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Este año las remesas que nuestros connacionales que viven en los Estados Unidos envían a sus parientes en Guatemala superarán el 20% del PIB, con o sin los impuestos a las mismas que pondrá el gobierno presidido por el señor Trump. Al mes de abril de este año el monto de remesas superaba en casi 17% al monto acumulado en 2024 al mismo mes de abril, y creo que esta tendencia continuará a lo largo del año, aunque es muy probable que este crecimiento se ralentice el próximo año, y los siguientes. Las remesas también tendrán una incidencia de alrededor del 50% en el crecimiento económico proyectado para el año 2025, si tomamos el rango alto (5% de crecimiento) que da el Banco de Guatemala.
Debido al trabajo que desempeñaba al inicio de mi carrera profesional, tuve la oportunidad de conocer una gran parte del interior del país en la última década del siglo pasado; no solo centros urbanos, sino que también áreas rurales. Impresiona el cambio que ha habido en el interior del país en tan sólo tres décadas. Centros urbanos como Quetzaltenango, Huehuetenango, Cobán, Escuintla, Mazatenango, Retalhuleu y Puerto Barrios, por citar algunos, han tenido un desarrollo comercial y habitacional impactante, si uno los conoció hace uno 30 años. Es obvio que las remesas no sólo han jugado un papel fundamental en dicho desarrollo, han sido su principal motor.
Antes era impensable ver supermercados, restaurantes de comida rápida o tiendas de ropa de marca en el interior. Si mucho en Xela, tal vez en Escuintla o en Cobán, se podía encontrar.
Con lo anterior, no menosprecio el papel que juega el sector privado, organizado y no organizado, en la economía, conformado por micro, pequeñas, medianas y grandes empresas. Indiscutiblemente el rol empresarial ha sido muy importante también.
Sin embargo, se debe reconocer que la economía guatemalteca, sobre todo en el interior del país, depende en gran medida de las remesas, principalmente en el consumo y en un menor grado en la inversión, máxime inmobiliaria. Es una realidad que no puede ni debe pasar desapercibida, debido a la amenaza que representan para la migración las medidas tomadas por esta administración.
Hace un par de años, en el interior del país, la migración hacia el país del norte era mucho más común de lo que ha sido este año. Ahora, más personas se abstienen de migrar y buscan incluso proteger su fuente de ingresos (su trabajo) actual, debido a una mayor incertidumbre, y posiblemente costos más elevados (los coyotes), de poder migrar a los Estados Unidos.
Hay factores económicos, como el tipo de cambio y la inflación, que no pueden pasar desapercibidos ante el escenario actual. La acumulación de reservas monetarias internacionales tiene una alta correlación con el ingreso de remesas al país. Todas las calificadoras de riesgos analizan estos factores a la hora de emitir su calificación sobre un país. Un escenario de disminución de remesas seguramente impactará negativamente en nuestra calificación.
Y un gobierno muy mal asesorado, como este de Bernardo Arévalo, difícilmente podrá siquiera advertir una situación alarmante, como esta.