En una nota publicada el 13 de febrero en este medio, indicaba que el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) ha ejecutado apenas el 2% del presupuesto para mantenimiento de carreteras. A tres meses de que inicie el invierno, dicha cartera indica que: “Se espera que estos proyectos sean adjudicados en el mes de mayo y se inicien los trabajos en junio del presente año”. En pocas palabras, los trabajos iniciarán en pleno invierno. Pareciera que después de un año, el gobernante y su equipo aún no han aprendido nada.
En otra nota publicada en este mismo medio con fecha 18 de febrero, el presidente Bernardo Arévalo justificaba que: “Tenemos obras que están paradas en un 80 por ciento y en donde el esfuerzo del CIV es identificar qué se necesita para buscar una respuesta para ese 20% que hace falta”. Asimismo, el gobernante acepta que “hay retrasos” en los procesos de aprobación de muchas de las obras que ofreció durante su campaña. Ahora resulta que el mandatario atribuye los retrasos a la Ley de Contrataciones del Estado (LEC), asegurando que están trabajando en una nueva iniciativa de ley que será presentada al Congreso a finales de este año.
En Puerto Quetzal, la cola de barcos en fondeo esperando atraque oscila entre 30 y 32 días. Bajo estas condiciones, hay navieras que han tomado la decisión de no atracar en nuestros puertos, sino que dejan la carga con destino para Guatemala en puertos del pacífico mexicano, para que sean trasbordados a navieras que sí vienen a Puerto Quetzal, ocasionando tiempos de tránsito más largos y además incrementando el riesgo de que los contenedores se queden en el puerto de trasbordo. En mi humilde opinión, el gobierno no le ha dado la debida importancia y prioridad a este problema que afecta, tanto a industriales como a comerciantes en el país.
Es asombrosa la impericia del gobernante y de sus equipos, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo. Y no sólo es su manifiesta incapacidad. Han incurrido en las mismas prácticas que gobernantes anteriores, anteponiendo sus mezquinos intereses partidistas al interés nacional, recurriendo a la asignación de obras por medio del listado geográfico de obras con el propósito de conseguir votos de otras bancadas, embarrándose de corrupción al igual que los gobiernos de Morales y de Giammattei. Y actúan con soberbia y arrogancia cuando yerran.
Pareciera que este gobierno no termina de entender que, sin conectividad, nacional e internacional, sin infraestructura de calidad para conectar al país, no vamos a ser competitivos para hacer frente a los retos que tenemos. Se habla mucho del nearshoring y de la oportunidad que representa para Guatemala el que los Estados Unidos busque acercar sus cadenas de suministros a la región. Para aprovecharla, necesitamos que el gobierno ejecute con presteza el abultadísimo presupuesto del que dispone para mejorar la infraestructura actual, hablando de carreteras, puertos y aeropuertos.