Con más de 80% de los votos (132, para ser exactos), el día de ayer los diputados de la X Legislatura aprobaron el Acuerdo Legislativo 12-2025 que establece un presupuesto de casi Q1,100 millones para el funcionamiento del Organismo Legislativo en el 2026. Ayer mismo también, la Comisión de Finanzas del Congreso dictaminó favorablemente la Iniciativa 6625, que aprueba la Ley del Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el año 2026, por casi Q163,500 millones. No se podía esperar otra cosa de los diputados.
Entre otras cosas, con la aprobación del presupuesto del legislativo, mantienen su abultado aumento de sueldo decretado a finales del año pasado, en una deleznable componenda de los legisladores con el partido oficial para la tan “celebrada” aprobación del presupuesto 2025.
Muy atrás quedó aquella frase de campaña del actual presidente Bernardo Arévalo, en la que decía que “El aceite que lubrica la corrupción es el presupuesto”. Y ciertamente él (Arévalo), su ministro de Finanzas y sus diputados (Semilla y Raíces), han demostrado a cabalidad que entienden la frase utilizada por el entonces candidato presidencial, sobre cómo utilizar las asignaciones para obtener los votos que eventualmente necesitan para la aprobación del enorme presupuesto para el 2026, año preelectoral.
El presidente de la Comisión de Finanzas del Congreso, muy orondo y cínico, indicó que “se reduce el techo de lo asignado en Q314 millones”. ¡Es una ridícula reducción de apenas un 0.2%! Eso sí, el presupuesto que dictaminaron favorablemente para 2026 se incrementa en aproximadamente 10% con respecto al aprobado para 2025.
Justifican este incremento presupuestario con un montón de datos irrelevantes con los que intentan lavarse la cara. Uno de los puntos más relevantes en este presupuesto es la asignación de Q6,200 millones, supuestamente para proyectos de agua, saneamiento, drenajes y caminos rurales que se ejecutarán a través de los Consejos Departamentales de Desarrollo (Codedes), “…pero con la flexibilidad de invertir en otros proyectos”. Es decir, que se está haciendo una asignación adicional a los casi Q4,500 ya asignados a los Codedes, eso sin contar con los saldos no ejecutados de los proyectos del año 2025, que a inicios de noviembre rondaban los Q8,500 millones. Más de Q19,000 millones sin una fiscalización efectiva.
Al escribir estas líneas, en el Congreso aún se discutía la aprobación del Presupuesto 2026, el más grande y desfinanciado de la historia, la cual seguramente se hará en horas de la madrugada del miércoles para garantizar la nocturnidad y opacidad, que ha sido el modus operandi de los diputados y también de este gobierno, a pesar de tanto ofrecimiento de transparencia que hicieron durante su campaña electoral.







