Como se ha vuelto costumbre, este año las remesas familiares volverán a romper el récord del año anterior y con toda seguridad en el año 2024 ingresarán a Guatemala más de 21 mil millones de dólares en concepto de remesas, equivalentes, prácticamente, al 20% del Producto Interno Bruto del país. 1 de cada 5 quetzales generados en el país provienen, de una u otra forma, de las remesas monetarias.
La cantidad ingresada por concepto de remesas a Guatemala hasta el mes de noviembre 2024, es decir, un mes antes de que finalice el año, superará el más abultado, obsceno, abyecto y desfinanciado presupuesto en la historia del país, el cual fue aprobado (y celebrado) por los diputados del “movimiento” Semilla y sus secuaces, aumento e indemnización incluidos.
El banco central, cómplice, como de costumbre, ha activado el mecanismo de acumulación de reservas, interviniendo arbitrariamente en el mercado abierto el pasado 6 de diciembre, comprando 83 millones de dólares para así revertir la tendencia a la apreciación del quetzal frente al dólar. Dicha intervención arbitraria suma, sólo en el año 2024, unos 248 millones de dólares. La artimaña, diseñada en 2017, tenía y sigue teniendo como propósito principal, modificar la tendencia a la apreciación del tipo de cambio. Digan lo que digan las autoridades actuales de Banguat, del FMI y de cuanta institución quieran citar, con sus términos rimbombantes y su lenguaje leguleyo, estilo el que utiliza el MP cuando busca justificar el ataque a un enemigo que ellos tienen, esa es la realidad.
Da pena, verdadera pena, ver que los supuestos “formadores” de opinión que dicen ser “libertarios”, callan de forma tan ruin ante semejante realidad. Si el tipo de cambio es impactado por el flujo de remesas, el cual literalmente es la exportación de mano de obra de nuestro país hacia los Estados Unidos, en el cual se incrementa la oferta de dólares sin una contraparte en la demanda, pues el tipo de cambio debería mostrar dicha apreciación, inclusive con el sistema de flotación sucia que maneja Guatemala, a diferencia de países como México, que dicen ser gobernados por socialistas, pero que su sistema cambiario es totalmente libre, a diferencia del guatemalteco. Esto también lo callan o lo desconocen dichos “formadores” de opinión.
La intromisión de Banguat en la economía nos cuesta a los guatemaltecos de a pie miles de millones de quetzales anuales, encareciendo artificialmente los productos importados, que son mayoría, si no refiérase a la balanza comercial, estimado lector. Sólo la compra de reservas monetarias internacionales ha costado al país casi dos mil millones de quetzales este año, que decir de años anteriores. Ese movimiento de “acumulación” de reservas tiene su contraparte en el balance del Banguat. Invito al estimado lector a que lo investigue.
Lo mejor que pueden hacer en Banguat es permitir que el quetzal flote de forma lo más libre posible para que se pueda cotizar a los valores de mercado que le corresponden.