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La semana pasada comenté desde este humilde espacio sobre el Presupuesto de Ingresos y Egresos de la Nación, el cual fue aprobado de madrugada hace un par de semanas. Quedó muy claro que, para el Ejecutivo, es decir, para el gobierno presidido por Bernardo Arévalo, prevaleció la opacidad, los pactos con diputados y alcaldes y la danza de millones (entre 17 y 19 mil millones) para las Codedes logrando así “engrasar la maquinaria de la corrupción”, como denunciaba en campaña, cuando era candidato, el mismo Arévalo. Hoy, en el poder, la narrativa oficial cambia llamando a las prácticas corruptas, “acuerdos para lograr gobernabilidad”.

Continuando con el análisis del mamarracho aprobado, indicaba en mi entrega anterior, que un 70% del presupuesto está destinado a funcionamiento, el cual incrementó en 22% de 2024 a lo aprobado y no ejecutado en 2025 y 11% de 2025 a lo aprobado en 2026. De estas más de dos terceras partes del presupuesto, más de la mitad son remuneraciones, que incluyen sueldos, dietas, gastos de representación y “otras prestaciones”. Es decir, casi la mitad de la totalidad del presupuesto del 2026 son sueldos, gastos de representación y otras prestaciones.

Y la inversión del total presupuestado en 2025, se reduce en 15%. Si, estimado lector, leyó bien. El gobierno del presidente Arévalo y de Semilla se propone reducir la inversión en 2026 para privilegiar los gastos de funcionamiento. Sólo la formación bruta de capital fijo se reduce en 3 mil millones de quetzales en 2026 y la asignación para el Ministerio de Comunicaciones, el ente encargado de construcción y mantenimiento de carreteras en el país, también se reduce en casi 3 mil millones de quetzales en 2026. ¿De verdad cree usted, estimado lector, que este gobierno busca mejorar las condiciones de vida de los guatemaltecos, luego de comprender mejor la estructura del presupuesto?

El adefesio aprobado de madrugada contiene, además, un grotesco error al pretender financiar la compra de acciones del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), con las reservas monetarias internacionales, de acuerdo con el texto del artículo 85 del mamotreto aprobado. No es únicamente la obvia inconstitucionalidad de pasar por alto la autonomía del Banguat y de la Junta Monetaria (de hecho, ya solicitaron a la CC una opinión sobre la misma), sino que además se sienta un pésimo precedente al pretender financiar al gobierno central con fondos de la Banca Central.

El hecho de que el presidente Arévalo sea ignorante en economía no es ningún secreto; si no lee lo que le redactan, es incapaz de articular una oración de temas económicos con un mínimo de coherencia. Lo alarmante es la ignorancia de su ministro de Finanzas y de su Gabinete económico en temas de economía, específicamente en teoría monetaria. La enorme cantidad de reservas monetarias internacionales con que cuenta Guatemala viene de la compra de dólares para mantener la estabilidad del tipo de cambio de nuestra moneda frente al dólar, debido al cuantioso flujo de remesas que provienen de los Estados Unidos. Nada más. Su uso, debería ser idéntico, es decir, proteger el tipo de cambio de devaluaciones por medio de la venta de dichas reservas. Desviarlas para comprar acciones de un organismo internacional es una soberana mentecatez.

Walter Juárez Estrada

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