano y, por todos aquellos que han ejercido el poder en la administración pública; es decir que, creyeron y creen que por orden del rey (en su época) o por designio divino según el Papa (aún) son iluminados para dirigir el destino de la población.
La Historia de Guatemala indica que casi todos los gobernantes han usufructuado el poder para beneficio propio y de sus amantes hombres y mujeres, amigos, financistas, parientes, empresas transnacionales como la UFCO = Estados Unidos; ABC = Atlantic Bulk, de los rusos; TCQ = de españoles y holandeses; EEGSA ahora de colombianos, TELGUA y otras; dos o tres se salvan de lo dicho en campaña por el entonces candidato presidencial Alejandro Giammattei: “no quiero ser recordado como un hijo de puta más en la presidencia”.
Al estilo talibán, los gobernantes de Guatemala han cooptado las instituciones administrativas del Estado; nombrando personas inescrupulosas, faltas de ética, ignorantes, ladrones disfrazados de funcionarios, profesionales vergonzantes hombres y mujeres, lacayos, sirvientes de burguesía con falsa conciencia de clase, incultos, prepotentes, abusivos, mal educados, inmorales, comerciantes e industriales, finqueros, militares y otros que aplicaron el pensamiento talibán desde hace muchísimos años, lo cual es refrendado por la amenaza del uso de las armas, lo que propició en Guatemala una guerra fratricida que aún no termina.
Los talibanes guatemaltecos vuelven a su apogeo, su miasma robustece su ego y cual hijos de Suripanta pretenden detentar el poder absoluto.