Para los corruptos, los procesos de elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de las Salas de Apelaciones, son cruciales, porque les garantiza estar al amparo de jueces que únicamente velarán por sus intereses, los de los corruptos, y no porque la justicia sea imparcial en Guatemala.
La proliferación de universidades de cartón (todas con facultad de Derecho para participar en las elecciones de cortes, por cierto) es una prueba fehaciente de que un proceso que estaba diseñado con las mejores intenciones para que quienes escogieran las ternas que pasarían a la decisión final, ha pasado a ser el epicentro de batallas legales, algunas leguleyas, para incluir a candidatos nada idóneos en las listas que pasarán al congreso para la elección final de magistrados. El colegio de abogados también destaca por enviar representantes vinculados con los peores intereses. No cabe duda que pisto del narco y de la corrupción abunda para buscar magistrados afines.
Los mejores ejemplos de ello son Baldizón y Sinibaldi, políticos acusados de corrupción, y cuyos casos se han ido desvaneciendo ante la “falta de pruebas”. Ambos políticos se encuentran a punto de salir libres, en casos en los que los exoneran o en los que los jueces los sobreseen.
Los ciudadanos de a pie debemos seguir de cerca este proceso para que no nos metan a los peores jueces en los listados, ya que su lealtad es única y exclusivamente para con los políticos y operadores que los colocaron en su posición. Nada más.
Recuerdo que antes los abogados únicamente iban a votar cuando se celebraban las elecciones en el Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala. Hoy, dichas elecciones se asemejan a las elecciones generales, con fiestas, música, licores finos y abundante comida, para comprometer el voto de los abogados, noveles o aprovechados, quien sabe. El tema es que no es una elección transparente.
Si usted, estimado lector, gusta de voltear a ver hacia otro lado cuando tiene un problema en frente, pues será su rol en estas postuladoras. Para quienes queremos ser parte de la solución y no del problema, nuestro compromiso debe ser alzar la voz para que las listas proporcionadas al congreso tengan lo mejor y no lo peor de lo que había para votar. Solo involucrándonos podremos intentar incidir en una elección que se antoja amañada, y en la cual los representantes de los corruptos suelen ser mayoría.
Tenemos “instituciones”, como el MP, que han colocado a varios peones entre los candidatos, seguramente buscando tener impunidad para sus “líderes” y para quienes, con un ahínco encomiable, han perseguido a operadores de justicia hasta tenerlos presos o exiliados.
Se vienen días difíciles en el Congreso, donde tocará elegir a los mejores perfiles de entre los presentados para ver si de esta forma podemos salvar del descalabro completo a nuestro sistema de justicia.