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Las remesas familiares es uno de los principales motores de la economía guatemalteca.  Negarlo es pretender tapar el sol con un dedo. El flujo diario de dólares que ingresa al país es un oxígeno para nuestra economía y, por su dispersión, es una válvula que libera mucha, muchísima presión social. La afirmación anterior no demerita para nada la ardua labor de los empresarios, desde las micro, pequeñas y medianas empresas, hasta los grandes grupos empresariales del país. Todos realizan su aporte.

Y es que los datos son contundentes: las exportaciones de bienes a junio del 2025 sumaron 8,200 millones de dólares, mientras que las remesas familiares sumaron 12,100 millones de dólares en el mismo período, casi un 50% más, y las importaciones de bienes, incluida la factura petrolera, alcanzaron los 16,800 millones de dólares en el mismo período; es decir que las remesas familiares equivalen ya a tres cuartas partes del total de importaciones nacionales, equilibrando positivamente la balanza cambiaria.

Igual de categórica es la participación, cada vez en mayor cuantía, del Banco de Guatemala para mantener un tipo de cambio artificial.  Al 2 de septiembre de este año, el banco central había intervenido en la economía con más de 3,500 millones de dólares de acuerdo con la regla de participación y en casi 1,000 millones de dólares adicionales utilizando el mecanismo de acumulación de reservas monetarias internacionales, totalizando en 4,502 millones de dólares su intromisión en la economía guatemalteca.  Abajo podrá encontrar el resumen de la participación de Banguat en el mercado cambiario que evidencia esta realidad (gráfica tomada del sitio web del Banco de Guatemala).  Las barras azules son las compras de divisas para crear una demanda artificial y las barras anaranjadas son las ventas de divisas para crear una oferta artificial.

Foto: Banco de Guatemala
Foto: Banco de Guatemala

Este año es posible que el crecimiento de las remesas familiares incida hasta en un 60% del crecimiento económico del país, e incrementar en uno o dos puntos porcentuales su participación en el PIB (que, aunque es cierto que las remesas como tal no forman parte de su cálculo, sí inciden en el consumo nacional, el cual sí forma parte del PIB). Ya el año pasado, las remesas incidieron en un 20% sobre el crecimiento económico.

Y sobre las reservas monetarias internacionales, motivo de alardes de los expresidentes Morales y Giammattei, seguramente también lo será del presidente actual, el incremento de las mismas tiene una correlación directa en un 93%, lo cual es muy alto, con el incremento en las remesas familiares y un coeficiente de determinación de 87%, que es muy alto también. Esto nos dice que el crecimiento en remesas incide hasta en un 87% sobe el crecimiento de las reservas monetarias internacionales.

Ayer leí el editorial de este medio, en el que hacían énfasis en que muchos connacionales están vendiendo todos sus bienes y regresándolos al país por el miedo a ser deportados, y los daños que podría provocar en la economía guatemalteca si el flujo de remesas se reduce drásticamente por las deportaciones.  Será un escenario muy importante de tomar en cuenta, debido al impacto negativo en la macroeconomía y, principalmente, en la estabilidad cambiaria.

 

 

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