Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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La semana pasada escribí sobre la altísima correlación que tienen las reservas monetarias internacionales con las remesas familiares, debido, principalmente, a las compras que hace Banguat para estabilizar el tipo de cambio mediante la regla de participación cambiaria, y el mecanismo de acumulación de reservas, herramienta totalmente discrecional en la que el Banco Central interviene arbitrariamente en el mercado de divisas comprando dólares para devaluar artificialmente el quetzal y modificar la tendencia del tipo de cambio. Esta bochornosa e injustificada intervención la hizo Banguat de 2018 a 2022.

Debido al incremento en el flujo de remesas familiares registrado en agosto, el Banco de Guatemala, volviendo a sus improcedentes prácticas de intervención en la economía y en el libre mercado, ha vuelto a intervenir por medio del mecanismo de acumulación de reservas, comprando 25 millones de dólares el 13 de septiembre y otros 40 millones de dólares el pasado 20 del mismo mes.  El único fin de esta intervención de Banguat en la economía (ellos cínicamente le llaman participación) es para modificar la tendencia del quetzal a apreciarse.  Quién sabe a qué intereses responden, lo cierto es que NO es a los intereses de la mayoría de los guatemaltecos.

La intervención del Banco de Guatemala en el “libre” mercado de divisas durante el año 2024 es de 1,848.7 millones de dólares comprados y 653.8 millones de dólares vendidos, ambos mediante la regla de participación, que, se supone, está diseñada para no modificar la tendencia del tipo de cambio.  A esto se le debe sumar la compra de 65 millones de dólares usando el mecanismo de acumulación de reservas, el cual sí tiene el claro propósito de modificar la tendencia del tipo de cambio.

En distintos medios suelo leer a quienes se autodenominan “libertarios”, seguidores de Mises, de Hayek y de Adam Smith, “capitalistas”, liberales clásicos, derechistas, ultraderechistas, anticomunistas, antichairos, y un larguísimo etcétera de pomposos distintivos.  Nadie, ni uno solo de ellos, tan siquiera toca, ni tangencialmente, un intervencionismo en la economía de esta magnitud: más de 4,225 millones de dólares desde 2018 a la fecha.  ¡Vaya defensores del libre mercado!

El impacto que tienen las remesas en la balanza cambiaria es sorprendente. Guatemala tiene una balanza cambiaria deficitaria, es decir, las importaciones superan con creces a las exportaciones, usualmente las duplican e incluso las llegan a triplicar en ciertos meses del año.  Sin embargo, en 2024, las remesas acumuladas de enero a agosto llegan a ser el 75% de las importaciones totales y prácticamente duplican a las exportaciones de bienes en el mismo período, por lo que la oferta de dólares supera a la demanda de dólares en casi 1,500 millones de dólares.  La factura petrolera, otrora muy relevante, empieza a ser irrisoria en nuestra balanza cambiaria debido a las remesas.

Todo lo bueno que traen las remesas al país (económico principalmente porque el tejido familiar y social de muchas comunidades está destruido), como el incremento en el consumo de bienes y servicios, incluso de la construcción, lo están destruyendo sistemáticamente las autoridades del Banguat por su contumacia y negligencia, al utilizar un mecanismo intervencionista caduco y servil a los intereses de unos pocos, en detrimento de la mayoría de los guatemaltecos.

vergüenza para los “adalides” del libre mercado quienes abyectamente callan ante tan soez intervención estatal.

Crédito: Banco de Guatemala
Crédito: Banco de Guatemala
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