Emilio Matta

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Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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De bisoña se puede calificar la gestión del Presidente Arévalo al frente del Ejecutivo en este primer año de gobierno. Se entiende que él es novel en la política, siendo sociólogo de formación y diplomático de carrera. Sin embargo, sus asesores parecieran ser aún más neófitos que él mismo, dando palos de ciego.

Luego del allanamiento al apartamento del exministro Alvarado y posterior secuestro de su pasaporte (improcedente, por no estar incluido dentro de la orden del juez) por parte del MP, el Presidente Arévalo ofreció una conferencia de prensa esa misma noche en la que anunció que instruiría a la Policía Nacional Civil a no acatar órdenes ilegales, para lo cual elaborarían un “procedimiento”. De igual forma indicó que citaría a la jefa del MP para hablar. No hizo uno ni lo otro, al punto que el martes siguiente, no habiendo recibido “invitación” alguna por parte del Presidente, el MP sí envió su “invitación” al gobernante para “dialogar” con la jefa del MP. Arévalo indicó, primero que no asistiría, y luego permaneció callado ante los mensajes publicados en redes sociales que hicieron quienes mandan en Gerona, rehuyéndoles. Quiso entrar en la arena del MP y le salió muy mal.

Considero que es un craso error, no sólo del Presidente, principalmente de quienes le asesoran, el hecho de anunciar en la conferencia de prensa que invitarían a la jefa del MP, sin siquiera tener idea de cómo lo iban a hacer. La “invitación”, ya redactada de acuerdo con lo que establece la ley, debió estar hecha e impresa ANTES de hacer la conferencia de prensa, y debió enviarse a Gerona el lunes a primera hora. El no haberlo hecho así dio una pésima imagen del Ejecutivo. Evidentemente la improvisación es lo que ha privado en este gobierno.

La popularidad del Presidente cae en picada y es porque desde el Ejecutivo no han logrado articular una estrategia clara y definida para luchar contra la corrupción y así encausar al país en una senda de desarrollo, con igualdad de oportunidades para todos los que deseamos prosperar. Esta estrategia es una tarea indelegable que debe ser liderada asertivamente por el mismo Presidente Arévalo y debe incluir a todos los sectores del país, sin excepción. Ojo que esta estrategia debe fundamentarse en los principios democráticos contenidos en nuestra Constitución.

Existe la percepción en los guatemaltecos, por lo menos de las capas urbanas medias, de que el Presidente carece del carácter necesario para liderar una articulación de este tipo. La constante improvisación, aunada a la actitud indulgente y pasiva del mandatario, han hecho mella en las aspiraciones de este grupo, que fue uno de los principales votantes del partido oficial en las pasadas elecciones.

En el Congreso, el partido oficial negocia ahora con diputados utilizando el Listado Geográfico de Obras y repartiendo dinero de un presupuesto irreal, totalmente desfinanciado, a los consejos de desarrollo, de la misma forma en que hizo Giammattei para comprar voluntades (y votos) durante su gobierno.

Al presidente Arévalo le quedan un poco más de 760 días efectivos de gobierno efectivo, es decir, dos años y un mes, puesto que, en el último año de gobierno, generalmente se hace muy poco. Al gobernante le toca liderar, arremangarse las mangas y trabajar, si no quiere pasar a la historia como un presidente gris, de esos que tanto hemos tenido.

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